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Farallón exento en cuya superficie Galindo documenta un almogarén. Velasco atisba indicios. Arcadio Suárez

¿Hay almogarenes en el Roque Nublo?

Un proyecto del arqueólogo Abel Galindo identifica los primeros vestigios indígenas en el entorno del simbólico monolito de Gran Canaria | El Cabildo catalogará los bienes que adscriba a la etapa prehispánica

Domingo, 29 de junio 2025

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Si a día de hoy, en pleno siglo XXI, el Roque Nublo se ha erigido en un símbolo paisajístico y hasta cultural de la identidad de Gran Canaria y de sus habitantes, ¿cómo no iba a serlo en el pasado indígena de la isla para una sociedad mucho más vinculada que la actual a su entorno natural? Esta puede ser una premisa de partida, pero en los ámbitos científicos, como, en este caso, es el arqueológico, hacen falta algo más que deducciones razonables.

Un arqueólogo, Abel Galindo, de Arkeós, ha puesto algunas pruebas sobre la mesa. En un estudio reciente ha documentado en el Macizo del Roque Nublo y su entorno más inmediato siete bienes de naturaleza etnográfica y 29 arqueológicos, entre ellos, los más llamativos, tres posibles almogarenes, estructuras artificiales que labraban los indígenas en la piedra como lugares sagrados o de culto para la práctica de diversos rituales.

Lo curioso, y lo llamativo, es que a pesar de ese indudable carácter referencial de un monumento natural que lleva siglos presidiendo el paisaje cumbrero de Gran Canaria, hasta ahora no consta catalogado bajo su sombra más cercana ningún vestigio que lo vincule de forma empírica a aquellos pueblos que habitaban la isla antes de la conquista castellana, que se produjo a finales del siglo XV.

Un momento de la visita al enclave donde Galindo identifica un almogarén. Arcadio Suárez

Estos nuevos hallazgos los ha enumerado y explicado Abel Galindo en su proyecto 'Intervención arqueológica de prospección del Macizo del Roque Nublo', un estudio financiado por la Dirección General de Cultura y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, que data de 2022, pero que fue presentado este año en una conferencia en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria. Lo mantuvo inédito tres años por criterios conservacionistas y decidió hacerlo público en este 2025 después de que el Cabildo estableció un control en los accesos a este paisaje protegido.

El probable almogarén, tras una lluvia, con las cazoletas llenas de agua. Foto Gobierno de Canarias

«Estos datos hablan de un espacio cultual en torno a la obtención del agua o a la ritualidad vinculada a los astros como la Luna o el Sol», apunta Galindo. Esta es la hipótesis que maneja, que el Nublo fuera un espacio asociado a los cultos indígenas y que, además, las prácticas rituales girasen en torno a la sacralidad del agua. Como producto de ese uso, este especialista documenta esos tres almogarenes, además de una red de canales y cazoletas. «A partir de la consideración del monolito (en alusión al Roque) como forma itifálica (...), conllevaría considerar todo el espacio como un lugar donde se derrama el agua para fertilizar el campo y dar vida», recoge Galindo en su estudio.

Su propuesta ya está lanzada. Ahora queda desarrollarla con «estudios más completos y encadenados», como él mismo reconoce. Por lo pronto, en el Cabildo de Gran Canaria, la institución con competencias en la isla para la protección de los espacios arqueológicos, no ven tan evidente ese uso cultual. Javier Velasco, arqueólogo e inspector insular de Patrimonio Histórico, sí atisba indicios de un posible almogarén en una de las tres formaciones que señala Galindo, precisamente la más visible y accesible. Es uno orientado al oeste, al Teide, «colgado sobre un pequeño farallón exento» y en medio de «un inmenso vacío circundante», como lo describe el proponente en su estudio. «Está compuesto por una gran cazoleta, además de otras dos pequeñas unidas por un canalillo», abunda Galindo.

Abel Galindo y Javier Velasco, durante la visita y con el Roque Nublo y La Rana de fondo. Arcadio Suárez

Velasco, que esta semana giró visita al enclave junto al autor del estudio y de la que fue testigo este periódico, sí subraya, más aún a partir de los datos que aporta Galindo, que «el Roque Nublo presenta un indudable interés patrimonial» en la medida en que «presenta huellas inequívocas de la presencia tanto de población prehispánica como de población posconquista en este entorno vinculadas a diferentes actividades económicas y de otra índole».

El arqueólogo Abel Galindo, de Arkeós. Arcadio Suárez

Cuevas usadas por pastores

Las más evidentes, a juicio de Velasco, son las asociadas al uso pastoril, en torno a las que Galindo documenta varias cuevas en una ladera del llamado Risco de Los Timoneros, muy poco accesibles, y que, según advierte, no están catalogadas. «Con interés etnográfico hay muchas; con restos en superficie, cerámicos y de época histórica, hay cuatro, poco accesibles. Y luego, arqueológicas, en las que se aprecia un uso tanto indígena como etnográfico, hay dos», detalla Galindo. Lo constató por la presencia de restos lítico tallados y también de cerámica indígena, en este caso, «un anforoide en varios trozos».

Posible paso original de acceso al Roque Nublo. Abel Galindo describe cuatro escalones labrados en la roca. Arcadio Suárez

Velasco abunda en sus características. «Son huellas arqueológicas claras de un uso ganadero de todo el entorno, a juzgar por el tipo de evidencias que aparecen en las cuevas». Y se explica. «Son pequeñas, con no muy buenas condiciones de habitabilidad, salvo que se utilicen por periodos cortos de tiempo, como es este caso. No tienen mucho relleno; eso es un indicativo de un uso estacional».

Javier Velasco, arqueólogo e inspector de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria. Arcadio Suárez

En el recorrido hacia El Tablón del Nublo, Galindo le muestra a Velasco algunos de los vestigios arqueológicos que ha identificado en este singular marco geográfico y en el que, advierte, «hasta el momento no se habían realizado prospecciones sistemáticas», pese a que este roque es un símbolo de Gran Canaria.

Por ejemplo, halló el que podría ser «el paso original» que sube a El Tablón por su ladera oeste. En la parte superior se conservan cuatro escalones labrados en la piedra, pero en su tramo inferior este arqueólogo identifica «agujeros pequeños como para sostener un entablado». Explica a Velasco que lo categorizó como arqueológico por la numerosa presencia de restos cerámicos en su entorno».

Restos cerámicos. Arcadio Suárez

Y asociado a ese paso entiende Galindo que ha de haber una estructura que lo controle o vigile, que sitúa muy cerca, en una que está orientada al oeste, ya en El Tablón, en alto, y en la que ha hallado partes talladas. En cambio, aquí su visión discrepa con la de Velasco, para quien, a priori, se trataría de una formación natural.

Gobierno de Canarias

Las evidencias que aporta Abel Galindo

Las evidencias arqueológicas halladas por Galindo se agrupan en estructuras con forma de muros asociadas a cuevas y solapones, restos de cerámica y de industria lítica, tres espacios rituales o almogarenes y estructuras labradas en la roca con formas globulares, además de canales circulares y rectilíneos (horizontales y verticales) y cazoletas. En la foto superior, varias cazoletas de uno de los almogarenes documentados por Abel Galindo.

Esa misma discrepancia les lleva a debatir sobre tres estructuras singulares, localizadas también en El Tablón, con un canal en forma de arco. Galindo tiene claro su carácter antrópico por su morfología y su particular alineación y dice que lo que despista es que están muy erosionadas. Eso sí, no sabría precisar su funcionalidad, pendiente de un mayor estudio. Velasco, por su parte, insiste en su origen natural.

Estructura en arco identificada por Abel Galindo en El Tablón. Arcadio Suárez

En cualquier caso, y más allá del debate, tampoco es partidario de señalizarlos para protegerlos. «Es mejor que pasen desapercibidos; además, no están en un lugar de paso». A Velasco le preocupan más los abrigos con material en superficie, susceptibles de expolio. Algunos de esos restos están presentes en el propio Tablón, a los pies del Nublo, como un pico de fonolita de factura claramente amazigh que también descubrió Galindo. Este arqueólogo insta a adoptar medidas preventivas inmediatas, como una prospección para recoger esos materiales fácilmente accesibles o encauzar a los visitantes en un solo camino para que los vestigios no se sigan erosionando.

Pico de fonolita de clara factura amazigh. Arcadio Suárez

El Cabildo no descarta esa prospección tras georreferenciar bien esos restos, pero de entrada se compromete con su conservación y protección, que, en un primer paso, implicaría incorporar al inventario arqueológico de Gran Canaria aquellos vestigios de clara factura indígena.

Trozo de cerámica con decoración en almagre en forma de triángulos. Foto Gobierno de Canarias

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