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Un lugar donde tomar un café de camino a Teror, disfrutar de la majestuosa Iglesia de San Juan, pasear por el casco antiguo con la familia o disfrutar de un baño en las piscinas naturales de El Puertillo se antoja necesario antes de la llegada de las elecciones del 28 de mayo. Si algo tienen en común estas opciones es la tranquilidad. Arucas es un sitio sosegado y eso se ve reflejado en las opiniones de las personas que allí viven. Por ahora, el municipio del norte de Gran Canaria respira sosiego antes de la tempestad de las elecciones del próximo 28 de mayo.
Sin embargo, esa calma se diluye cuando les preguntan acerca de los barrios colindantes y su situación. Uno de los pueblos que se ve afectado es La Hoya de San Juan, el lugar donde vive Silvia Rivero desde hace más de 15 años. «En La Hoya de San Juan nos quedamos prácticamente encerrados por el colegio La Salle y por las carreteras que son muy viejas y estrechas» afirma. Esto no solo pasa con este barrio «deberían mejorar las entradas y salidas de los pueblos que están por detrás de la iglesia», continúa esta vecina afectada.
Silvia Rivero trabaja en el Hospital Insular y hay días en los que su calle colapsa y le es muy complicado llegar a su lugar de trabajo. A su vez, Pedro, que trabaja en una farmacia en pleno centro de Arucas, sigue la misma línea. «Hay muchos barrios colindantes que deberían prestarle más atención, los veo descuidados, poco atendidos». La falta de infraestructuras y de negocios en algunos sitios son los principales factores que expone este farmacéutico reclamando más atención a lugares como Visvique, Bañaderos o Santidad.
Otro de los puntos que uno de los vecinos ve esencial es mejorar el reciclaje y fomentar el empleo a personas que vivan en Arucas y no a las que sean de fuera del municipio. Es lo que piensa Cristóbal Rivero, natural del municipio y albañil de profesión. «Le pido al futuro alcalde que obligue a reciclar porque los contenedores verdes están siempre llenos de plásticos y de papeles y es una vergüenza», afirma este vecino con gesto de preocupación.
«Hay que concienciar a la gente que vivimos en una isla y el cambio climático nos va a destrozar a todos», señala. Además, otro de los puntos que pide revisar es la subida de los envases. Rivero pide que «no suban tanto los precios, todo se está encareciendo cada vez más y esto es una isla, todo llega en barco» señala Rivero, un vecino que lleva toda la vida viviendo en Arucas.
«Por pedir que no quede, el horario de las guaguas debería ampliarse», piensa Silvia, que a veces tiene que hacer uso de la guagua y no puede debido al fin de la frecuencia a las 22.00 horas. «A las diez de la noche termina el transporte público, que se ampliara más sería ideal para llegar a sus casas la gente que trabaja fuera», explica Silvia bajo un sol espléndido en el casco antiguo de Arucas.
En esta misma línea sigue Cristóbal Rivero, que cuenta que a veces ha visto a personas mayores esperar horas en la parada de guagua con el calor que a veces hace en el municipio norteño. «Veo que tarda mucho el transporte público, no hay mucha frecuencia, aunque es comprensible porque a veces van vacías». Sin embargo, este vecino aruquense cree que «en los días de fiesta puedes esperar hasta dos o tres horas y ves a los mayores esperando al solajero y es demasiado», concluye.
Silvia Rivero
Vecina de Arucas
Pero cuando les vuelves a preguntar por cómo se vive aquí, los tres vecinos vuelven a transmitir la tranquilidad que te contagia aquellas actividades que se pueden realizar por el municipio como bañarte en su costa o disfrutar del casco antiguo de Arucas con la familia o con tus amigos tomando una cerveza con vistas a la iglesia. «Se vive muy bien aquí, es una zona muy cómoda, cerca de la capital grancanaria y tiene de todo, es muy cómodo», puntualiza la vecina de La Hoya de San Juan.
«Aquí se está estupendamente, aunque también hay paro y eso son los que peor lo están pasando», cuenta Pedro, uno de los farmaceúticos más famosos de Arucas, ya que lleva muchos años en la misma farmacia. Es el sentir de unos vecinos que la paz en Arucas la llevan por bandera. «En Arucas estas tranquilo, muy pacífico, no hay tanto movimiento de drogas como antes, ni gente mala. Todo se ha calmado», afirma Cristóbal Rivero con una mirada de calma.
Cristobal Rivero
Vecino de Arucas
La paz que te da pasar un día en Arucas también te la da la noche. «Los menores salen por aquí cuando anochece y no tienen ningún problema, no como en la capital», explica la vecina de La Hoya de San Juan. Silvia Rivero argumenta que «aunque no se ve a mucha policía, puedes llegar tarde a casa que no vas a tener ningún problema en volver con seguridad y tranquilidad».
Las elecciones se acercan y el pueblo aruquense también quiere ser partícipe de la propaganda electoral. Un municipio que goza de la popularmente llamada 'Catedral de Arucas' y que es el municipio más poblado del norte de Gran Canaria, exceptuando la capital de la isla. Todo un municipio que ha ido cambiando con el paso del tiempo, dejando de ser una ciudad dormitorio para convertirse en toda una referente para los canarios y canarias de la isla redonda que cada año disfrutan de sus encantos.
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