Herrera saca el látigo dialéctico

Viernes, 17 de julio 2020, 08:15

En un periodo de dos semanas, Paco Herrera ha multiplicado la repercusión de sus intervenciones públicas con frases muy contundentes, a la par que polémicas. A pesar de que hay fe ciega en su gestión táctica y motivacional, sus palabras, sobre todo en Almería, han dejado al club perplejo.

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A Paco Herrera se le conoce como un tipo poco polémico, sincero, pero siempre rehuyendo de copar titulares por sus discursos. Dominador de la dialéctica y de las situaciones en los vestuarios, en sus comparecencias públicas, por muy enfadado que esté, no acostumbra a salirse del guion. Pero sí es cierto que en las últimas semanas, quizás contaminado por las malas vibraciones que desprende el equipo y sintiéndose el máximo responsable de ello ha sacado el látigo de la palabra.

Ni siquiera el año pasado, cuando el equipo pegó un bajón en su rendimiento, ni cuando los árbitros fueron más polémicos con la UD, Herrera elevó el tono, más allá de expresar de forma tranquila y sincera su pesar. No fue raro escucharle decir la campaña anterior: «Querría hablar, pero me voy a morder la lengua porque prefiero no arrepentirme después».

La primera vez que este curso el técnico catalán se mostró crítico fue en Tenerife, tras perder hace un par de semanas el derbi en la ida de la Copa Mahou en el Heliodoro Rodríguez López. Después de la derrota de su equipo y la espesura futbolistas de sus jugadores, mostró su descontento. «Esto no es un tropiezo, es vivir la realidad y reconocer lo que somos. Lo que ha sucedido para que nos demos cuenta de que no podemos aspirar en Primera División a manejarnos así», dijo por entonces. En ese mismo momento, el preparador amarillo fue cuestionado por el reciente fichaje de Willian José y sus palabras sorprendieron. «Tiene muy buenas condiciones. Willian José es un buen jugador y para mí es un reto sacarle rendimiento. Creo que le podría dar mucho al equipo, pero hay que dedicarle tiempo. Si lo consigo, será de esos casos en los que me sentiré realizado». Estas palabras sorprendieron en Pío XII, pues el brasileño había sido una de las peticiones expresas del entrenador para la delantera.

Sin mayor trascendencia, los días avanzaron y llegó el partido en Funchal ante el Marítimo. A pesar del convincente triunfo amarillo, al ser cuestionado por la incorporación de Luis Helguera a la comisión deportiva, Herrera mostró su malestar por sentirse aislado del club en este tipo de decisiones. «Me he enterado de rebote, nadie me ha comentado nada y me hubiese gustado saberlo antes. Lo conozco como exjugador, de habernos enfrentado varias veces, y hay que darle la bienvenida y desearle que le vaya muy bien porque eso será en beneficio del club».

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El último latigazo verbal de Paco Herrera llegó el domingo en Almería tras ver como su equipo daba un paso atrás y cuajaba un partido horroroso en el Estadio Juegos del Mediterráneo y se salió totalmente del guion que acostumbra. En una breve, pero clara intervención, dejó latente su postura ante el partido que habían hecho sus jugadores. «El partido es bueno, porque me sirve para ver la cantidad de problemas que tenemos. Hemos hecho un partido soso. El fútbol es pasión, es otra cosa y nosotros estamos jugando como si supiéramos de esto, como viejos. No nos parecemos en nada al equipo de la temporada pasada. Antes volábamos, apretábamos, y ahora es como si fuéramos un grupo de jubilados que está jugando al fútbol». Quizás este fue el palo más gordo que se le ha escuchado al técnico hasta el momento desde que está en el banquillo de la Unión Deportiva Las Palmas.

Herrera es un veterano del fútbol. Sabe manejar las situaciones y los momentos a la perfección y este, con toda seguridad, se trata de un discurso meditado, quizás con la intención de despertar a sus futbolistas del letargo en el que parecen estar inmersos después de lo visto en Almería. En la entidad hay una gran perplejidad ante las últimas declaraciones del entrenador, pero pacientes y con el crédito que cuenta el artífice del ascenso a Primera trece años después, confían en que éste sea un mecanismo suyo para reactivar a la plantilla. Lo que queda claro es que, sincero como siempre, Paco Herrera ha sacado el látigo dialéctico.

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