La noche está llena de incertidumbres
El sector del ocio nocturno busca fórmulas para reinventarse ante las incógnitas abiertas sobre la reapertura de sus negocios, el aforo al que podrán atender y, no menos relevante, el miedo a volver a socializar de sus clientelas.
Cuentan los viejos búhos que las noches de fiesta en la Las Palmas de Gran Canaria ya no son lo que fueron. Tiempos de boato en el que incluso los periódicos dedicaban páginas a testimoniar el fichaje de tal pinchadiscos o cual relaciones públicas por cualquiera de las infinitas discotecas que se desperdigaban por la ciudad. Puede que ya no sea lo mismo, pero sigue siendo un sector importante, con un tejido laboral relevante, al que la Covid-19 también ha frenado. Demasiadas incertidumbres sin fecha de retorno definida todavía.
Publicidad
Lorenzo de la Hoz del Paper Club y Javier Álvarez de la Azotea de Benito tienen algo claro: «toca reinventarse». ¿Cómo? Eso es lo que está por definir. Todavía no tienen claro nada. Ni siquiera cuándo volverán a abrir, mientras tanto, en compañía de sus socios buscan fórmulas imaginativas para recuperar las pulsaciones cuanto antes.
«Escucho cosas, posibles normas y protocolos, pero nadie nos ha aclarado todavía cómo podremos proceder a la reapertura. Ni cuándo, aunque tenemos claro que vamos a ser de los últimos en abrir», indica Lorenzo de la Hoz, desde la sala de la calle Remedios.
«Siempre cuidamos muchas las cosas referentes a la higiene y así seguirán siendo», expone Javier Álvarez, desde la terraza del Centro Comercial Monopol, pero sus dudas caminan hacia «el tiempo que la gente va a perder el miedo a volver a darse una fiestilla, por decirlo de alguna manera».
Ambos tienen claro que el impacto de la pandemia va a costar recuperarlo. «Va a ser muy difícil. Sabemos que nuestra sala tiene que funcionar aproximadamente a un tercio de su capacidad cuando volvamos a abrir, pero tendremos que hacer muchos números para conseguir que sea rentable. Nosotros cuando abrimos tenemos aproximadamente a 20 personas trabajando entre camareras, seguridad... y todo el movimiento indirecto que esto genera. Y no nos ha quedado más remedio que plantear un ERTE», significa de La Hoz.
Publicidad
Eso también lo saben bien en la Azotea de Benito. «Tenemos una plantilla de 18 personas fijas, pero somos eventualmente un grupo de 80. Además, sé que este mundo antiguamente tenía mala fama, pero contamos con un departamento de recursos humanos y con una representación sindical que es muy exigente para que los contratos tengan las mejores condiciones para nuestros empleados», indica.
Para ello ambos tienen claro que se debe trabajar en fórmulas desde la administración. Exenciones fiscales, ayudas directas o afinar en los cobros de tasa de las licencias para poner a salvo al sector.
Publicidad
Los titulares que suelen acompañar a las informaciones relacionadas con el ocio nocturno están más asociados a las páginas de crónica roja, con incidentes y ruidos. Sin embargo, es un sector que tiene una incidencia destacada en la economía del archipiélago. Sin ir más lejos, el último informe de la Asamblea General de la Federación de Asociaciones de Ocio Nocturno de España indicaba que las cifras del segmento en las islas representaba un 2,3% del Producto Interior Bruto.
Según dicho informe, en Canarias existen 1.325 empresas de discotecas y salas de fiesta. Y en las se superan los 1.000 millones de facturación y se mueven 10.600 puestos de trabajos, datos claramente influenciados para el próximo reporte por el estado de alarma propiciado por la expansión del coronavirus.
Publicidad
Otra de las conclusiones de ese balance es que el peso del sector del ocio sobre la economía de las islas tienen una incendia superior en un 150% a la media del Estado.
Esas cifras, que mostraban la fortaleza del negocio, evidentemente tardarán en volverse a ver. Y necesitarán de una suma de medidas coordinadas. «Tardaremos muchísimo tiempo en volver a números de antes. En casos como el nuestro, encima, hicimos hace solo unos meses una importante inversión para renovar el local y adaptarnos a los tiempos. Pero se van a tener que adaptar todos los que participan de los negocios: los caseros bajando los alquilares, las administraciones adecuando las tasas...», expone Lorenzo de la Hoz del Paper Club.
«Por el momento las medidas que escucho son como un placebo, que no a todos nos van a servir. Hacen falta medidas de ayuda más directas», comparte Javier Álvarez, de la Azotea.
Regístrate de forma gratuita
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión