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Jugar a las casitas

Jueves, 16 de julio 2020, 19:04

Jugar con los asuntos de comer es uno de los entretenimientos favoritos de los políticos. Lo grave es que creen que están jugando a las casitas, aunque en sus manos esté el futuro de miles de millones de los contribuyentes que deben gestionar con rigor para que los servicios públicos funcionen.

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El juego político se intensifica en etapas preelectorales, como la que estamos viviendo. Es el mejor momento para hacerse la putadas sin recato, entre partidos y desde las instituciones. Es el momento en el que los líderes quieren aparecer ante los ciudadanos como los mediadores y solucionadores de problemas. Para ello retrasan las medidas, las secuestran, juegan con ellas al gato y al ratón, se entretienen en las casitas y cuando menos se lo espera el contrincante le echan la burra y aparecen en los periódicos como héroes.

Banalidades de la política tejidas para el engaño de los ciudadanos que por las prisas y la intensidad de lo que ocurre vivimos de lo simple, de la última percepción en las que no caben los matices, hechos o historia. Un auténtico lastre de nuestro tiempo que costará siglos superar. Repaso estas premisas porque el ambiente político en Canarias está muy marcado por ellas.

Hay claramente dos bloque preconstituidos para las próximas elecciones de mayo, uno por la derecha (CC-PP y Gomeros) y otro por la izquierda (PSOE,NC y Podemos), con Ciudadanos en medio (con matices porque sus preferencias están en la derecha) si, finalmente, entra en el Parlamento. En un mismo bloque quieren aparentar antagonismo, pero la realidad es que se ayudan mutuamente porque el objetivo es que uno de los dos gobierne en 2019. CC trabaja intensamente con el PP, con los gomeros y con varios partidos más de implantación local para no perder la mayoría en diputados que le permite negociar la Presidencia del Gobierno. La izquierda, más desorganizada, mantiene viva la esperanza de «acabar con el régimen» en un gran acuerdo de progreso. La cuestión es que esa decisión va a estar en manos de dos o tres diputados y que partidos como el PSOE, hoy enfrentados a Clavijo, no tendrán el más mínimo escrúpulo en negociar con él una parte del pastel y renunciar al objetivo de desalojarlo. Así son nuestras cosas.

Este escenario es el que explica el enfrentamiento del Gobierno de Canarias con el Gobierno central, CC y su bloque contra PSOE y su bloque, con algunos matices en Nueva Canarias que, últimamente, ha tenido gestos de acercamiento a CC dando palos al PSOE por el asunto de los convenios o perdonando la vida a Clavijo en el caso Grúas. Es esto lo que explica que Clavijo se enfrente al Gobierno central hasta por la cuestión catalana, que exija una conferencia de presidentes o que se enfade mucho porque Ángel Víctor Torres se entrevista con el ministro de Fomento en Madrid para desbloquear el convenio de carreteras.

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Insisto, nada que no sea un mero juego que tiene como único objetivo demostrar la capacidad de gestión y de influencia, entretener a su parroquia, crear enemigos en causas ficticias con final feliz para que usted y yo valoremos a quién votar en mayo. Nada que no esté escrito.

En el episodio del convenio de carreteras el PSOE tiene secuestrado el documento sin razón aparente alguna, salvo las técnicas, que suenan a excusa; lo mantiene para no dar aire con cientos de millones a CC y como cebo para gestionarlo en beneficio propio cuando llegue el tiempo político oportuno. Mientras, los periodistas, inútilmente pendientes de las agendas de los políticos, publicamos cada detalle de la broca y el final feliz, obviando que forma parte de un juego en el que somos los pardillos.

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Incluso la incomodidad de los socialistas canarios con los suyos en Madrid hay que interpretarla como parte del juego. Es aquí donde hay que quedar bien, y hacerlo supone desbloquear a CC los primeros 300 millones de euros para que inauguren algunos tramos de la red de carreteras, una de las obras más apetitosas, por las suculentas cuantías que se manejan en los contratos y las reformas de los mismos y por lo mucho que gusta a los ciudadanos el asfalto.

Como muy bien preguntaba nuestra compañera Loreto Gutiérrez en su crónica del pasado jueves. ¿Hay problemas reales que obstaculizan el convenio, se debe al boicot de un funcionario puntilloso o está el Estado dando largas para no tener que transferir a Canarias 307 millones a pocos meses de las elecciones autonómicas.

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