El IES El Tablero estrena satélite y entra en la carrera espacial
Educación ·
El instituto de San Bartolomé de Tirajana participa con éxito en el proyecto europeo CanSat | Uno de sus equipos ganó la fase regional de CanariasEl cielo de Ourense ya sabe dónde está El Tablero. Un grupo de entusiastas alumnos y alumnas de su instituto, el IES El Tablero I Aguañac, surcaron en mayo pasado el espacio aéreo de la provincia gallega con un particular satélite en forma de lata. Esta pica la clavaron los siete integrantes, seis estudiantes y un docente, del equipo Orbital 28º N 16º W, que viajaron hasta Galicia luciendo con orgullo las coordenadas geográficas en las que se ubica este centro educativo de San Bartolomé de Tirajana.
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No fueron en misión de conquista. No era esa la idea. Fueron a defender su pequeña misión científica en la fase nacional del proyecto CanSat, una iniciativa educativa promovida por la Agencia Espacial Europea (ESA) a través de Esero España, que está en el Parque de las Ciencias de Granada, y dirigida a estudiantes de entre 14 y 19 años en la que los equipos participantes diseñan y construyen un pequeño satélite del tamaño de una lata de refresco que, además, han de lanzar al espacio para cumplir una misión. El envase, que luego cae en paracaídas, lleva incorporados varios sensores que han de reportarles diversos datos que después deben analizar. En Canarias lo organiza el área STEAM de la Dirección General de Ordenación de las Enseñanzas, Inclusión e Innovación de la Consejería de Educación, que, entre otras cosas, sufragó gastos de transporte y alojamiento y les aportó un kit de electrónica.
Acaba el curso y en el IES El Tablero hacen balance. Están contentos, pero saben que pueden hacerlo mejor. Montaron tres equipos, el SPI, el Tablesat y el Orbital, todos con alumnado de 4º de la ESO, y tras apenas tres meses de muy intenso trabajo, no solo dejaron el pabellón alto en la fase regional de esta competición educativa, celebrada en abril en Guía, sino que uno de ellos, el Tablesat, se llevó un premio honorífico, y otro, el Orbital, se hizo con el triunfo frente a los otros 17 equipos de los 10 institutos que participaron en Canarias y pudo viajar a Península a probar suerte en la fase nacional. Si hubieran ganado, habrían dado el salto a Holanda, al campeonato europeo, pero fue el Zephysat, del IES Santo Domingo, de El Puerto, en Cádiz, el que conquistó al jurado.
Javier Vizcaíno, coordinador del CanSat en este IES, mentor del Orbital y profesor de Tecnología, subraya la implicación de los 18 estudiantes que participaron en el proyecto. «Al final se organizaban ellos solos», reconoce. Quedaban incluso fuera del horario de clase para, por ejemplo, probar el paracaídas, que también fue diseñado por ellos. Cada grupo tenía un mentor y un capitán. Las dos mentoras de los otros dos grupos eran las profesoras Mabel (Isabel Dolores) Cosgaya, de Física y Química, y Lorena Rivero, también de Tecnología.
Lanzan un satélite en forma de lata de refresco con sensores que dan datos que luego analizan
No fue fácil. Todo, o casi todo, se lo hicieron ellos mismos. Buscaron patrocinadores, diseñaron y fabricaron sus latas con una impresora 3D, soldaron las piezas y hasta cosieron sus paracaídas. Ian Mamani, del Tablesat, destaca que aprendieron a programar, pero Ismael Castellano, de Orbital, se dedicó más a tareas de financiación y promoción. De hecho, logró una ayuda económica nada menos que de Cajasiete. «Mandé más de 80 correos a diferentes empresas canarias», apunta. Y es que la organización les puso la pista de despegue (un campo de fútbol en Guía o la base aérea de Verín-Oímbra, en Ourense) y el artilugio que lanzaba el satélite (un dron en la fase canaria y un cohete en la final nacional). Sin ir más lejos, el Tablesat fabricó 20 latas hasta dar con la adecuada, como apostilla Aleksandar, uno de sus miembros.
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Laura Sánchez sacó sus conclusiones tras la final en Ourense. «Tenemos que mejorar en la defensa del proyecto». Una vez aterrizado el satélite, cada equipo ha de analizar los resultados y hacer una presentación. Todos los que compiten debían cumplir unas exigencias mínimas, que iban desde algunos sensores dentro de la lata a la velocidad de caída del paracaídas. «Con un mismo sensor mides la temperatura y la presión atmosférica, y de este último dato, mediante un cálculo, sacas la altitud», explica Vizcaíno. «Y de esas mediciones tienes que enviar datos por radiofrecuencia mínimo una vez por segundo», que las recibe el equipo de tierra, que tiene otra base con una antena. Luego cada grupo innovaba con una misión secundaria. «Tienes que proponer algo con interés científico», subraya el profesor.
En el caso de Canarias, ese plus secundario que presentó Orbital fue la medición de la calidad del aire, pero el equipo está convencido de que lo que realmente deslumbró en Guía fue que aportaran una web propia donde se representaban los datos obtenidos a tiempo real, desde la presión a la temperatura. Una web, por cierto, fruto de la creatividad y de los cualificados conocimientos de uno de sus integrantes, Héctor Suárez. También incluyeron un GPS.
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Para competir en Ourense decidieron mejorar el diseño y los materiales de la lata. Mientras que en Guía el dron la lanzaba a 100 metros de altura, en Galicia el cohete la subió a 640 metros. Una más que sutil diferencia. Así que en lugar de una realizada con PLA, un tipo de plástico biodegradable, optaron por una hecha de filamentos de PETG. Además, eligieron fabricar una carcasa de tres piezas. Héctor la explica. «Una batería con el sistema de alimentación, una placa con un ESP32, que es un microcontrolador, un lector de tarjeta SD, dos sensores para medir la temperatura y la presión y la altitud…».
Y todo en una cápsula y explicado por un joven de solo 16 años. Parece ciencia ficción, pero no, es el fruto de la combinación de un proyecto innovador que enseña con métodos apasionantes, un grupo de profesores comprometidos y un alumnado estimulado. Y también la responsabilidad social de los patrocinadores, 4GFlota, Cajasiete y Reglade3 y la ayuda, que agradecen mucho, de todo el IES y su equipo directivo, y del CEP Gran Canaria Sur.
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