El León Blanco del Parinacota
Juan Espino, El Trota, superó los 6.100 metros en la expedición a la cima del Parinacota, en la que el alpinista Javier Cruz blandió la badera de Gran Canaria en su cota más alta a más de 6.300 metros. Misión cumplida en Bolivia, para satisfacción de todos los miembros del equipo.
Publicidad
Largo y tortuoso recorrido hasta la cumbre del altiplano boliviano. Honores para Javier Cruz, que consiguió coronar el Parinacota y elevar al luchador Juan Espino, El Trota, a más de 6.100 metros en su primera experiencia en la alta montaña. El grupo grancanario, no sin condicionantes físicos y meteorológicos, logró alcanzar la cumbre, solo le faltó unos 200 metros al Trota, después de más de once horas de largo y frío ascenso. «Ha sido el reto deportivo más duro de mi vida. He sufrido la exigencia de la montaña con dolor de cabeza, mareos y un gran desgaste físico y mental. La alta montaña te lleva al límite de tus fuerzas, pero estoy muy satisfecho de haber logrado ver la cima y superar los 6.100 metros», aseveró Juan Espino ya de regreso.
El León Blanco, como se le conoce en Segenal tras su gestas luchísticas en este país, sufrió los condicionantes extremos de la alta montaña, pero consiguió alzarse por encima de los 6.100 metros, logro que pocos desportistas no iniciados en la montaña pueden presumir en Canarias.
Y eso que aceptaba el reto del volcán situado en la frontera entre Bolivia y Chile con la seria duda de la respuesta de su maltrecha rodilla derecha. Sin embargo, a pesar de los dolores, de los efectos del mal de altura y su desconocimiento al montañismo, se repuso en momentos de crisis para tocar casi la cumbre del Parinacota. Solo el cansancio acumulado durante largas horas de ascensos verticales en roca y nieve imposibilitaron que Juan Espino cubriese los últimos 200 metros del recorrido. Por entonces, sobre las 15.00 horas local, el tiempo recomendable para una ascensión tras partir a las 4.00 de la mañana, además de la amenaza de un cambio radical de la meteorología y el atardecer con el descenso de temperaturas, hicieron recomenzable comenzar a descender. Javier Cruz, jefe de la expedición Ralons BWM-Mini, alcanzaría la cima media hora después cumpliendo con el propósito de subir la bandera de Gran Canaria a lo alto de la montaña andina.
En total, desde que se inició el recorrido en el campo de altura hasta regresar al punto de inicio, fueron casi 17 horas de tavesía por el Parinacota. La falta de experiencia de Juan Espino y su condición física aconsejaron que la ascensión fuese pausada. Pronto la altura hizo efecto. La ascensión se hace temprano, esta vez se inició con retraso cerca de las 4.00 de la mañana desde el campo de altura, situado a 5.200 metros. El comienzo del camino es un sendero de tierra y rocas que se cubre en más tres horas hasta que se llegó a la nieve, sobre los 5.600 metros. Por entonces ya era de día en la cumbre de Los Andes, con el Pomerape, la cumbre vecina, y el Sajama, la cima más alta de Bolivia de más de 6.500 metros, como testigos.
Publicidad
La nieve exigió el uso de los crampones, con el sol ya en lo alto, el grupo de montañeros tuvo que afrontar rampas que se fueron haciendo más verticales. Al peligro de un resbalón fatal o de avalanchas y desprendimientos se añadió la presencia de penitentes, una suerte de agujas de hielo formadas por el viento. El tiempo estable en el inicio del invierno facilitó el camino de los isleños, que sin embargo antes del amanecer sufrieron temperaturas inferiores a los 10 grados bajo cero. Finalmente, después de alcanzar la cumbre del Parinacota, se regresaría tras de una maratoniana y sufrida noche en la montaña sobre las 22.00 horas del jueves al campo de altura, para luego volver a Sajama.
Regístrate de forma gratuita
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión