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Cómo lavar y guardar el nórdico para no estropear el relleno

Cómo lavar y guardar el nórdico para no estropear el relleno

Con la subida de las temperaturas, la ropa de cama también exige un cambio de armario. Te enseñamos cuál es la mejor manera

Miércoles, 5 de junio 2024, 23:30

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Aunque el refranero insiste en que hasta el 40 de mayo no nos quitemos el sayo, la subida de las temperaturas registrada estos últimos días nos invita a aligerar, al menos, la ropa de cama. Toca lavar y guardar los rellenos nórdicos y edredones que tanto nos abrigaron en los meses más fríos para vestir el dormitorio con otros tejidos más frescos y livianos.

Pero, ¿sabes cómo hacerlo para que no se deforme y evitar que le salgan las típicas manchas de guardado? «Este tipo de ropa de cama necesita un pequeño mantenimiento para conservar intactas sus propiedades, sobre todo cuando el relleno es de plumas. Como regla general, se recomienda lavar el nórdico y los edredones al menos una vez año para mantenerlos limpios y frescos. Esta limpieza a fondo ayuda a eliminar el polvo, los ácaros y otros alérgenos que puedan acumularse con el paso del tiempo», explican en la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

Estas son las claves para hacer el cambio de armario de la ropa blanca con éxito.

Pelotas de tenis y nada de suavizante

Antes de meter el nórdico en la lavadora, debemos leer con atención las recomendaciones del fabricante, puesto que algunos modelos exigen una limpieza en seco o en una lavandería profesional. «Si se puede lavar en casa, asegúrate de usar una lavadora con una capacidad de carga lo suficientemente grande para que el relleno entre de manera holgada, sin necesidad de forzar ni apretar. Si no entra bien, la alternativa será lavarlo a mano en la bañera», advierten los expertos en limpieza.

En cualquier caso, tanto si el nórdico es de plumas como sintético se debe usar un detergente suave. «Evita suavizantes y blanqueadores porque son demasiado fuertes para las delicadas fibras de algunos rellenos y también pueden afecta a la forma y suavidad original de las plumas. Además, suelen dejar residuos químicos que pueden causar irritación en pieles sensibles», aconsejan en la OCU.

Un truco de experta: «añade tres pelotas de tenis al tambor para evitar que el relleno se apelmace, sobre todo si es de plumas», recomienda la profesional del orden y la limpieza Begoña Pérez, conocida en redes sociales como 'La Ordenatriz'. El siguiente paso es seleccionar un programa de lavado para prendas delicadas y una temperatura fría o templada. «Para evitar que queden residuos de detergente en el nórdico y salgan las temidas manchas amarillentas de guardado, es conveniente realizar un aclarado extra», coinciden los expertos.

Cuando no tenemos espacio suficiente en la lavadora, podemos recurrir a la bañera. «Llénala de agua fría o tibia, añade un poco de detergente suave y sumerge el relleno en el agua por completo. Déjalo en remojo durante al menos media hora y después agita suavemente el edredón en el agua para eliminar la suciedad. No lo retuerzas. Vacía la bañera y vuelve a llenarla con agua limpia para enjuagarlo, aclarando tantas veces como sea necesario hasta que no queden restos de detergente ni de suciedad. Elimina el exceso de agua presionando el nórdico suavemente».

En la secadora a baja temperatura

Una vez lavado, «mételo en la secadora y utiliza un programa de secado delicado. Si no tienes esa opción, selecciona un ajuste de temperatura moderado o bajo para proteger el relleno y evitar daños por un exceso de calor». Añade otra vez al tambor las tres pelotas de tenis, especialmente útiles en el caso de rellenos de plumas. «Si, a pesar de todo, han quedado zonas apelmazadas, extiende el nórdico sobre una superficie dura y golpéalo con la palma de la mano durante unos minutos. Repite el proceso hasta que el relleno recupere su forma original», insiste Begoña Pérez en su libro 'Limpieza, orden y felicidad' (Ed. Planeta).

Secar un edredón cuando no disponemos de una secadora requiere algo más de esfuerzo y espacio. Tras eliminar el exceso de agua, es aconsejable extenderlo sobre una superficie plana como una mesa o el suelo, preferiblemente al aire libre, con una buena circulación de aire y luz solar indirecta. «Debemos asegurarnos de que está completamente extendido y sin arrugas para que se seque de manera uniforme. También es importante darle la vuelta de vez en cuando», explican los expertos en limpieza.

Guárdalo en una caja de cartón y evita las bolsas de vacío

Una vez limpio y seco, toca guardarlo hasta el próximo cambio de estación. Como estos rellenos ocupan bastante, es frecuente recurrir a las bolsas de vacío para aprovechar al máximo el espacio de almacenamiento, pero cuidado porque no es la mejor de las opciones. «Estas bolsas pueden causar daños que afectan a la capacidad del nórdico o del edredón para proporcionar calor. Además, al ser de plástico es frecuente que generen humedad por condensación, un ambiente propicio para la aparición de moho, ácaros, malos olores y manchas». advierten en la OCU. Lo más recomendable es usar cajas de cartón o de materiales transpirables que permitan que la ropa de cama 'respire' mientras está guardada.

Ahora bien, si al abrir la bolsa nos encontramos con las clásicas manchas de guardado, podemos recurrir al percarbonato (blanqueante), teniendo muy en cuenta que puede afectar a la calidad del relleno. «En ese caso, se debe valorar la relación coste-beneficio».

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