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La cantante grancanaria Nía Correia ha sacado del apuro este miércoles a David Broncano. El propio presentador de La Revuelta confesaba al público que carecía de artista invitado para el programa de esta noche, y que una persona le había salvado en el último momento. Se trataba de la canaria, quien aprovechó su intervención en el espacio de RTVE para zanjar la polémica en torno a Ana Obregón.
Fue Broncano quien preguntó, cuidadoso, sobre el tema: «¿Se puede comentar el 'salseíllo' que ha habido?». «Sí, claro», respondió Nía, para acto seguido matizar: «A ver, vaya por delante que yo no he abierto la boca en ningún momento. Si tú quieres que lo hablemos, lo hablamos, porque yo no tengo ningún problema, pero no me gustaría seguir dándole bombo, porque la gente se piensa que estoy beneficiándome de esto y es lo que menos gracia me hace, porque me estoy currando yo mi música y mi carrera para que ahora salgan cuatro cosas y la gente me asocie a eso». Una intervención que arrancó los aplausos de los asistentes y con la que Broncano se dio por satisfecho.
La canaria sí que quiso romper una lanza a favor del presentador canario de la tele pública Roberto Herrera, quien denunció lo sucedido entre Correia y Obregón en un programa de radio: «Lo que sí quiero decir es que Roberto no dijo ninguna mentira».
Herrera, entonces, confesó que Ana Obregón «hizo llorar» a Nía en la grabación del spot publicitario de las Camapanadas de Fin de Año de RTVE de 2022. La canaria, de hecho, ni siquiera aparece en el anuncio. «Lo que vi, y lo que vieron mis compañeros de Los Morancos sobre cómo trató Ana Obregón a Nía en la grabación, me hizo caer un mito», se desahogó el presentador.
Más adelante, se supo que Nía había hablado sobre ese desagradable episodio en un pódcast, sin desvelar el nombre de una «señora conocida del mundo del corazón», que la trató «fatal» y le hizo la «vida imposible».
Luego, Ana Obregón dio su versión, culpando a Correia de haber llegado tarde a la grabación, de cogerse un «ataque de nervios» porque no le gustaba el vestido que le habían preparado y de, incluso, haberse perdido un servicio religioso en memoria de su hijo fallecido Aless Lequio.
Si bien, el paso de Nía por La Revuelta estuvo marcado por el buen rollo que desprende la cantante, su característica sonrisa y su amor por la salsa. Tanto es así que se atrevió a enseñar a Broncano a bailarla: «Parece que se está desmontando», bromearon en el programa sobre la forma de mover el esqueleto del presentador.
La canaria también explicó el significado del dicho canario 'Ya el conejo me riscó la perra', que tuvo especial éxito entre los presentes y dio de sí para muchas bromas.
Por último, cantó a capella uno de sus temas, 'Caminito de lamento', que ensayó para el programa en tiempo récord. La canaria se encuentra actualmente enfocada en su participación en el Festival Internacional de la Canción del Viña del Mar, que se celebrará en Chile dentro de un mes y en el que representará a España. Prometió volver a La Revuelta en pijama y con el premio.
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