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Imagen de los bomberos encadenados a las puertas del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Cober
Las Palmas de Gran Canaria

Los bomberos se encadenan en el Ayuntamiento: «No es una huelga, es desesperación»

Los agentes reclaman una mejor gestión del servicio por parte de la jefatura

Javier Darriba

Las Palmas de Gran Canaria

Viernes, 10 de octubre 2025, 10:58

Un grupo de ocho bomberos de Las Palmas de Gran Canaria ha protagonizado una protesta simbólica y se han encadenado a las puertas de las oficinas municipales para llamar la atención sobre los problemas de gestión que hay en el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS).

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El cabo y delegado de UGT en el cuerpo, Raúl Esclarín, leyó un manifiesto escrito por los agentes que resume el malestar de estos profesionales. «Frente al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, los bomberos de esta ciudad nos encadenamos, no por capricho ni por espectáculo, sino por desesperación«, expuso, »esta acción no es una huelga encubierta ni una protesta por dinero. Es un grito de auxilio. Una llamada a la conciencia de quienes tienen la responsabilidad de cuidar no solo de la ciudadanía, sino también de quienes velamos por su seguridad, día y noche, sin descanso«.

Los bomberos pidieron la mediación de la alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, Carolina Darias, y del concejal de Seguridad, Josué Íñiguez, para solventar las deficiencias en materia organizativa que ellos detectan y dicen sufrir en el cuerpo.

«Estamos agotados. Agotados no solo físicamente, sino moral y emocionalmente por años de maltrato institucional. Nos sentimos olvidados, denigrados y ninguneados por una jefatura que ha roto el diálogo con su propia plantilla. No queremos más promesas vacías ni parches temporales. Queremos soluciones reales. Y queremos respeto. Queremos dignidad«, insistieron por la voz de Esclarín.

Los agentes quisieron dejar claro que no reclaman subidas salariales y pusieron el acento en que «lo que no se puede seguir permitiendo es un modelo insostenible, donde el cuerpo de bomberos de esta ciudad depende de una plantilla envejecida, con una media de edad de 52 años, sin relevo generacional a la vista. Necesitamos savia nueva, necesitamos personal. Necesitamos que se empiece a construir ya el futuro de este servicio».

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Las cadenas que engarzaron alrededor de su cuello deben ser interpretadas como un símbolo de resistencia, no de confrontación.

Reconocen los avances que ha habido en las negociaciones con el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria en materia de seguridad, pero siguen demandando otros cambios organizativos. «Tenemos una serie de problemas organizativos, internos, dentro del servicio, que dependen directamente de la Jefatura de Bomberos, y que no muestra voluntad por querer acometerlos», expuso Raúl Esclarín, «son problemas que nos ponen en riesgo todos los días porque no tenemos procedimientos claros, no tenemos procedimientos operativos con los que podamos actuar con seguridad».

Además, denuncian malos modos de la Jefatura, como «falta de respeto, gritos, malas formas, una actitud despótica, dictatorial».

Por eso, solicitan la intervención del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria para reconducir esta situación.

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