Esauira y su despertar gastronómico: de la tradición a la alta cocina
Hablar de este enclave costero de Marruecos es hacerlo de un destino mágico, donde el mar siempre acompaña al visitante, tanto en los bucólicos paseos como en las experiencias culinarias
Dicen de Esauira que es la ciudad más tolerante de Marruecos, siempre esperando al viajero con los brazos abiertos sea cual sea su nacionalidad, religión o inquietud, y la historia así lo confirma. Dentro de la hermosa Medina, tras cruzar la muralla del siglo XVIII y adentrarnos en una nave del tiempo que nos transporta a otra época, han convivido pacíficamente y con grandes gestos de hermandad bereberes, musulmanes, judíos y cristianos.
De hecho, el barrio judío es el mejor ejemplo de la gran tolerancia que guardan sus calles desde hace siglos, con hermosas sinagogas en su interior, que habitan junto a mezquitas e incluso iglesias católicas. Siempre con la brisa del mar acompañando al viajero, aportándole frescor ante el sofocante calor de puntos no muy lejanos, en Esauira todo pasa por el movido puerto, motor económico de la ciudad junto al turismo y su firme apuesta cultural, especializada en festivales musicales que atraen anualmente a miles de visitantes, tanto nacionales como extranjeros.
Una ciudad viva
Es ahí, en el puerto, construido en 1770, donde los pescadores salen y llegan diariamente cargados de las sardinas, gran emblema en la ciudad, lenguados, cangrejos, morenas, atunes o mariscos. Tras vaciar las redes y mostrar las piezas a los presentes, es en ese mismo escenario donde uno puede hacerse con unos buenos pescados y llevarlos directamente a algún puesto de parrillas ubicadas a pocos metros para que la preparen al gusto, pudiendo disfrutar de un pescado fresco a un precio muy bajo.
Debemos tener en cuenta que aquí la gastronomía se basa en el producto del mar, como es obvio, pudiendo acceder a una cocina de fiel elaboración tradicional con productos marinos. Esto le aporta a Esauira una diferenciación bastante interesante con otros puntos de Marruecos, y más teniendo en cuenta su gran actividad pesquera.
A los humildes y sabrosos puestos parrilleros ubicados en el puerto hay que sumarle una nueva generación de cocineros que, utilizando la excelente materia prima local, están revolucionando una gastronomía que pretende consolidarse como un atractivo más de la ciudad, lo cual es una decisión tan acertada como necesaria. Un gran ejemplo de esto lo podemos vivir en uno de los hoteles con más encanto en el interior de la Medina, el Heure Bleue Palais, de decoración exquisita y un ambiente que enamora.
En su imponente patio central, mientras la música en vivo armoniza y magnifica aún más la belleza imperante, los comensales pueden vivir una experiencia única con una cocina muy elaborada, sutilmente presentada y de sabores tan sorprendentes como placenteros. Ahí todo es hermoso, desde que recibimos la primera sonrisa al entrar hasta que volvemos a cruzar la puerta para salir con la necesidad de volver a vivir lo que nos acaba de pasar. La excelencia del entorno y la cocina por la que Esauira también apuesta para consolidar una oferta exclusiva.
También en el interior de la Medina, y retomando la tradicional cocina marroquí pero con protagonismo al mar, es fundamental adentrarnos en otro monumental patio donde se come de maravilla, el Hotel Riad Al Madina. Cuscús, tajín de pescado, ensaladas marroquís, pescado fresco, sabor a especias y a horas de elaboración. Todo ello con un servicio tan hospitalario como sincero y una cocina tan honesta como brillante. No deje de vivir esta experiencia para viajar a los sabores de Esauira de siempre.
Fuera de la muralla, con privilegiadas vistas al mar y a la excitante playa, la terraza en la última planta del Beytt Mogador ofrece una animada velada con música en directo y con una variedad de menús para disfrutar de un ambiente único. Aquí vemos una oferta más desenfadada, con platos reconocibles y adaptados al animado entorno, siempre apoyándose y respetando el producto local. Esta es una de las mejores bazas de la ciudad, tener la garantía de que todo está fresco y bien tratado. En esta terraza, además, puede animarse a bailar al terminar la cena, lo cual es un gran final para la experiencia.
No muy lejos de allí, y bajo la gestión de una agradable y acogedora familia española instalada desde hace años en Esauira, encontramos el Riad Zahra, cuyo interior sorprende por lo impoluto, original y lleno de detalles que está todo. Aquí le dan especial importancia a la oferta gastronómica, donde la fusión está tan perfeccionada que no disfrutarla en una visita a la ciudad, bien para alojarse o bien simplemente para comer, sería un error. El Zahra aprovecha la generosidad de productos que le ofrece el entorno y los elabora con mucha creatividad y criterio, todo ello ofrecido en un acogedor espacio que también cuenta con piscina en su parte superior.
Naturaleza y gastronomía
Ya saliendo de la ciudad, pero no muy lejos del centro, una visita que sorprende a todo visitante es la bodega y los viñedos de Le Domaine du Val d'Argan, en pleno paisaje del argán, el árbol milagroso del que todos presumen en la región. El interior de esta bodega, propiedad de un francés que, enamorado del entorno, apostó de manera valiente por elaborar vino de alta calidad que exporta, entre otros países a Estados Unidos o Francia, es obligatorio recorrerlo y hacer la visita por todos los rincones antes de parar para comer en un remanso de paz, frente a la piscina del complejo, bajo la placentera sombra de los árboles y maridada por los geniales vinos de la propia bodega.
Un recorrido, desde el puerto hasta el interior de los lujosos restaurantes, pasando por bodegas o terrazas con encanto, que demuestra el entusiasmo con el que se enfrenta Esauira a su gran despertar gastronómico. Estamos ante una ciudad que lo tiene todo, y eso no es un tema menor. Un destino del que enamorarse por su espíritu bohemio, acogedor y costero, pero también por su honestidad y su valiente apuesta en la cocina.
Destino Binter
Esauira es uno de los nuevos destinos que ofrece Binter esta temporada de verano en su gran apuesta por reforzar la conectividad de Canarias con el África Noroccidental, con un vuelo semanal, todos los sábados.
Los pasajeros disfrutan en esta ruta de las ventajas diferenciales del producto que ofrece Binter, con un servicio a bordo de alta gama centrado en ofrecer la mejor experiencia al cliente, que incluye amplias prestaciones a bordo de su moderna flota de aviones ATR 72.
En sus cómodos asientos, el pasajero puede disfrutar de un aperitivo gourmet de cortesía que, sin duda, convierte el vuelo de Binter en una experiencia realmente placentera.
