La Fortaleza, un museo al aire libre

Mata Alamón estaba este viernes tumbada, pero no estaba descansando. Boca abajo, excavaba con precisión de cirujano el habitáculo descubierto en una estructura aborigen. En su interior encontraron los restos de un baifo. Es uno de los curiosos hallazgos que ha deparado la nueva campaña de excavación que ha financiado el Ayuntamiento de Santa Lucía de Tirajana en la ladera oeste del yacimiento de La Fortaleza. Un grupo de entre 7 y 10 arqueólogos de la empresa Tibicena. Arqueología y Patrimonio, trabaja con denuedo para apurar el tiempo. El proyecto es ilusionante. No solo por lo que se están encontrando, que, en palabras de Marco Moreno, gerente de la empresa, ha desbordado todas sus previsiones iniciales, sino porque están preparando el terreno para hacer de La Fortaleza un sobrecogedor museo al aire libre de cómo vivían y también se enterraban los antiguos canarios y de cómo fueron evolucionando sus poblados y hasta sus hábitos a lo largo de 1.000 años.

Una vez acaben estas obras, que tienen un plazo de ejecución de 4 meses y un presupuesto de 267.000 euros financiados con fondos del Fdcan, el imponente enclave santaluceño contará con un habitáculo para recibir a los visitantes, aseos, senderos acondicionados y bien trazados, paneles informativos y señalética. En definitiva, se convertirá en un gran parque arqueológico, una ventana en el tiempo para viajar a la Gran Canaria de entre hace 1.500 y 500 años, que es el periodo de la historia en el que se sabe que La Fortaleza estuvo poblada y donde debe haber restos, calculan, de unas 40 estructuras habitacionales.

Pero antes de prepararlo para la visita, parte del contrato, en torno a 90.000 euros, se reservó para financiar una excavación en toda regla que lleva en marcha dos meses y que este viernes pudo ser visitada por primera vez por 60 personas repartidas en tres grupos.

Moreno, que aún está sorprendido por todo lo que está apareciendo, no sabe casi por dónde empezar. Opta por hacer números. De entrada, han descubierto una treintena de pequeños objetos significativos. «En la Cueva Pintada, que es el yacimiento referente en Gran Canaria, han hallado algo más de 130 en 20 años excavaciones; aquí llevamos unos 30 en solo una campaña», enfatiza. Llaman la atención una decena de idolillos, de los que algunos, minúsculos, se conservan casi enteros. Otros solo de forma parcial. También sacaron pintaderas y dos piezas redondas que debieron formar parte de un juego.

Pero, además, han salido a la luz seis nuevas estructuras, que Moreno, por su situación en el yacimiento, dice que son posteriores al siglo X y entre las que se advierten algunos hallazgos insólitos, como, por ejemplo, que una de tipología cruciforme tenga habitaciones circulares, o que de repente, en otra se hayan topado con un habitáculo lateral tapiado o clausurado a posteriori. Según estos especialistas, puede ser una huella arquitectónica clara de que este enclave y sus casas fueron reutilizadas varias veces, o que recibió varias arribadas de población que aplicaron nuevas técnicas constructivas sobre las ya existentes. Esa es la hipótesis que explicaría, por ejemplo, el hallazgo en esta campaña de una estructura habitacional cruciforme metida dentro de otra circular, que es una forma de construcción más antigua.

También creen haber dado con la que debió ser la puerta de entrada al poblado y con el muro que delimitaba el poblado por el oeste.

Para Tibicena, esta nueva campaña confirma las enormes potencialidades de investigación de La Fortaleza y pone sobre la mesa la necesidad de garantizar que haya continuidad en las accciones para su estudio y protección.

60 toneladas de piedras retiraron los arqueólogos en un solo día. Buena parte de las nuevas estructuras halladas estaban cubiertas por majanos gigantescos, o habían sido embutidas en los bancales con los que los pobladores después de la conquista reutilizaron este terreno. Es curioso que el mismo reaprovechamiento agrícola que las semidestruyó y sepultó ayudó a su preservación.