Wiley vino con un propósito: que el Granca se convierta en un club ganador

Convertido casi en un héroe en su primera etapa como claretiano gracias a su ímpetu y energía, Jacob Wiley quiere reinar en Gran Canaria. Y volvió a la isla con una consigna claramente definida: hacer que el Herbalife sea un club ganador. Así lo dejó claro ayer en la rueda de prensa previa al debut liguero de mañana ante el Bilbao Basket. El estadounidense quiere que la victoria se convierta en aliada y rutina. No hay más. El hambre se lleva en los genes.

«El primer partido de la temporada siempre es emocionante y más tras una buena pretemporada», analizó Wiley en rueda de prensa, donde, además, dejó claro que su equipo «no está preocupado por ningún jugador en concreto, sino por parar al Bilbao Basket y ver qué armas tienen que utilizar para frenarlo». No hay miedos en el cuadro isleño.

Sobre el nuevo técnico, Porfi Fisac, se deshizo en elogios: «Es un entrenador increíble que ha tenido gran parte de culpa» en la química que el Herbalife Gran Canaria ha exhibido durante la preparación del campeonato, puesto que ha hecho un «gran trabajo para que los jugadores sepan jugar todos juntos», lo que, a criterio del jugador, ha ayudado a aumentar «la química de forma natural» de la plantilla.

Asimismo, el estadounidense confesó que Fisac le ha pedido a que compita «con energía» y sea un jugador «duro», para aportar raza y hambre al colectivo. Por otra parte, también expuso que por el momento todos sus compañeros están «creando confianza» con él.

Al mismo tiempo, el ala-pívot insistió en la idea de convertir al equipo en un club ganador. El objetivo principal de la temporada que arranca este sábado para los grancanarios es «ganar». Así de forma constante, con la fórmula del «trabajo» como clave del éxito. «Tenemos un equipo bastante altruista que mira por la meta conjunta que es ganar», matizó para recordar que solo han disputado partidos de pretemporada y, por lo tanto, todavía queda «mucho camino por delante».

«En todos los sitios donde he jugado he conectado de manera muy positiva con los aficionados pero, sin duda, como conecto aquí con la afición es tremendo. Por eso estoy tan feliz de haber vuelto. Es un orgullo de representar a una isla», resaltó.

Cuestionado por las diferencias entre el Granca de su primera etapa y el que se ha encontrado ahora, Wiley dijo que es un equipo «completamente diferente», dado que no queda ningún jugador de la plantilla con la que coincidió en su primera estancia en la isla. Por otra parte, también encuentra diferencias en él mismo: «he mejorado bastante y he trabajado la inteligencia dentro de la cancha», lo que le ha llevado a aprender a «utilizar más su cabeza que su físico, algo muy importante que añadir a su potencia física».

En cuanto a los partidos sin aficionados, el pívot estadounidense recordó que los jugadores «se alimentan de la grada», sobre todo en energía y en los últimos minutos de los partidos, cuando ya están más cansados y los tiros empiezan a chocar con el aro y a escurrirse hacia afuera.

A su juicio, a la hora de la verdad el partido sin público «será como un entrenamiento». «Yo vengo todos los días con mucha energía y la misma que tenemos para los entrenamientos habrá que tenerla en un partido sin público», continuó el jugador en la previa del debut liguero.

Sobre su compatibilidad con Matt Costello, comentó que se han preparado en los entrenamientos tanto para jugar juntos como separados, aunque ha considerado que ambos son «grandes y con bastante habilidad y juntos son una pareja letal».

Con todo, Wiley lo tiene claro: quiere ganar mañana y seguir haciéndolo durante el curso. Lo lleva en la sangre. Es un ganador.

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