La evolución de Gran Canaria: el doble de población en apenas 60 años

Mucho han cambiado las cosas en Canarias, y en particular en Gran Canaria, desde aquella sociedad agrícola y tradicional que experimentó una enorme metamorfosis demográfica tras la transición, aunado con la importante ecuación que se fraguó en los años el desarrollo turístico y comercial. De hecho, en las últimas seis décadas, la isla redonda ha duplicado su población. Incluso se calcula que en 2025 llegue a coquetear ya con el millón de habitantes.

Con esa panorámica, la fisionomía de las principales ciudades de la isla han experimentado cambios sustanciales en su trama urbanística y social. Basta con repasar las imágenes satelitales que ofrece GRAFCAN para comprobar cómo algunas de estas urbes han cambiado el rostro de Gran Canaria.

Cabe recordar que la población de la isla se encuentra especialmente concentrada en su capital, en la cual vive el 45,5% de la población total, si bien el crecimiento se canaliza en los últimos años en la zona del sureste, en el cordón de localidades que conforman Arinaga, Agüimes, Ingenio, Carrizal o Vecindario.

Tras el boom turístico, Gran Canaria continúa buscando el camino de la diversificación económica, un factor que se antoja aún onírico, dada la fuerte dependencia generado por el sector terciario. De las poblaciones espontáneas y de fisonomía netamente isleña se ha pasado a fulgurantes 'skylines' replentos de hoteles y recintos recreativos. El alquiler vacacional, la importante población flotante existente y la continua escalada de precios en el ámbito de la vivienda han fagocitado una paulatina dispersión a las nuevas ciudades-dormitorios, impulsando incluso el crecimiento poblacional en zonas que habían quedado envejecidas en las últimas décadas.

En cualquier caso, la isla tiene una población censada de 857.1712 habitantes (2023), siendo la tercera más poblada de España y la primera en densidad de población -545,12 habitantes por kilómetro cuadrado-.

Las Palmas de Gran Canaria, con 379 925 habitantes, sigue siendo la ciudad con mayor población del archipiélago, si bien dicha cifra se ha estancado en los últimos 20 años. Le siguen en población Telde (102 647), Santa Lucía de Tirajana -80.235, concentrándose gran parte de ella en Vecindario), San Bartolomé de Tirajana (53.542) -ejemplificado principalmente en el entorno de Maspalomas (36.065)- y Arucas (36.745). 

Estas son las imágenes que atestiguan esa espectacular transformación vivida en los principales núcleos urbanos de la isla.

El principal núcleo turístico de Gran Canaria y uno de los grandes ejes de Canarias en este ámbito ha vivido una meteórica transformación desde los años 60, alejándose de la realidad rural de aquella época. A finales del siglo XX, el antiguo poblado se quedó integrado a la actual San Fernando, tomando Maspalomas un nuevo rostro entre apartamentos y hoteles cincelando el sistema dunar y la Charca, que como se puede apreciar en algunas imágenes aéreas, incluso incremento su superficie tras diversos proyectos de conservación medioambiental.

No obstante, este auge, aparejado también de un incremento exponencial de precios, ha llevado a un importante contraste entre la población de hecho -número de personas que pernoctan en el municipio en la fecha del correspondiente censo- y de derecho -residentes oficiales-, siendo muy superior el primer dato por la recepción constante de turistas.

De hecho, la población ha tornado en la última década a otros núcleos como El Tablero, Bellavista o incluso Vecindario. Además, el auge del nuevo alquiler vacacional, conjugado con el declive del viejo modelo de bungalows de explotación y el debate del uso residencial en suelo turístico han reducido su desarrollo en la última década, aunque no se ha reducido su importancia en este sector económico.

A contracorriente de lo que pasaba en el sur y sureste de la isla, esta localidad del norte grancanario tenía en 1960 un total de 25.986 habitantes, una cifra más que considerable en aquellos tiempos. Sin embargo, a partir de ahí fue perdiendo población de forma paulatina, tardando más de tres décadas en recuperar tal censo.

A finales del siglo XX, Arucas fue adquiriendo importancia como municipio alternativo para un buen número de familias capitalinas que buscanban viviendas asequibles a pocos kilómetros de su origen mientras mantenían su actividad laboral en Las Palmas de Gran Canaria. Asimismo, el turismo de corte cultural y de ocio ha tomado un relieve especial en los últimos años, a la vez que en el entorno de Bañaderos y El Puertillo se han reactivado espacios residenciales. Un cambio sustancial que contrasta con la tendencia del norte de la isla en las últimos años.

Junto con Maspalomas, una de las pocas localidades de la isla que supera a su correspondiente capital municipal (Santa Lucía de Tirajana). Tras los rescoldos del motín de Agüimes (1718), esta localidad fue asomándose en el sureste de la isla como un tímido núcleo agrícola. Ahora se erige como la principal urbe de esta zona de Gran Canaria, a caballo entre Maspalomas y el Aeropuerto. La actividad industrial de Arinaga también ha potenciado su desarrollo, ya fortalecido por la amplia actividad comercial, además de la importante inmigración foránea que la ha consolidado en los últimos años.

De hecho, según el Plan Insular de Ordenación (PIO) del Cabildo, en 2050 se prevé que Vecindario se convierta en la segunda ciudad más poblada de la isla, si los índices de crecimiento se mantienen como en este primer cuarto de siglo XXI.

Haciendo una comparativa nacional, Vecindario ya supera a otras capitales de provincia como Cuenca (53.988), Ávila (57.949) o Zamora (60.297), situándose muy cerca de Ciudad Real (75.104) y Palencia (77.090).

El municipio de Los Faycanes duplicó su población de 1970 (43.316) al inicio de la nueva centuria (87.949 habitantes en 2021). Convertida en el principal núcleo de acomodo de diversas familias capitalinas que buscaban viviendas de precio asequibles manteniendo su actividad en Las Palmas de Gran Canaria, Telde dejó atrás su entorno puramente agrícola para impulsar un desarrollo comercial y de servicios más que vertiginoso. Jinámar y Las Remudas han ido perdiendo su componente marginal para convertirse en nuevos ejes de crecimiento con nuevas infraestructuras, al mismo tiempo que la costa es el nuevo reclamo poblacional, con Melenara, La Garita y Salineras como referentes.

Sin embargo, en los últimos diez años, el incremento de residentes ha sido más tímido, de apenas 1.000 personas, si bien Telde mantiene unas cifras que superan en la actualidad a la de ciudades como Cáceres (95.418), Lugo (97.613), Barakaldo (100.064) o Girona (101.932).

El desarrollo en los años 70 y 80 la convirtieron en la séptima ciudad más poblada del país, gracias a la pujante actividad del Puerto de la Luz -principal eje económico de la capital-. Se había pasado de los 153.856 habitantes registrados en 1950 a unas cifras brutales en 1981 (360.098).

No obstante, el desarrollo urbano se estancó en la zona del Istmo y del Puerto, tras devorarse los últimos arenales. Tampoco se antojaba sencillo liberar nuevo espacio por la zona del Cono Sur para nuevos residentes. El crecimiento parecía abocado a otros enclaves como Ciudad Alta, Las Torres o Tamaraceite, mientras algunos alcaldes apostaban por proyectos en altura en pleno siglo XXI.

En paralelo, muchas familias optaron por tener su vivienda en municipios limítrofes, como Arucas y Telde especialmente, estancándose la población a los 378.797 habitantes, a pesar de que la actividad laboral y comercial continúa concentrándose en la capital. De hecho, Las Palmas de Gran Canaria ha perdido en los últimos años dos posiciones en el ranking nacional, siendo superada por Murcia y Palma de Mallorca y manteniendo una dinámica similar a la de Bilbao en los últimos años.

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