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Batería de San Juan: la joya oculta que explicará la ciudad a través de tres siglosNecesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
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Hay un plan para la Batería de San Juan. En fase inicial y con mucho recorrido por afrontar, pero ya es bastante más de lo que durante décadas se ha hecho por este destacamento militar de 1898 que en el 2018 fue declarado como Bien de Interés Cultural. Se trata de un proyecto ambicioso, que integra a las otras fortalezas de la ciudad, y que aspira a explicar la historia de la capital a través de tres siglos.
«Estamos a tiempo», expone Adrián Santana, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, mientras pisa la tierra que en solo unos meses será excavada para buscar la base sobre la que se levantó esta infraestructura bélica tiempo atrás. Las prisas son porque la vieja guarnición es casi una ruina romana. Hace unos meses, en estas mismas líneas, el arqueólogo Artemi Alejandro-Medina habló de «momento crítico y punto de inflexión».
La Batería de San Juan es una joya oculta sobre el risco. Allí lleva más de medio siglo degradándose y viendo como parte de su estructura ya no es más que un esqueleto desmembrado. Tras décadas de abandono, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha sacado la licitación del plan director, un documento que marcará las líneas maestras de la recuperación de esta infraestructura que sitúo a la ciudad como punta de lanza de algunos de los episodios históricos más relevantes de su tiempo.
Las dos caras de la loma que la sostiene ofrecen una panorámica incomparable de la ciudad. A un lado las medianías y todo lo que barre desde el Guiniguada al Puerto. Del otro, la mirada parte desde la Catedral y se pierde al sur mucho más allá de Jinámar.
Adrián Santana además de concejal es historiador de formación. Accede a subir con este periódico hasta el viejo acuartelamiento para hablar con palabras que salen de su boca como obuses y exponer qué va a suceder con este ruinoso cuartel. «Las baterías sitúan a Las Palmas de Gran Canaria en las grandes dinámicas bélicas internacionales de su tiempo, desde la Guerra de Cuba pasando por las dos guerras mundiales. Y esto nos da la información necesaria para contar con el futuro uso de la Batería, que será netamente divulgativo.Descubrir toda esa parte de nuestra historia internacional a través de un centro de interpretación que permita a la ciudadanía conocer la historia contemporánea de la ciudad como encrucijada atlántica», indica.
Hay proyecto. A lo largo de los últimos nueve años, los que la ciudad ha sido gobernada por las mismas tres formaciones que siguen al frente, apenas se han dado pasos. Varias limpiezas integrales del entorno han adecentado transitoriamente el lugar, que pronto volvió a quedar poblado por la basura y por algunas personas que vivieron en sus desaparecidas galerías.
La evidencia de que hay movimiento es la licitación del plan director y las fechas previstas para acometer trabajos en los próximos meses. «El plan director es el primer hito; para apuntar qué modelo vamos a usar para diseñar el resultado final acorde a lo que planteemos. No rehabilitar para saber qué hacemos sino diseñar el uso primero.En verano comenzaremos con las excavaciones, de la mano del Cabildo. Un trabajo que irá aparejado a una limpieza que nos permita ver qué guarda la Batería. Hablamos de colmatación, lo que garantizaba la defensa del espacio, por lo que podemos encontrar estratos arqueológicos importantes que nos cuente, por ejemplo, cómo era la vida en el destacamento», expresa.
La Batería de San Juan se complementa al sur con las Mesas de San Juan, donde reposa otro nido de artillería agujereado por galerías que en su época ocupaba el tránsito de militares. Su adecuación como espacio expositivo para la ciudad tiene ciertas dificultades, explica Santana desde su doble vertiente como político e historiador. «Nos enfrentamos como Bien de Interés Cultural a una normativa restrictiva, como debe ser. Por eso tenemos que colaborar de una manera muy estrecha con otras administraciones», añade.
Uno de los principales retos a los que se enfrenta el proyecto es cómo hacerlo accesible a los visitantes. Justo a la entrada en la corona del barrio, donde se encuentra la parada de la línea 54 de Guaguas Municipales, está ocupada por un depósito de Emalsa que da suministro al barrio. Y el resto de accesos son ahora mismo laderas escarpadas.
Esa es una de las cuestiones que más preocupa en estos momentos al Ayuntamiento. «Son espacios poco accesibles y entornos naturales y sometidos a vandalismos y corrimientos de tierra, por lo que hay que hacer un análisis geográfico y topográfico de estas zonas. Y la situación de ruina de algunos inmuebles, que eso afecta más al Castillo de San Francisco», cuenta el concejal hablando de ese proyecto más extenso que añade a la recuperación de la Batería de San Juan el resto de fortificaciones de la ciudad como el propio recinto de San Francisco, el Castillo de Mata, la Fortificación de Las Isletas y otras pequeñas estructuras que se dispersan por la urbe.
Antes de acometer este proyecto, se considera que lo más importante es dar a conocer sus posibilidades. El gobierno de la ciudad programa un fin de semana al mes una visita guiada que permita ver desde el terreno la Batería y hablar de su papel histórico en la vida de la ciudad. «Si conocemos el patrimonio histórico que tenemos en Las Palmas de Gran Canaria todos seremos conscientes de que debemos protegerlo», manifiesta Adrián Santana.
Las competencias sobre la Batería de San Juan están repartidas entre distintas administraciones. El Gobierno de Canarias es el encargado de la financiación de la renovación del abandonado acuartelamiento: su vigilancia es tutela del Cabildo de Gran Canaria y su mantenimiento del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. El plan director se financia con una subvención nominativa por parte de la Consejería de Presidencia y Movilidad, a través de la Dirección General de Patrimonio Histórico del Cabildo.
Cuatro obuses de 210 milímetros de la marca Ordóñez presidían las alturas de la ciudad en aquel momento llamada solamente Las Palmas para su defensa. Alguno de ellos o de similares características podría volver a los nidos cuando el proyecto avance, como memoria de lo que esa ruina escondida de una ciudad olvidadiza con su patrimonio representó en el cruce de tres siglos para la capital más relevante de las islas.
El proyecto del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria es el de contar la historia de la ciudad a través de las posibilidades expositivas que le ofrecen sus antiguas dependencias militares, algunas recuperadas para la ciudadanía y la mayoría en fase de serlo. «La ciudad tiene una historia por descubrir inmensa. Y yo creo que el patrimonio tangible que tenemos todavía es recuperable. Lo bueno del patrimonio es que las administraciones públicas, poco a poco, han ido recuperándolo para la ciudadanía.Es decir, primero convertirlos en inmuebles públicos con los que se tiene capacidad de acción sobre ellos», manifestó.
Tras algunas actuaciones fallidas, sin ir más lejos en el Castillo de Mata, se trabaja ahora en mejorar las acciones que se van a desarrollar en los lugares sobre las que ya están planificadas actuaciones. «En el caso del Castillo de San Francisco, por ejemplo, pero también en el de la Batería de San Juan, se conserva la mayor parte de su estructura entera. Lo que tenemos que hacer es divulgarla desde ya, que las generaciones futuras pero también las presentes conozcan el patrimonio del que disponemos», expone.
Sobre esa idea se va a redundar cuando estas ideas cobren forma y pasen a ser realidad. «Desconocemos todo el proceso de los diferentes cimientos que han ido construyendo el edificio común que es Las Palmas de Gran Canaria. Y una gran herramienta es todo ese sistema defensivo que nos encontramos en una ciudad expuesta a las dinámicas internacionales ya desde la época del descubrimiento de América. Y eso se puede ver fácilmente, desde las construcción del Puerto, hasta esta estructura defensiva», comenta.
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