Del director

Las otras responsabilidades

Cuesta entender dónde encajan esos abonos en la estrategia antiterrorista

Francisco Suárez Álamo

Las Palmas de Gran Canaria

Lunes, 2 de diciembre 2024, 23:04

Entre las lecciones que nos van dejando el caso Koldo y su conexión con las andanzas del empresario Víctor de Aldama está la necesidad de ... revisar los mecanismos que permiten que alrededor de quienes gestionan el poder público pululen personajes que, como se está viendo, utilizan las facilidades de acceso a los despachos del poder para su beneficio propio. Es más, los hay que incluso reciben reconocimientos públicos, como ha pasado con Víctor de Aldama, cuyos méritos desconocemos a día de hoy pero que fue agasajado por la Guardia Civil con una condecoración firmada por el propio ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.

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Doy por sentado que Marlaska ni sabía quién era Víctor de Aldama cuando estampó la firma en el expediente que le pasaron con el inventario de proezas del empresario, un informe que lo hacía merecedor de honores. Pero por eso mismo hay que depurar responsabilidades y garantizar que en el futuro no sucede algo similar con algún otro pícaro.

Este lunes declaró el coronel de la Guardia Civil Francisco José Vázquez, que condecoró a Víctor de Aldama, y en lugar de poner luz sobre su actuación, se agarró a la normativa sobre secretos oficiales señalando únicamente que el comisionista había colaborado con la unidad antiterrorista que él dirige. El coronel endosó la responsabilidad de la propuesta de condecoración al comandante investigado en esta causa, Rubén Villalba, quien, según la investigación, habría recibido alrededor de 2.000 euros al mes pagados por Víctor de Aldama. Cuesta entender dónde encajan esos abonos en la estrategia antiterrorista, como también la excusa utilizada por el coronel para no dar más detalles. Es más, si damos por bueno el argumentario del coronel, acabará resultando que Víctor de Aldama tiene méritos para mayores honores y en lugar de investigarlo, hay que rotular las calles con su nombre.

Este y otros casos merecen consecuencias más allá de las que atañen a sus implicados. El 'listillo' de turno vive de las facilidades de otros que miran para no se sabe dónde y les dejan hacer. En eso también hay que poner el foco, porque vale que una vez un pícaro de estos se cuele en un despacho o en un coche oficial, pero que lo haga de manera regular es un fallo sistémico. A partir de ahí se producen los enriquecimientos irregulares y, por supuesto, los pagos a cambio de favores.

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Sobre eso deberían preocuparse los diputados y senadores presentes en las diferentes comisiones de investigación pero sospecho que no lo harán. Se precisa valentía para ello.

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