El apoteósico año de un histórico
Casualidad o no, el regreso de Juanjo Díaz al Estibadores Portuarios y su posterior ascensión a la caña han coincidido con el mejor año en la historia del bote, algo que tanto su patrón como Federico Rodríguez, no dudan en reconocer. Dos títulos concernientes a esta temporada, y uno a la anterior, son el bagaje de este año.
Hace una semana, el Estibadores Portuarios lograba el triunfo en el Eliminatorio de La Caja de Canarias. Ayer concluyó el Campeonato Provincial, el Portuarios no salió a navegar. No hacía falta, ya que semanas atrás había sellado también su victoria en esa competición.
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Esos dos triunfos se suman a la victoria en el Federación hace unos meses, un título que corresponde, en el palmarés federativo, a la temporada del año pasado. El Estibadores ya ha cubierto un año histórico en su propio recorrido; está cerca, si logran mantener la ventaja que ahora mismo tienen en la Copa Isla de Gran Canaria a dos jornadas de su conclusión, de alcanzar un estatus dentro de su deporte reservado para muy pocos, un dominio que en títulos solo se le conoce recientemente al Pueblo Guanche.
Juanjo Díaz, su patrón, es un hombre siempre a la sombra de una vela. Persona ligada desde principios de la década de 1990 al Estibadores Portuarios, durante unos años alternó con la vela ligera, siendo reserva del equipo olímpico. El año anterior volvió al bote donde ha pasado la mayor parte de su vida, y este aceptó ser su patrón. «Este éxito es muy importante para todos nosotros. El reconocimiento de todo un año de trabajo, sacrificando los fines de semana. Estoy muy agradecido a toda la tripulación, al presidente, y, por supuesto, a los estibadores, ya que sin su apoyo esto será imposible», dice.
Maxi Díaz pertenece al comité de empresa de los estibadores. Su acercamiento a la vela era casual, hasta que le encargaron ser el responsable de la captación de recursos para el bote. Ahora es uno más. «Es admirable lo que esta gente hace por sacar el bote al agua cada fin de semana. Los estibadores están como locos con ellos, se percibe cada día en el Puerto», sostiene.
La tripulación del Portuarios está formada por 30 personas. Todas ellas sujetas a las vicisitudes de su rutina. Pero siempre hay momento para el bote. Para probar una vela. Para pasar todo el sábado en el Muelle Deportivo. El sacrificio tuvo premio.
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