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La concejala Catalina Sánchez y la monitora, Isabel Hernández, con algunos de los participantes en este taller. Cober

El calado de Ingenio, una tradición que une generaciones

Decenas de personas de todas las edades pasan cada semana por la sede de Coros y Danzas para aprender y perfeccionar esta técnica, que se convierte también en un punto de encuentro para compartir experiencias

Viernes, 16 de agosto 2024

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El calado tradicional es una seña de identidad de Ingenio y también es una práctica que une a generaciones. Con el objetivo de que esta técnica se mantenga viva en el municipio, Coros y Danzas de Ingenio abre de lunes a viernes su sede por las tardes, además del jueves por la mañana, para impartir talleres gratuitos, tanto para aquellos que quieran aprender desde cero como para los que buscan perfeccionarla.

A la vez, este lugar se ha convertido en un punto de encuentro para compartir vivencias e intercambiar conocimientos entre personas de todas las edades, desde menores que a veces no llegan a los cinco años, hasta adultos que superan los 80.

Estos talleres, impulsados por la Fedac, rompen los tópicos que pueden existir con el calado. Hay hombres y mujeres, adolescentes, jóvenes y niños y niñas.

Samuel, junto a su abuela, realizando el calado. Cober

Un método contra el estrés

Muchos de los asistentes que han empezado hace poco tiempo aseguran que acudían con la idea de que el calado es más difícil de lo que después descubren que es. Y el sentimiento generalizado de los que lo practican, ya sea desde hace poco como mucho tiempo, es que se convierte en un excelente método contra el estrés. Y es que calar, relaja y desconecta, y a la vez ayuda a alejar el sentimiento de soledad en este espacio grupal.

Para fomentar el calado entre las nuevas generaciones y recuperar aquellas personas que hace años que dejaron de realizarlo, la Concejalía de Artesanía, Patrimonio Cultural y Desarrollo Etnográfico, que dirige Catalina Sánchez, ha firmado un convenio con Coros y Danzas para llevar la artesanía a los centros educativos y permitir el reciclaje de las caladoras los jueves por la mañana en este mismo espacio.

Reciclaje

Sánchez explica que la mayor parte de las mujeres de más de 50 años del casco municipio alguna vez en su vida hizo calado, pero por diferentes circunstancias dejó de hacerlo, así que la intención es recuperarlas.

Jóvenes aprendiendo la técnica. Cober

Ese es el caso de Paqui Olivares que lo retomó hace poco tiempo, así que acude junto a su hermana, Marisa, que lleva ocho años haciéndolo y que reconoce que el aprendizaje no tienen fin.

Por su parte, Samuel, de 10 años, va ocasionalmente con su abuela Inma, con quien lo practica también en su casa. Mientras que Lucía Pérez, de casi 18 años, decidió este verano aprenderlo pese a que lleva ya tres años en Coros y Danzas con otras prácticas como el baile Su intención es seguir acudiendo.

Por su parte, Juanita Rodríguez, de 80 años, lleva toda su vida calando y no acude al taller para aprender sino para compartir momentos con el resto de compañeros, ya que reconoce que no le gusta quedarse en casa. Así que va casi todos los días por las tardes en lugar de calar en soledad.

Y Eyezel Pérez, de 12 años, lleva un año yendo a la sede para perfeccionar los conocimientos que adquirió de su abuela desde que tenía 5 y porque le relaja después de salir del colegio.

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