Estudiar para retrasar
Cuando Fernando Clavijo fue designado candidato a la Presidencia del Gobierno de Canarias lo primero que dijo fue que desde ese mismo momento iba a ponerse a estudiar Canarias. A uno le resultó sorprendente tal afirmación en la medida en que daba por supuesto que cualquiera que aspire a presidir estas ínsulas, aunque sólo se haya dedicado hasta ese momento a asuntos municipales, ya debía llegar con el bagaje de tenerlas, si no del todo, bastante conocidas, más aún si, encima, se hace representando a una opción nacionalista, que son las que acostumbran a presumir de conocer más concienzudamente la realidad cercana. A lo mejor fue un gesto de honestidad intelectual o un pecado de bisoñez, pero en todo caso resultó sorprendente. Ahora el ya presidente del Gobierno de Canarias dice que toca estudiar el modelo turístico con el que sobrevivimos y por un quítame allá alguna palabra mal medida, ¿más bisoñez?, se desatan no pocos demonios. ¿Limitar o no el número de turistas que nos visitan? ¿Reabrir la nunca resuelta polémica sobre la capacidad de carga poblacional, de hecho, que este territorio archipielágico es capaz de soportar?
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Ahora, estoy hablando de asuntos oídos esta misma semana, el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Augusto Hidalgo, anuncia también que quiere estudiar la realidad de la empresa municipal de abastecimiento de aguas, que es municipal sólo en parte, y lo encomienda todo a estudios encargados y auditorías en curso. Hay que ver como se ha puesto de moda lo de las auditorías en los últimos tiempos, aunque se sepa que tienen una u otra lectura según se quiera.
No digo yo que no sea bueno estudiar, faltaría más, siempre lo es; pero, resulta cuando menos llamativa esa tendencia de los recién llegados a parapetarse en estudios que han de hacerse, como si de disculpas se tratasen para ganar tiempo o echar días p’atrás, versión isleña, cuando a los gobernantes se les presupone que llegan con propuestas políticas concretas y programas de actuación ya estudiados, más aún cuando se trata de asuntos tan determinantes como la principal fuente de riqueza de este Archipiélago o el ciclo integral del agua.
Debatir es muy sano, abrir el diálogo con todas las partes y sectores, mas que necesario, replantearse cualquiera que sean los modelos, fundamental, porque el inmovilismo conduce irremediablemente a la postergación; pero, la ambigüedad o el refugiarse en a ver qué me dicen habla poco en favor de los responsables públicos. A los dirigentes se les ha de reclamar que marquen directrices y atendiendo a éstas haya debate, diálogo, confrontación, tesis, antítesis y síntesis en función de los intereses generales, es decir, justo lo contrario de la inacción.
Por cierto, a propósito de esa web que acaba de crear el Ayuntamiento de Madrid, con Manuela Carmena al frente, para publicar «rectificaciones y matizaciones sobre noticias aparecidas en medios de comunicación» y que, por cierto, no admite comentarios: está claro que los políticos, de uno a otro confín, digan lo que digan, a la hora de la verdad solo quieren a los periodistas como instrumentos de propaganda.
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@VicenteLlorca
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