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El cuarto capítulo de 'La casa del dragón' supuso un puñetazo en el ojo, más que en la mesa. En el ecuador de la serie estallaba por fin el conflicto físicamente, con tropas enfrentadas por la conquista de un castillo simbólico, pero el protagonismo se lo llevaban los dragones, lo que apunta a una orgía de sangre y fuego en lo que queda de temporada. El campo de batalla se chamuscaba, con un personaje eliminado y otro en la unidad de cuidados intensivos. Una pena que se cargaran, con un croma muy feo de fondo, a uno de los roles más interesantes de la historia, cuyo nombre obviamos en el comienzo del presente texto por si los spoilers (en el segundo párrafo llega la barra libre). Tener carácter no te libra de la quema, cualquier héroe o villano es susceptible de perecer en pantalla en esta precuela de 'Juego de tronos' cuya quinta entrega confirma el peso de los monstruos voladores escupefuegos en la recta final de una continuación que va cogiendo vuelo, y nunca mejor dicho. Los míticos animales alados con cuerpo de serpiente destacan sobremanera en lo expuesto hasta la fecha, de cara al desenlace, pero los personajes femeninos también cobran fuerza gracias a un episodio que esgrime cuidados enfrentamientos verbales que apuntan a una clímax tremebundo con nombre de mujer.
'Regente', título de esta quinta entrega, parte de un cliffhanger doloroso. «Un dragón muerto, mal presagio», comenta el populacho en las calles de Desembarco del Rey cuando los soldados pasean con la cabeza decapitada de uno de los gigantes abatidos sobre un carro de ruedas. Querías caldo, toma dos tazas, porque en realidad los dragones muertos han sido dos. Mientras, el monarca Aegon se debate entre la vida y la muerte tras la barbacoa del pasado capítulo. Pez grande se come a pez pequeño, ya ha quedado claro en 'La casa del dragón'. Ahora Aemond es príncipe regente y nadie quiere toser a su dragón Godzilla, el bestial Vhagar, cuyo tamaño importa en exceso. Rhaenyra está desesperada y no por el horrible spot para redes sociales protagonizado por Victoria Federica que ha encargado Max para promocionar la serie (una oda funesta al pijerío más irritante). La atormentada reina de blanca melena, eternamente en trámite, apesadumbrada e impotente, no sabe cómo salir del ambiente bélico que le angustia. Tampoco le dejan. «La guerra siempre ha sido un asunto de hombres», se escucha. Mientras tanto, en un lugar no muy lejano, Daemond sigue con su absurdas maniobras diplomáticas ensombrecido por el abuso, aparentemente involuntario, de sustancias alucinógenas. Sin duda, la subtrama más tediosa de la serie. Enfatiza el lado más tirano de un aspirante al trono que se tropieza consigo mismo.
Se abre definitivamente la veda de las mil y una triquiñuelas, éticas o indecentes, para conseguir aliados y someter al enemigo. Criston Cole sigue a traición por capítulo. La lealtad no va con él, es papel mojado.
Las estrategias militares se debaten de aquella manera entre entes masculinos mientras ellas son ninguneadas, tanto Rhaenyra como Alicent, cada una en su bando, sentadas en la mesa con los supuestos expertos en la materia. Esta última, la Hightower (su padre ha desaparecido tras ser obligado a abandonar su labor de Mano del Rey), aguanta el plano en un travelling de acercamiento mientras el consejo decide no darle el bastón de mando. Se lo lleva su hijo el pérfido tuerto. Excelente Olivia Cooke en su papel, con una expresividad sublime dentro del encuadre, sin cortes, mientras escuchamos al resto de los presentes en el debate hablando (entre hombres). Una secuencia magnífica que nos recuerda que no estamos ante una serie cualquiera, aunque el guion no siempre acompañe a la cuidadas formas. «La lucha por el poder se ceba en las mujeres y los débiles», uno de tantos diálogos, bien tirados, que subrayan el mensaje.
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Carlos G. Fernández
Episodio emotivo, de ritmo lento, con buen peso dramático. Visualmente, la serie rehuye del concepto de bustos parlantes, hay puesta en escena y la tensión va cogiendo velocidad de crucero. La guerra de dragones ha estallado, pero quizás las mujeres tengan la última palabra en la furia de titanes. Hagan sus apuestas.
Mikel Labastida, Borja Crespo y Carlos G. Fernández se turnarán durante la emisión de la segunda temporada de 'La Casa del Dragón' para hacer un repaso semanal de cada capítulo que se publicarán en esta web.
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