El botánico británico de Tafira
El Premio Canarias Internacional 2013 sucedió al botánico sueco Enrique Sventenius como director del Jardín Botánico Viera y Clavijo de Tafira en agosto de 1974 y durante 38 años ha llevado el timón del mayor parque de flora de España, convertido bajo su batuta en referencia mundial sobre vegetación de la Macaronesia. Se acaba de jubilar pero sigue al frente de la Cátedra Unesco sobre conservación de la biodiversidad vegetal de la Macaronesia y el oeste de África. A sus 70 años, este británico afincado en Gran Canaria recibe el galardón «como uno de los premios más importantes que me han dado nunca» y destaca «que el Gobierno de Canarias reconozca la labor del Jardín Botánico está bien, muy bien». En todo caso, aunque sea para él, mantiene que «este premio también reconoce el esfuezo de todo el equipo, es de muchísima gente» con la que ha compartido el devenir de las instalaciones de Tafira desde que dejó de ser profesor de investigación en la Universidad de Reading. La transformación del Jardín Canario bajo su dirección es evidente gracias, entre otros factores, al impulso dado a la proyección nacional e internacional de sus trabajos de investigación y de conservación y al rigor científico de los proyectos realizados sus técnicos. Para la Cátedra Unesco ultima dos libros, uno sobre plantas de la Reserva de la Biosfera y otro sobre árboles endémicos de la Macaronesia. En los 60, cuando estudiaba en Liverpool, sus 198 centímetros le ayudaron a prestar servicios a Los Beatles, que iniciaban su carrera. Les hizo alguna vez de portero, «de gorila», en conciertos. Mantuvo amistad con George Harrison, que tenía uno de los mejores jardines privados de Inglaterra y del que logró que se asociara a la Botanics Garden Conservation Internacional, de la que es fundador. Recuerda, entre otras muchas conversaciones en su larga vida profesional, la que en una ocasión mantuvo sobre las propiedades curativas de las hierbas con la famosa primatóloga Dian Fossey, asesinada a machetazos hace 27 años en las montañas de Virunga (República Democrática del Congo). Él le contó que algunas de las Islas se usan para curar al ganado y ella le habló de las que los gorilas daban de comer a sus enfermos. David Bramwell es consciente de la progresiva pérdida de conocimiento sobre botánica que se produce entre la población de las Islas desde hace tres o cuatro generaciones y recuerda que todavía hay endemismos por catalogar en montes y riscos. Siendo grancanario de adopción, residió durante el curso 1968-1969 en San Juan de la Rambla, en Tenerife, becado por el CSIF, y antes aún, en el año 1964, siendo todavía estudiante de Botánica en Liverpool, estuvo durante tres meses en La Gomera inventariando plantas.
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