Hay cosas que a uno se le graban a fuego, sobre todo cuando se aprenden de pequeño. Y entre esas recuerdo la que fue una ... de las primeras normas de conducta que me transmitieron padres y abuelos. Señalar con el dedo está feo, me repetían. Entiendo que en un niño era y es un gesto espontáneo, la mayor parte de las veces inocente e inofensivo, así que me pasé años cuestionándome esa prohibición. Protestaba y me decían: «Es de mala educación».
Publicidad
Pero como todo evoluciona, hoy, cosas de la vida, no solo no está mal visto, sino que los que la defienden sostienen que es una práctica asertiva, que, lejos de ser un signo de mala educación, tiene que ver con un ejercicio de responsabilidad. Es la mejor manera, según dicen, de que las sociedades evolucionen, de que se señale lo que está bien y lo que está mal. Y puede que tengan razón.
El problema es que cuando el que señala es un adulto, el gesto no suele ser espontáneo y, mucho menos aún, inocente ni, por supuesto, inofensivo. Sobre todo cuando el señalamiento es vía 'online', a través de redes sociales y va dirigido, con fines negativos, contra personas concretas. La práctica se ha extendido tanto que ha cogido camino de plaga.
Regístrate de forma gratuita
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión