Ocho meses de cierre del Confital
La playa del Confital cumplió este martes ocho meses de cierre al baño. El origen de la contaminación fecal detectada el 26 de abril sigue sin resolverse. Tras descartarse que venga del mar, la búsqueda se centra en Las Coloradas y la zona militar. El concejal de Ciudad de Mar asegura que no se reabrirá «hasta que no estemos absolutamente convencidos de que esto se acabó».
La prohibición al baño decretada por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria el 26 de abril por contaminación fecal se va a mantener «hasta que no estemos absolutamente convencidos de que esto se acabó», asegura el concejal de Ciudad de Mar, José Eduardo Ramírez. Apunta que es consciente de que esta situación «es un desgaste para nosotros», pero «la queremos resolver de manera definitiva».
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Hay que recordar que el Consistorio tomó la decisión de cerrar al baño El Confital siguiendo la recomendación de Salud Pública, que detectó en sus análisis de las aguas la presencia de bacterias del tipo enterococos en una concentración superior a las 200 unidades formadoras de colonia en que se establece el límite máximo. Aunque la bandera roja se retiró el 16 de junio, las dos administraciones siguieron desaconsejando el baño y el 7 de julio se volvió a prohibir el mismo.
Desde entonces se ha mantenido el cierre y se han llevado cabo diferentes actuaciones tratando de localizar el origen de esa contaminación. El edil de Ciudad de Mar explica que «Emalsa y la Unidad Integral del Agua» del Ayuntamiento «están ahora mismo llevando las investigaciones».
Así, expone que las catas realizadas en la playa confirmaron que «la contaminación no viene de fuera, no viene del mar», sino «de dentro de la propia ciudad». Por lo que ahora «lo que está haciendo Emalsa», que trabaja «con muchísima intensidad», es echar «colorante sobre todo en la zona de Las Coloradas y en el espacio militar, porque son los dos únicos sitios donde puede haber algún tipo de rotura, de filtración que atraviesa el terreno y nos termina llegando abajo (a la playa)».
Ramírez dice que se están poniendo «colorantes más resistentes» porque «de lo que se está echando, de momento, no nos está llegando nada. Pero la contaminación sigue ahí».
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