¿Nos vamos de pesca?

Marcados por la cercanía a las montañas o por la falta de precipitaciones, las tres vertientes que alimentan los ríos visten de características distintas a todos los ríos del país.

Existen, al menos, 8 especies de barbo, especie autóctona y endémica ibérica. El lucio, en cambio, es preciado por la lucha que propone. Habita en pantanos o embalses.

Otras especies de río o laguna elegidas son el siluro por el tamaño que logra alcanzar, la trucha marrón, el salmón del Atlántico, la lubina o la corvina rubia si pescas en el mar, por el sabor de su carne.

Rica en cantidad y variedad de especies, cualquier río, ría, embalse o si se quiere pescar en el mar, será el indicado para probar este magnífico deporte.

Cada región del país posee su especie insignia. Y esto es así, por las variadas condiciones climáticas y las características propias de cada vertiente.

El Mar Mediterráneo, por ejemplo, es un gran sitio para extraer especies marítimas como el tiburón, las rayas, los meros o las lubinas. En el norte, en sus ríos cortos, pero muy caudalosos, que nacen en las montañas cercanas a la costa, las anguilas, el pinto, el sargo, el barbo y también la lubina, son los exponentes estrellas que, temporada a temporada, reúne a miles de curiosos que recorren grandes distancias para lograr capturarlos.

Los ríos de la vertiente atlántica, en cambio, son más largos, nacen cerca del Mediterráneo y tienen su desembocadura en el Atlántico, tienen un régimen fluvial irregular, debido a las mínimas precipitaciones en verano, llenos de peces autóctonos y de especies introducidas, también atraen por sus tamaños, como los siluros, las lubinas negras o las percas.

Si es la primera vez que se prueba esta práctica, no es fundamental tener una. Pero en el caso de que se quiera subir a otro nivel, es importante contar con una caja de pesca, nutrida y variada de elementos.

Primero, lo primero: según el sitio elegido, necesitaremos una caña y un carrete con el sedal adecuado. Los hay de distintos tamaños y características, consulte en una casa especializada.

Si ya se ha participado de varias excursiones previamente, reconocerá estos objetos como imprescindibles. Se recomienda tener mucha cantidad de anzuelos de distintos tipos para pesca variada, plomos, esmerillones, separadores, mosquetones y un buen cuchillo.

Una de las razones que hacen apasionante a la pesca es cómo se viven los días previos. Atentos al clima, si ha habido luna llena o creciente, si está crecido el río o está en baja. En resumen, se vive con los cinco sentidos conectados a esa expectativa fabulosa que se experimenta a orillas del sitio elegido. La noche previa se sueña con grandes batallas y capturas que, sin embargo, rara vez se hacen realidad, un poco por obra del azar y otro poca por impericia del pescador. Pero uno de los grandes momentos consiste en ir de 'shopping', recorrer distintas casas de artículos de pesca para sumar equipamiento. Porque no sea cosa de quedarse sin anzuelos en medio de la nada, ¿no?

Y el primer paso que se debe tener en cuenta es el de pensar dónde se guardará todo ese mundo de pequeños y puntiagudos objetos. Entonces, una vez adquirida la caña y el carrete, se debe pensar en una caja para guardar todo lo necesario para vivir la experiencia de la pesca como se debe.

Según el sitio escogido, una caña telescópica con un carrete frontal, será el equipo ideal para piezas chicas a medianas, por el material y la resistencia que deben tener. Estas propiedades de los elementos se miden en libras (lbs).

Para piezas de medianas a grandes, será necesario un equipo conformado por un carrete rotativo y una caña de varios tramos. Éstas permiten mayor longitud y resistencia.

El mundo de la pesca tiene todo un universo paralelo y diverso en relación a los actores principales de esta práctica. Y este análisis se detendrá poco en esto debido a que el factor limitante es el económico: existe un rango que va desde algunos euros a cientos, si se piensa en un carrete rotativo último modelo. Acá será el bolsillo quién elija la mejor opción.

Y es ahí donde la bondad del buen vendedor entrará en juego y propiciará de buenos consejos al ilusionado comprador. No todo lo caro es lo mejor en esta práctica porque, como se ha dicho antes la pesca es azar y debe ser, fundamentalmente, generadora de grandes anécdotas.

Para la parte más importante del acto, primero, debemos observar que no haya nadie cerca para no engancharlo con el anzuelo o golpearlo con el plomo. Es importante la elección de un cebo adecuado, según la especie que se quiera obtener.

Cuanto más pesado sea el plomo más lejos nos permitirá arrojar el cebo. Los hay de muchas formas y el peso se mide en gramos (grs.). Cuando se pesca con señuelo, no es necesario incluir uno debido a que el peso del propio aparejo permite alcanzar cierta distancia.

Ha llegado el día. Aunque puede parecer una tontería, en estas épocas de mucho calor, será necesaria la protección al sol, a los mosquitos con un buen repelente y tener a manos mucho líquido para enfrentar largas horas de espera.

Conseguidos los cebos, con una caja acorde a la experiencia (y expectativas), el equipo acorde a la ocasión, es el momento de lanzar el equipo, escoger un lugar cómodo para sentarse, poner los pensamientos en blanco, encontrar el relajo en la naturaleza y comenzar a conectar a los sentidos con el entorno.