La hora de Paco Herrera

Lunes, 20 de julio 2020, 08:22

Paco Herrera afronta el momento más crítico desde que asumió el mando de la UD. A doce jornadas para el final del campeonato, con las opciones de ascenso directo seriamente comprometidas tras encadenar cinco jornadas consecutivas sin triunfos, el equipo necesita un plan de choque que le reactive. Y en el club confían en que el entrenador muestre cintura y recursos para responder.

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Herrera sigue transmitiendo seguridad a la dirigencia de la UD. En tiempos revueltos, con derrotas, goleadas y pésimos síntomas, el entrenador catalán mantiene su predicamento y, en sus conversaciones con el presidente, le ha garantizado que enderezará el rumbo, que no le hundirá la exigencia, que está hecho a la altura del desafío. Si por algo fue contratado el pasado verano fue, precisamente, para eso. A Sergio Lobera y Josico, sus antecesores en el cargo, les pudo la presión en los momentos culminantes.

A ojos de Miguel Ángel Ramírez, ambos disponían de plantillas lo suficientemente cualificadas como para haber desembarcado en Primera. Pero uno y otro gestionaron mal situaciones en las que se dependía de los méritos propios para el éxito y terminaron superados. Lobera, después de perder una promoción de ascenso ante el Almería en junio de 2013, fue despedido fulminantemente el pasado mes de mayo. Por él entró Josico, apuesta tan estrambótica por su falta de experiencia como fracasada: vivió en carne propia la infamia frente al Córdoba y, luego de ser reciclado al filial, también acabó en la calle sin dejar huella.

En Pío XII no tienen sospechas acerca de Herrera, al que avalan dos décadas en la profesión y una metodología que, de momento, sigue disfrutando de máxima credibilidad. «Nos ha tenido como líderes casi todo el campeonato y, a lo mejor, esa regularidad ha impedido que se valorara convenientemente el mérito de ser los mejores de la categoría en su momento», razonan desde la cúpula de la entidad. Desde los tiempos de Sergio Kresic en Segunda, allá por el curso 1999-2000, no se recuerda una trayectoria tan fiable de la UD en sus intentos por retornar a Primera. Entonces hubo final feliz y se entiende que ahora todavía hay tiempo y partidos para emular aquel desenlace histórico.

Lo cierto es que Paco Herrera ha pasado por circunstancias calcadas a las actuales en el último proyecto en el que alcanzó la gloria. Al frente del Celta de Vigo, al que devolvió a la máxima categoría, vivió lo mismo dos veces. En la campaña 2010-11, con el conjunto gallego gobernando desde el arranque la tabla, purgó una pésima racha de una victoria en las quince últimas jornadas y , como no podía ser de otra manera,terminó perdiendo la plaza de ascenso directo. Posteriormente, en la promoción frente al Granada, voló un ascenso cantado. Pero al curso siguiente, la receta de Herrera sí funcionó. No dudó en quitarle la titularidad a futbolistas que no respondían y en algunos compromisos llegó a actuar con cinco defensas. Tres derrotas consecutivas en la segunda vuelta amenazaron la hegemonía de un Celta que, a diferencia del año anterior, terminó despertando y accedió a la máxima categoría por la puerta grande y con reconocimientos de todos.

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En la UD tiene ahora Paco Herrera el desafío de superar el bache y, lo más importante, recobrar la línea de juego y resultados que hicieron de sus jugadores los mejores de la Segunda División. Después de lo de Soria, muchos lo dudan. Pero no en el club a cuenta del pedigrí del jefe.

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