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A los políticos les asustan las series: claves para entender por qué no existen versiones españolas de 'House of cards' o 'Borgen'

A los políticos les asustan las series: claves para entender por qué no existen versiones españolas de 'House of cards' o 'Borgen'

Los guionistas lamentan que a las cadenas y plataformas les cueste producir proyectos que puedan originar conflictos. Muchos de ellos guardan en un cajón sus intentos de trasladar a la pantalla los entresijos de la vida institucional

Mikel Labastida

Valencia

Jueves, 25 de julio 2024

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No tardaremos en ver una serie en la que se narre cómo se gestó la renuncia de Biden a repetir cargo en la Casa Blanca. U otra basada en la crisis en el gobierno de Macron tras las elecciones europeas. Tampoco es descabellado que haya algún guionista inglés escribiendo ya sobre los tres años de Boris Johnson alojado en Downing Street. Porque hemos visto unas cuantas ficciones americanas, francesas o británicas basadas en hechos y figuras políticas relevantes y recientes. Será más difícil, sin embargo, que la trama en torno a la causa de Begoña Gómez salte a la pantalla. O que alguna cadena o plataforma dé luz verde a un guion inspirado en lo sucedido con el novio de Ayuso. En España tenemos déficit de historias políticas. Se pueden contar con los dedos de una mano las excepciones. ¿Por qué sucede algo así en nuestra industria y no en otras?

El tema es recurrente. Surge cada cierto tiempo. Y tras él las mismas dudas y pocas respuestas certeras. Hace unas semanas el guionista Nacho Faerna acudía a las redes sociales para lamentar que lleva diez años tratando vender un proyecto de serie de estas características sin ningún éxito. Y halló consuelo -por decir algo- entre varios compañeros que habían realizado intentos similares con idéntico resultado.

¿Qué impide a cadenas y plataformas apostar por este tipo de títulos? ¿Qué excusas reciben los guionistas cuando intentan colar argumentos sobre este asunto? ¿Por qué les aterra a los políticos verse retratados de este modo? Aprovechamos el tuit de Faerna para volver a abrir este melón.

«La primera vez que presenté este proyecto a una plataforma se pasó un consejero, o alguien importante, por el 'pitch' -que es como se denomina a la presentación verbal ante productores o ejecutivos de una idea para una película o serie de televisión-. Llevábamos dos proyectos, uno de ellos era 'La coalición'. Él lo señaló, dijo «este es el que deberíamos escoger» pero a ver cómo lo explicamos en el consejo. Yo me ofrecí a ir y explicarlo, pero no sucedió». Así resume Faerna una de las muchas reuniones en las que ha peleado por sacar adelante la serie. Autor de propuestas como 'La fuga' o 'La piel azul', curtido en clásicos como 'El comisario' y 'Amar en tiempos revueltos', todo parece indicar que con 'La coalición' le tocará esperar. «La primera versión que hice transcurría en 2018, en un supuesto futuro. Era importante la fecha porque el protagonista nace en el año 2000 y, por tanto, en 2018 cumple los 18 años y vota por primera vez. En el guion tiene importancia el concepto de bipartidismo. Cuando escribí el guion todavía no se había producido la irrupción de Podemos en el parlamento europeo así que después tuve que incorporar esta fuerza. He ido actualizando el texto, le he cambiado el título y he abierto la posibilidad de que sea una película. Ahora se llama 'Año Cero'», comenta resignado Faerna.

«Con 'La coalición' no pretendemos hacer una cosa cínica como 'House of cards' ni algo idílico como 'El ala oeste de la Casa Blanca'. El punto de partida es bastante provocativo», confiesa. «Queríamos explicar lo complicado que es tomar decisiones, las luces y las sombras de los que las toman».

El debate sobre las series políticas también se coló hace unos días en 'Esto ya se ha hecho', el podcast oficial del sindicato de guionistas ALMA, que cerró la temporada con un episodio especial en el que los guionistas Sara Antuña, Carlos de Pando, Pablo Bartolomé y Cristóbal Garrido se dedican a responder preguntas que les lanzaban los usuarios. Y una de ellas tenía que ver sobre la falta de esta clase de contenidos en la industria nacional.

Vamos a reproducir algunos de sus comentarios porque tratan de explicar a qué se debe esta anomalía.

Pablo Bartolomé: «Me da rabia que se señale a los creadores. Yo no conozco a ningún creador que no tenga una serie política o sobre algún punto peliagudo de la historia de España».

Carlos de Pando: «Hay miedo a polemizar, hacer una inversión muy gorda en un proyecto que luego te puede salir rana porque generas una polémica no deseada».

Cristóbal Garrido: «Los creadores se mojan todo el rato, pero no cala donde tiene que calar, que es en los despachos. Hace mucho se anunció que de todos los partidos políticos de los que se puede hacer una serie muy interesante del único que se iba a hacer una es Podemos, qué curioso. Bueno, pues también se ha caído. Creo que hay una alergia muy grande a hablar de política, no por una mano negra, sino porque las cadenas y las plataformas tienen alergia a las polémicas».

Pablo Bartolomé: «La mayoría de veces los proyectos se autoboicotean desde las propias productoras, no hay una mano negra que los frena».

Cristóbal Garrido: «Hay excepciones. Pilar Eyre siempre cuenta que ha vendido los derechos de todos los libros que ha hecho sobre el Rey o la Reina para adaptarlos a series y curiosamente diez minutos antes de firmar un proyecto se han ido cayendo uno tras otro. Vivimos unos tiempos en los que estamos produciendo un montón y es una pena que no estemos metiendo más el dedo donde escuece, donde queremos ver ficción».

Sara Antuña: «Te fijas en los productos que vienen de fuera, en países que no tienen problema en decir partido republicano o partido demócrata, o 'tories' o laboristas. Aquí es muy difícil que te dejen decir PP o PSOE, sus abogados te la lían. Aquí nos faltan referentes».

Cristóbal Garrido: «Cuando salió toda la movida del pequeño Nicolás todo el mundo estábamos diciendo «aquí hay una serie»».

Sara Antuña: «Hay un documental».

Cristóbal Garrido: «Hay un documental (en Netflix), sí. Los documentales y las novelas no generan problema, porque tú no ves a los protagonistas haciendo cosas, ves a gente contando qué ha hecho no sé qué. Tú puedes decir en un documental que no se quien ha robado, pero otra cosa es ver a esa persona robando en una ficción, eso es más delicado. Todo el mundo nos decía que teníamos que hacer una serie del pequeño Nicolás, porque es un historión pero yo sabía que no iban a dejarla hacer. Y para hacerla diciendo otros nombres y no pudiendo decir PP sino el partido conservador no merece la pena».

La charla apunta algunas cuestiones sobre por qué los relatos políticos no encuentran hueco en las parrillas y catálogos: miedo a las polémicas, autocensura, imposibilidad de utilizar nombres y siglas reales. Suelen ser razones que se repiten entre los escritores cuando se debate el asunto. En el podcast se citan dos proyectos españoles frustrados sobre esta temática, uno sobre Podemos y otro sobre el Rey. ¿Qué sucedió con ellos? ¿Por qué se les han cerrado las puertas? ¿Qué posibilidades hay de reactivarlos? Tras ellos hay dos de las figuras más relevantes de nuestra industria, Ramón Campos y Javier Olivares. Hablamos con ellos para analizarlo.

Íñigo Errejón y Pablo Iglesias. EFE

Ramón Campos y la ficción sobre Podemos

«Es muy difícil que te compren un proyecto de estas características, lo que es un reflejo de nuestra sociedad, todo está muy politizado y polarizado y da miedo molestar», asegura el productor Ramón Campos cuando se le menta la serie sobre Podemos que desarrollaron desde su productora, Bambú, que ha estado detrás de éxitos como 'El caso Asunta', 'Velvet' o 'Las chicas del cable'. «Nos suelen decir no a este tipo de propuestas. Los que 'compran' las series no son los dueños de las cadenas y no quieren cabrear al jefe. Existen acuerdos con otras empresas o con el propio gobierno que no tienen por qué conocer los que compran las series», añade.

«A la serie que nosotros desarrollamos le llamamos el 'Fariña' de la política por lo que cuesta sacarla adelante», aclara Campos. «El proyecto de 'Fariña' empecé a moverlo en 2004 y no se estrenó hasta 2018. Entonces se llamaba 'Narcos', me decían que nadie querría comprar ni ver una serie protagonizada por los malos de la historia. Tuvo que salir 'Narcos' y el libro de 'Fariña' para que se contemplase la posibilidad», explica el guionista y productor. Cabe recordar que 'Fariña' no es una serie política al uso, pero sí se deslizaban algunas vinculaciones que podían levantar susceptibilidades.

El rey Juan Carlos I. EFE

Javier Olivares y la adaptación de la novela 'Yo, el rey'

«Hay temas, como el Rey o Franco, con los que creo que nadie se atreve. No deben haber visto 'The Crown'. O piensan que aquí no sabríamos hacerlas. No sé... Bueno, sí sé una cosa: la ausencia de riesgo. Yo estoy convencidísimo del efecto popular de estas series. Y de la necesidad de hablar de nuestra realidad. Pero el «no molestar» prevalece», argumenta Javier Olivares si se le preguntapor esta cuestión.

En julio de 2021 se anunció que el libro de Pilar Eyre 'Yo, el rey' contaría con una adaptación audiovisual de la mano de Mediapro y con Olivares al frente. En aquellos momentos se encontraba en fase de preproducción pero ya se avanzaba que se convertiría en una serie de tres temporadas con diez capítulos cada una. La opción llegó a presentarse a varias plataformas pero finalmente ninguna accedió a continuar con la producción. «Hay que hablar con demasiada gente para cada proyecto. Y el ejecutivo español debe hacerlo con otro de Londres, O de Noruega, yo que sé. Y piensan en mercado, no en creatividad... Como si la creatividad no fuera la que logró que existiera este mercado», lamenta Olivares, que se ha topado con varios noes para otros trabajos con tintes políticos, como uno sobre Franco, otro sobre el periodo tras la dictadura franquista («'Nadie sabe nada', que también se llamó 'Los años de plomo', contaba la transición como una de espías, hablando del peso que los EEUU tuvieron en ella), y otro sobre corrupción, privatizaciones y puertas giratorias al que llamaron 'Líneas rojas'.

«En las cadenas y plataformas normalmente no te dicen nada. Dicen que no cuadran en sus planteamientos y ya está. En el caso de la serie de la transición, un ejecutivo me dijo que no la iban a entender en Noruega, o un sitio lejano, de ese estilo. Luego hizo una serie sobre Malasaña y Parla. Aún me pregunto si habrán entendido en Noruega qué es Parla», bromea Olivares.

Felipe González, jurando el cargo de presidente del Gobierno en 1982. EFE

¿Cuántos títulos como estos habrán quedado en los cajones? Pues unos cuantos. La productora Fremantle adquirió en 2019 los derechos del libro 'El director' de David Jiménez para darle forma de serie. Ha estado parado mucho tiempo. Ahora parece que verá la luz como película. El argumento se centra en una redacción, pero se adentra en otros derroteros, como las presiones y favores que se establecen entre el poder económico y el político y la prensa. Otra productora, Shine Iberia, se planteó en 2023 una traslación similar con 'Un tal González', el libro de Sergio del Molino sobre Felipe González. No hay noticias de ninguna plataforma interesada por el momento. «Una gran miniserie que nadie me ha comprado es la del debate Aznar-González. He intentando venderla, pero en cuanto nombras PP y PSOE nadie quiere meterse», relata Ramón Campos.

Hay un resquicio por el que se ha colado alguna posibilidad, la comedia. Ahí está el caso de 'Vota Juan', de Juan Cavestany y Diego San José. Este último aclara si tuvieron que ser muy cuidadosos en que nadie se sintiera aludido para no enfadar a nadie. «Tuvimos libertad total. Debe ser una excepción pero, en nuestro caso, siempre nos animaron a arriesgar. Lo de no dirigirnos a ningún partido concreto también fue una apuesta artística porque no queríamos reducir la serie a eso, queríamos hablar de los políticos más que de la política. Todo lo que se dijo (y lo que se dejó de decir) fue disfrutando de una libertad estupenda». Más reciente es el caso de 'Políticamente Incorrectos', de Olatz Arroyo, pero es una película. «Es verdad que siendo comercial, el humor político tampoco podía ser excesivamente afilado, pero vamos que estoy encantada con haberla podido hacer», comenta la autora. No tuvo tanta suerte Nuria Cabello con 'Animales políticos'. «Como creadora siempre intento tirar por la comedia, porque me hace sentir cómoda. Era bastante inofensiva y es una historia sobre una veterinaria que para salvar su refugio de animales y gracias a un vídeo que se hace viral pues entra en política. Esta veterinaria de la mano del espectador llega a ese mundo. El punto de la serie es que cada capítulo se centra en un animal y cada situación que le pasa ella lo enfoca desde su saber en el mundo de los animales», revela la guionista de 'Sequía' o '4 estrellas'. «Es de 2018, anterior a 'Vota Juan', y yo pensaba que era comercial, que podía tener salida. En todas las puertas que toqué no tuvo acogida, ni siquiera llegó a una cadena. Los productores son la cuerda de transmisión entre los creadores y la cadena y me dejaron muy claro que las series políticas no funcionaban en España y que no tenía sentido tratar de venderla», aclara.

Volviendo al drama, o thriller, un título suele sobrevolar esta conversación. Es 'Crematorio' (de 2011, con Pepe Sancho como protagonista), la obra de los hermanos Sánchez Cabezudo basada en la novela de Chirbes. No, no es una serie política al uso, pero los políticos sí juegan un papel fundamental en la trama. «En el libro no se menciona a ningún partido político, aunque el sobreentendido era fácil, porque está claro que se desarrolla en la zona del levante español -aunque el pueblo, Misent, no exista- y todo el mundo tiene claro quién gobernaba en esa época», aclara Jorge Sánchez Cabezudo. «Nos interesaba indagar en la decepción generacional, porque una parte de la población se traicionó a sí misma y sus ideales, que en algo más político», añade su hermano Alberto. Acaban de estrenar 'Nos vemos en otra vida' sobre los atentados terroristas en los trenes de Cercanías de Madrid en 2011. «Teníamos preocupación por las víctimas más que por un tema político. Queríamos establecer el relato de lo que sucedió, que es algo tremendamente político, pero no queríamos hacerlo desde un punto de vista partidista. Pretendíamos explicar lo que sucedió y podíamos hacerlo porque está detallado en el sumario del caso. Una serie sobre el 11M sería otra diferente a la que nosotros hemos hecho», explican.

Los Sánchez Cabezudo no son ajenos a las suspicacias que despiertan los proyectos que guardan relación con la política. «En general las cadenas son miedosas porque no quieren el rechazo de una parte de su público», señala Jorge. Pero eso no les hace desistir en el intento. «A nosotros nos atrae entrar en Moncloa, ver cómo es su día a día, las relaciones personales que se establecen. Indagar en el retrato de personajes, más que en una intención partidista. Solo es una idea. Ahora mismo tenemos cuatro proyectos en marcha. Lanzamos los barcos y luego vemos cuáles llegan a puerto», avanza Alberto. «No es un proyecto inmediato, nos genera curiosidad lo que hay entre bambalinas, saber lo que sucede en la otra parte de la política que no vemos», completa Jorge, que vaticina que en cuanto se supere el tabú de la primera serie política «todo será más fácil».

Imagen de 'Crematorio'. RC

¿Será así? Entre los guionistas las opiniones son dispares. «En plataformas nos han dicho que ese tema mejor no tocarlo y ahora menos porque estamos volviendo a una tele más generalista y no se quiere ofender a nadie», añade Faerna. «No es lo mismo hacer una serie de política, que de partidos o partidista, porque se teme que una parte del público va a sentir que esa ficción va contra ellos», recuerda Jorge Sánchez Cabezudo. Esto lo secunda Faerna: «Se suele confundir una serie política con una serie con agenda política o con interés de adoctrinar. A mí me interesa explorar el conflicto dramático que se origina en ese ambiente, esto no va a de ideologías o de dar versiones maniqueas».

Daniel Corpas, creador de 'Malaka', prefiere no desvelar ninguno de los proyectos sobre este ámbito en los que está trabajando. Pero haberlos haylos. Guarda la esperanza de que alguno de ellos vea la luz. Pero da su diagnostico también: «Existe el miedo a que las series fijen un relato oficial. La política teme ese poder que tienen las series». «Nadie quiere meterse en ese lío. En países como Dinamarca, Francia o Italia sí se hace con naturalidad. Juegan un papel importante las televisiones públicas», argumenta.

¿Estaría dispuesta RTVE a algo así? Le hemos preguntado a José Pastor, director del área de Cine y Ficción del ente, pero ha declinado participar en el reportaje. Un repaso a las emisoras públicas de otros países permite observar su papel dinamizador con este tipo de propuestas. Joyas como 'Sí ministro' o 'The thick of it' nacieron en la cadena pública británica, la BBC. 'Borgen' en la danesa Danmarks Radio. 'Les Hommes de l'Ombre', en France 2. Son solo algunos títulos de los muchos que se pueden citar. «Esta situación dice mucho de nuestro país, es una anomalía democrática», asegura Nacho Faerna. «Que no se pueda hablar de política en las series le quita a la ficción uno de sus pilares más importantes, la ficción debe explicar la realidad». Eso en Estados Unidos -un país también muy polarizado y politizado- lo tienen claro. Por mucho que escueza los asuntos políticos se tratan en pantalla. Dos ejemplos recientes: 'La ley de Comey' nos traslada a la campaña electoral de 2016 y a la llegada de Trump a la Casa Blanca. 'La voz más alta' explica la relación entre el Partido Republicano tal y como lo conocemos hoy en día con el ascenso de Roger Ailes, el fundador de Fox News. «Somos muy adolescentes audiovisualmente hablando. Los americanos nos llevan más de 30 años de ventaja», subraya Ramón Campos.

Imagen de 'La ley de Comey'. RC

Antes de terminar nos vamos al otro lado de esta historia, a las cadenas y a la clase política para darles la oportunidad de exponer su punto de vista. Montse García es directora de ficción de Atresmedia TV. Por ella han pasado algunos éxitos recientes, como 'La Ruta' o 'Cardo', que abordan periodos históricos próximos o tramas más sociales. Le preguntamos por qué no se atreven con las series políticas. «En España nos hemos atrevido a hacer series mucho más arriesgadas y que tocan temas mucho más sensibles que una serie política al uso. Y creo que ese atrevimiento ha sido parte fundamental del éxito internacional de la ficción española en estos años. La política está presente en nuestras series… solo tienes que ver ficciones como 'Fariña' o como 'Las Noches de Tefía', por citar algunos ejemplos nuestros en Atresmedia», explica.

«Lo que ocurre es que en España -y lo haría extensible a Europa- no existe un gran mercado para este tipo de series meramente políticas, por eso no se hacen tantas. Hoy en día en el que buscas que tu serie no solo se vea en España, sino que tenga un recorrido y un mercado internacional, tienes que apostar por historias diferenciales. Y a nivel global, incluso al espectador español, le seduce mucho más ver lo que ocurre en el despacho oval de la Casa Blanca porque es ya un símbolo. Por eso 'El ala Oeste', 'House of Cards', 'Veep' o 'Sucesor designado' han sido éxitos internacionales… y por eso cuesta más que, por ejemplo, una serie sobre la política italiana, francesa o alemana triunfe. Si no se hacen tantas series sobre política en España como sí de otros géneros no es por falta de atrevimiento, es por falta de demanda. Se han hecho y se hacen, pero es un género que no termina de funcionar. Quizá porque estemos tan saturados de nuestra propia política que lo último que queremos es ver una serie sobre ella…», concluye.

La opinión de los políticos: Representantes de PP y PSOE responden

¿Y los políticos? También hemos tocado su puerta. Toc, toc. Y nos han respondido Borja Semper, vicesecretario de Cultura y portavoz del PP, y Victor Camino, secretario general de Juventudes Socialistas de España. «Probablemente no hay series políticas en España porque es difícil competir con la realidad. ¿Qué serie podría mejorar que la mentira sea cambiar de opinión? ¿Qué serie que un presidente del Gobierno escriba una carta en una red social y desaparezca cinco días para reflexionar? ¿Qué serie que el Palacio de la Moncloa sea la sede para hacer negocios privados con dinero público? Lamentablemente, esto no es una serie. Es la situación que vive España», indica el diputado popular, que asegura que no se siente representado por los títulos que abordan este mundo. «No es la política a la que aspiro». Cuando se le pregunta si desde la clase política se ejerce presión contra este tipo de propuestas lo niega. «Las productoras producen lo que consideran oportuno, y lo que consideran que el público va a consumir más. España vive un momento dulce de producción audiovisual, y que haya pocas series políticas indica probablemente el nivel de hartazgo general que hay en la sociedad con la política».

A Víctor Camino tampoco le gusta la representación que las series presentan de ellos. «Apuestan por el morbo, por lo estrafalario. Entiendo que quieran llamar la atención, pero siempre dibujan la política con sospecha, como algo negativo». Piensa que hay otros terrenos en los que se podría ahondar. «Hay mucho campo por explorar, se podrían fijar en la gente que renuncia a muchas cosas en su vida para hacer política, por ejemplo, o en el modo en que se alcanzan pactos entre fuerzas políticas diferentes. Con la serie documental de Pedro Sánchez se intentaba dar esa imagen, pero no salió adelante», recuerda. ¿Habría llamada desde los despachos de los políticos si finalmente saliese adelante un proyecto de estas características? «La derecha está fiscalizando todo, tiene una manía persecutoria. Hay muchos agentes pujando por la polarización, que quieren que se traslade la idea de que la política no sirve», argumenta Camino, que abre la puerta a que TVE abandere un proyecto de estas características. «Lo ha hecho ya de una forma sibilina en títulos como 'Cuéntame', 'El Ministerio del Tiempo' o 'La República'».

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