Alarma por el estado de conservación de los murales de Arencibia en el Pueblo Canario
El Cabildo de Gran Canaria reclama al Ayuntamiento acciones urgentes para salvar las pinturas del artista de Tamaraceite
El servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria ha enviado al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria un requerimiento para desarrolle una actuación urgente en la ermita de Santa Catalina con el fin de salvar los murales de Jesús Arencibia de un daño irreparable.
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«La presencia de hongos en la pintura mural es un problema complejo, favorecido principalmente por la humedad y la porosidad de los materiales», detalla el informe, «su acción puede ser devastadora tanto a nivel físico como estético, por lo que la prevención, el monitoreo ambiental y la intervención profesional son esenciales para la conservación de este tipo de patrimonio».
La inspección que realizaron los técnicos de Patrimonio Histórico se produjo el pasado 14 de mayo, cuando ya habían finalizado los trabajos de restauración de la ermita de Santa Catalina.
Al revisar las pinturas, se pudo comprobar que la mayor afección se situaba junto a la esquina del paramento norte de la nave, «donde han sido afectados por filtraciones de agua desde el tejado», lo que ha ocasionado «graves problemas» como la proliferación de sales y de una colonia de hongos que prosperaron por la humedad constante y el aislamiento. Así, no solo se ha producido la pérdida de adhesión, sino también cambios de color y levantamientos de la capa pictórica, la oxidación de clavos de sujeción y el desprendimiento de la tela del muro.
Por eso, se reclama una acción rápida. «La celeridad en los tratamientos será una cuestión clave para la paralización de la proliferación de hongos y sales», de ahí que se haya propuesto diferentes medidas.
Algunas de ellas ya se están llevando a cabo por parte del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, como es la referida a ventilar el espacio mediante la apertura de puertas y ventanas.
El Cabildo de Gran Canaria dio al Ayuntamiento capitalino un plazo de cinco días hábiles, a partir de la comunicación de Patrimonio Histórico, para que elabore una propuesta de restauración con tres iniciativas:la limpieza y eliminación de los hongos en superficie;el uso de biocidas con propiedades antifúngicas para la eliminación de los hongos; y la protección de zonas frágiles.
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Esta intervención requiere de la autorización del Cabildo de Gran Canaria.
Pese a que la restauración del edificio está acabada, el Cabildo exige al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria la remisión de otro proyecto de restauración integral de las pinturas, así como la ejecución de «actuaciones y obras necesarias que garanticen la estanqueidad de la cubierta e impidan nuevas filtraciones que puedan afectar a las pinturas murales».
Por el momento se desconoce si habrá que intervenir de nuevo en el edificio. Lo que se informa desde el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria es que un arquitecto especializado en humedades está analizando el caso para saber cuándo y cómo se produjeron las filtraciones.
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En cuanto a la parte del mural que estaba afectada por la sudoración de resina y que fue detectada antes de la rehabilitación, se asegura que ha empeorado, si bien esta afección es removible sin afectar a la pintura.
Actuación municipal
Fuentes del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria preguntadas por este periódico indicaron que ya ha adoptado todas las medidas de urgencia tendentes a paralizar la proliferación de hongos y sales, gracias al trabajo de una restauradora contratada para este fin y siempre siguiendo las directrices indicadas por el Cabildo de Gran Canaria. «Dentro del plazo requerido, se enviará al Cabildo la documentación técnica referente a la adopción de las medidas urgentes requeridas», explicaron desde el grupo municipal de gobierno, «asimismo, un arquitecto externo, experto en actuaciones de este tipo, está elaborando el análisis sobre el origen de las circunstancias que han ocasionado las afecciones».
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Los técnicos municipales trabajan en la redacción de la documentación técnica necesaria para proceder a la definitiva restauración de los murales, previa tramitación de la autorización pertinente del Cabildo de Gran Canaria, prosiguieron las mismas fuentes en una respuesta ofrecida a través de un mensaje escrito.
«El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria quiere poner en valor la excelente colaboración que se está prestando por el Cabildo de Gran Canaria en la preocupación común de lograr el mejor estado de los murales de Arencibia con todas las garantías», concluye la respuesta.
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Un siglo antes que la propia ciudad
La ermita de Santa Catalina fue erigida por frailes mallorquines en torno al año 1356, más de un siglo antes de la fundación del Real de Las Palmas, en 1478, que se considera el núcelo originario de Las Palmas de Gran Canaria.
Afectada por el ataque de Van der Does en 1599, fue luego reconstruida. No fue hasta mediados del siglo XX que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria encargó al arquitecto Miguel Martín Fernández de la Torre su renovación, ya que estaba en ruinas.
Su valor histórico, social y arquitectónico fue uno de los factores fundamentales en la declaración del conjunto del Pueblo Canario como Bien de Interés Cultural en 2013.
Entre 1957 y 1958, el artista de Tamaraceite Jesús Arencibia plasmó los murales expresionistas que cubren las paredes de la nave principal y están inspirados en la iconografía de Santa Catalina de Alejandría.
En el año 2017 entró en el plan de renovación del Pueblo Canario y, en 2018, cerró sus puertas por las obras, que debían haber concluido en 2023. Aunque la obra concluyó en diciembre de 2024, tras una inversión de casi 438.000 euros, la ermita no ha abierto aun sus puertas.
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