Por unos Reyes llenos de regalos con tradición
El corazón comercial de Las Palmas de Gran Canaria, en el entorno de Triana, tiene una de sus válvulas en la Feria Insular de Artesanía de San Telmo. Un año más, la tradición se cuela en la fiesta consumista y, desde 101 puestos, ofrece a ciudadanos de la Isla y a la gran cantidad de turistas que transitan por la zona la posibilidad de completar sus regalos navideños con productos confeccionados a mano y de gran tradición en Gran Canaria.
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«De todas las citas con las que contamos los artesanos de la Isla esta es, sin duda, la mejor», expone Carlos, cuchillero tradicional de cuarta generación, dentro de su puesto en una de las dos grandes carpas situadas en el parque. En la Feria Insular de Artesanía se puede encontrar una oferta muy amplia de productos manufacturados. Está la caseta especial habilitada para las caladoras de Ingenio, uno de los oficios más respetados en este tipo de congregaciones. Pero también hay puestos de juguetes o de muñecas, como el de la joven emprendedora Laura Luzardo.
En total, dentro de la Feria se encuentran acreditados 118 profesionales, repartidos en 101 puestos. Desde el número 1 que representa la joyería de Carmen Alemán hasta el 101, donde María del Pino Rodríguez expone su cerámica. En total hay 44 disciplinas artesanales distintas, destacando la marroquinería con 15 puestos exclusivamente dedicados a la venta de este tipo de artículos.
19 de los 21 municipios de Gran Canaria, en esta iniciativa consolidada gracias al Cabildo y a la FEDAC, están representados en San Telmo, dando una diversidad absoluta a lo que se pueden encontrar los que acudan a la Feria. Y, hasta el momento, la respuesta está siendo exitosa. Los puesteros no se sientan un solo segundo de este último fin de semana previo a la llegada de los Reyes. La confluencia de muchísimos compradores en Triana, la convivencia de la Feria con el Belén y otras actividades que también tienen en San Telmo su lugar de celebración dinamizan la actividad comercial del evento para felicidad plena de los artesanos participantes.
Hay tráfico en la zona desde la apertura de las casetas a las 10.00 horas hasta su clausura a las 21.00 horas. «A veces no es tan importante lo que vendas aquí como la posibilidad que te ofrece para que la gente conozca tu trabajo», asevera Juan, un herrero de Agüimes.
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La tarde del viernes, después de su inauguración, ya se podía ver mucho ambiente por la zona. Pero cuando verdaderamente no daban de sí los artesanos en cada puesto fue durante la jornada del sábado. Muchísima gente expresaba su curiosidad por casi todos los productos, y detenerse sin colas en cualquiera de las casetas era imposible.
Los artesanos agradecen este tipo de concentraciones, destacando la Feria Insular por su concentración en un espacio tan simbólico y en unas fechas de tanto significado para las compras.
Les ayuda, afirma, a competir contra la mala tendencia que deja en sus negocios la situación financiera general. Los artesanos presumen de estar superando bien esa etapa vital de crisis, pero el estímulo de eventos como la Feria Insular permite que la exposición de sus mercancías sea mayor.
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Lo afirma alguien como Carlos García Medina, con muchos años de experiencia en su taller y en este tipo de concentraciones. Pero también lo asegura una debutante como la muñequera Laura Luzardo, fabricante de unos diseños originales de muñecas y camisetas.
La Feria Insular de Artesanía continuará abierta en San Telmo hasta la mismísima víspera de Reyes, una noche especial en la que esperan que su trabajo a mano sea vendido y convertido en un regalo especial para estas fiestas
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