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Rhaenyra busca jinetes. RC
Crítica del episodio 2x07 de 'La Casa del Dragón': oposición de jinetes para el bando negro

Crítica del episodio 2x07 de 'La Casa del Dragón': oposición de jinetes para el bando negro

Mientras el personaje de Daemon sigue perdido Rhaenyra busca nuevos miembros para salir a luchar contra sus hermanos

Mikel Labastida

Valencia

Lunes, 29 de julio 2024, 12:32

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Alguien tiene que decirlo. Lo que ha hecho la segunda temporada de 'La Casa del Dragón' con el Daemon Targaryen no tiene nombre. Fue uno de los grandes protagonistas de la primera tanda de capítulos. Enigmático, mezquino, impredecible consiguió no dejar indiferente a cuantos vieron esta precuela de 'Juego de Tronos' y reconocieron enseguida que este era un personaje de los que nos gustan, en la línea de Jaime Lannister o Euron Greyjoy, malvados que consiguen toda nuestra atención. En esa liga jugaba el hermano menor de Viserys hasta que los creadores de la serie decidieron mandarlo al castillo de Harrenhal y convertirlo en carne de meme.

A partir de aquí, espoilers del séptimo episodio de 'La casa del dragón' (segunda temporada)

No puede ser. No puede ser que uno de los grandes protagonistas de esta producción lleve toda la temporada encerrado en ese castillo, sin saber por dónde le da el aire. A ratos lo encontramos víctima de las visiones (como esa recurrente con el rey muerto recordándole que él no quería la corona, que sí, que ya lo sabemos). Otros ratos va despachando con señores de los que que ni recordamos el nombre mendigando un ejército que nunca llega. Y su dragón ahí, muerto de risa, cazando moscas. Es un despropósito. Han traicionado al personaje, lo han hecho repetitivo y absurdo, solo para que en el final de esta parte sea protagonista de un último gran combate. Eso esperamos en el último episodio, que se emitirá la próxima semana. Para entonces todos los espectadores desearemos que acaben ya con Daemon, con tal de no verlo más dando vueltas por esa fortaleza como pollo sin cabeza.

Por repasar. En este episodio, el séptimo de la segunda temporada, ha acudido hasta Harrenhal un crío llamado Oscar Tully, que le planta cara, le espeta en su cara que no lo reconoce como rey y le obliga a contradecirse a sí mismo si quiere contar con sus hombres. Y Daemon, como si tal cosa. En otros tiempos hubiese impuesto su autoridad, habría obrado de un modo maestro. Ahora agacha la cabeza, se despacha pronto y regresa a su castillo a charlar con los fantasmas. Qué pena.

Daemon sigue perdido. RC

Las nuevas entregas de 'La Casa del Dragón' comenzaron bien, resituando a los personajes, optando por la calma pero sin perder la tensión, hasta llegar a un cuarto episodio en el que asistimos a una gran batalla. ¿Qué ha pasado desde entonces? Nada. Los personajes no terminan de desarrollarse, las acciones no conducen a ninguna parte y el ritmo se pierde según nos aproximamos al final. Desde que regresaron de la batalla de Reposo del Grajo, ninguno de los bandos parece tener claro cómo dar el siguiente paso y se debaten sobre los movimientos convenientes. En Desembarco del Rey el monarca Aegon intenta recomponerse y volver a caminar, pero no lo consigue para desespero de algunos de sus súbditos, como Larys Strong, al que la gestión de los rumores no le están sirviendo de mucho. Aemond aguarda también antes de volver al ataque. Hace un intento casi al final del capítulo pero cambia de opinión enseguida. Alicent, por su parte, ha preferido marcharse al bosque a descansar. A dar paseos y a bañarse en lagos para reflexionar. Claro que sí. De su padre, Otto Hightower no hemos recibido noticias. De su hermano tampoco sabemos demasiado. Del que nos indican algo es de Daeron, el cuarto hijo de Viserys y Alicent al que por el momento solo han mencionado pero no nos han mostrado. Vive en Antigua. Pues bien, en este episodio nos avisan de que el dragón del muchacho, Tessarion, ha empezado a volar y ya está preparado para unirse a la causa de sus hermanos. Poco más por esa parte.

En donde es buena de verdad esta superproducción de Max es en lucir dragones. Faltaría más. Cuando ellos salen todo cambia. Su presencia es poderosa. Y la serie les saca el provecho que no está sacando a la mayoría de personajes. Este ha sido el capítulo hasta la fecha con mayor interacción con las bestias e incluso en el que hemos conocido a algunas nuevas que hasta el momento no habían hecho acto de presencia. Al primero al que volvemos a ver es a Bruma, al que en la entrega anterior conocimos buscando jinete. El elegido fue Adamm, Adamm de la Quilla según se presenta él. El nombre da un poco de risa. A mí me suena a humorista de los años 90, tipo Pepe da Rosa. Pero bueno.

El tal Adamm es uno de los hijos bastardos de Corlys Velaryon. El otro es Alyn, al que nos presentaron con la excusa de haber salvado la vida de su padre en el comienzo de temporada. Estos personajes han tenido un recorrido irregular. Nos los han mostrado de manera torticera, han ido apareciendo en contadas ocasiones, pero no lo tendremos en cuenta porque ahora ya forman parte del bando negro cada uno con una misión clara. Uno, montar a un nuevo dragón para la guerra. El otro, comandar los barcos. Rhaenyra acepta a Adamm y se da cuenta de que va a tener que localizar y aceptar a más bastardos que sirvan de jinetes para los dragones que le quedan libres. Así que hace un llamamiento y en un abrir y cerrar los ojos se le llena Roca Dragón de aspirantes.

Los dragones se muestran en todo su esplendor. RC

¿Os acordáis de los tiempos en que para ir de un lado para otro en Poniente se tardaban siglos? Pues eso ya no pasa. Ahora hay AVE y en menos de una hora los personajes se pueden trasladar a donde quieran. También debe de haber internet, por la velocidad con la que corren las noticias. En Desembarco del Rey ya saben que Bruma tiene jinete nuevo y que Rhaenyra hace casting para cabalgar las bestias de las que dispone. La modernidad era esto.

A los guardianes de los dragones no les gusta que cualquiera pueda ser su dueño, por eso se rebelan ante la reina. Pero esta tiene clarísimo su plan y no duda en ser ella misma la que presente a los plebeyos aspirantes a jinetes ante los feroces animales. El primero que asoma la cabeza es Vermithor, la furia de bronce, el más grande después de Vhagar. Menuda belleza. Ante Rhaenyra se pliega pero en cuanto se le acerca la chusma comienza a repartir fuego a diestro y siniestro. Y allí no se libra casi nadie. Casi. Hay un aspirante que se va a llevar el premio. Lo hemos visto en los episodios anteriores dando vueltas por Desembarco del Rey y ahora sabemos que es hermano ilegítimo de Viserys y Daemon. Hugh Hammer hace valer su condición de medio Targaryen y se hace con las riendas de Vermithor.

Otro de los aspirantes, Ulf, que al parecer también desciende de esta estirpe, mientras huye se topa con otro dragón, Ala de Plata, que lo acepta para que se suba a sus lomos. De este modo la oposición a jinete se resuelve con éxito y dos nuevas bestias están preparadas para pelear por Rhaenyra.

Hagamos recuento de dragones. Los Verdes tienen a Vhagar (de Aemond), Fuegosol (de Aegon), Fuegoenseueño (de Helaena) y Tessarion (de Daeron). Por su parte los Negros han unido a Bruma, Vermithor y Ala de Plata a los que ya conocíamos, Syrax, el de Rhaenyra; Vermax, el de Jacaerys; y Moondancer, el de Baela. Se supone también que está Caraxes, el de Daemon, pero estará muerto del asco del retiro en Harrenhal. A ver si espabila cuando salga a danzar con el resto.

Salvo sorpresa falta por aparecer uno más, al que sigue la pista Rhaena, esa pobre muchacha también sin rumbo que no deja de ver restos calcinados por todas partes. Estamos preparados para el combate final.

Mikel Labastida, Borja Crespo y Carlos G. Fernández se turnarán durante la emisión de la segunda temporada de 'La Casa del Dragón' para hacer un repaso semanal de cada capítulo que se publicarán en esta web.

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