Sonrisas e ilusiones por Navidad

No todo es lotería en estas fiestas y prueba de ello es la ilusión y ganas que le ponen los vendedores de la ONCE en esta época para que los que prueban fortuna puedan llevarse al menos un pellizco del sorteo de Navidad. Para ello no dudan en engalanar sus puestos o ponerse un gorro de Papá Noel. La ocasión lo merece.

En muchos de los rincones de nuestra geografía se pueden encontrar a vendedores de la ONCE, pero en pocos los hay tan navideños y con una sonrisa permanente que ofrecer como los tres protagonistas de esta historia: Gloria Estrella Hernández, Orlando Gutiérrez y Domingo Sánchez.

En sus puestos de las calles Luis Morote, Mesa y López y Juan Manuel Durán están cada día con ganas de vender muchos cupones y, como no, repartir la suerte. «Es muy agradecido ver como la gente sonríe cuando me ve vestido de Navidad, aunque no me compre. Es algo que me encanta y muchos de ellos incluso vuelven por la tarde y se llevan el número», relata con una sonrisa permanente Orlando Gutiérrez. Él no pierde la ocasión de enfundarse un gorro de Papa Noel con luces, cascabeles y cupones colgando que no dejan indiferente a nadie: «Considero que estás en la calle y tienes que ser diferente para transmitir alegría y sobre todo, ilusión. Hay que trasladar un sentimiento de ganas de que te pueda tocar y el premio sea tuyo», exclama.

En la misma línea se expresa su compañera Gloria Estrella Hernández, que tiene su puesto en la esquina del hotel Concorde lleno de artículos navideños. «Es que es momento para ello y hay que transmitir felicidad», relata mientras muestra los corazones, pegatinas con sonrisas, árbol de navidad y hasta unos pendientes con forma de estrella. «Nunca he sido muy navideña y no me gustaban estas fechas, pero con los años y al estar aquí en contacto diario con la gente, decidí un día subirme a este tren y decorar el puesto con todas las cosas que me inspiren la Navidad, además de estos pendientes ya que el gorro no me gusta», describe bromeando con todo aquel que se acerca a su pequeño rincón.

Domingo Sánchez es uno de los novatos en estas lides puesto que sólo lleva seis meses en la ONCE, pero este tiempo le ha servido para entender que estas fechas son especiales y hay que demostrarlo: «Por ello me pongo mi gorro rojo cada día con la esperanza de repartir premios y la certeza de que estoy generando ilusiones. Fui operado de la columna y me cambió muchísimo la vida, aunque gracias a la ONCE tengo un nuevo trabajo y estoy muy contento. Al principio me costó adaptarme pero me he ido ganando la clientela y el cariño de las personas que vienen a diario», afirma feliz y con un denominador común con respecto a sus otros compañeros: la sonrisa nunca la pierde.

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