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Karina Sainz Borgo. Penguin Random House. Penguin Random House
«Siempre he vivido Venezuela como un desgarro»
Karina Sainz Borgo | Periodista y escritora

«Siempre he vivido Venezuela como un desgarro»

La venezolana es una de las participantes en la 6ª edición del Festival Hispanoamericano de Escritores, que se celebra en Los Llanos de Aridane

Victoriano Suárez Álamo

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 21 de septiembre 2024, 23:29

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Las Palmas de Gran Canaria. La periodista y escritora venezolana Karina Sainz Borgo es una de las participantes en el festival palmero que dirige Nicolás Melini. Ejerce el periodismo, sobre todo cultural, mantiene el blog 'Crónicas barbitúricas' y su trayectoria como novelista se disparó tras la publicación de 'La hija de la española' (Lumen, 2019), con la que conquistó a público y crítica. 'La isla del doctor Schubert' es su último libro publicado.

–¿Qué le motivó a participar en el 6º Festival Hispanoamericano de Escritores?

–La oportunidad de reencontrarme con autores a los que admiro y respeto y de conocer en profundidad a otros. La oportunidad y el lugar son perfectos para ello. Y Canarias, claro. Ese Atlántico me enloquece, me resucita.

–¿Qué referencias tiene del mismo y con qué expectativas acude?

–Conozco a Nicolas Mellini desde hace mucho y a J.J Armas Marcelo, por supuesto. De ellos espero todo lo bueno y más.

–¿Conoce la isla de La Palma o alguna otra del archipiélago canario?

–Conozco Canarias. El archipiélago nunca me deja volver ilesa. Me parece un viaje en el tiempo a mi infancia. No miento si digo que conozco La alma de un extremo a otro. Viajé varias veces para cubrir la erupción del volcán, sobre todo en el período posterior, para hacer seguimiento de las necesidades de los habitantes de a isla.

–Este año el festival está dedicado a Venezuela, su país natal. ¿Considera que existe actualmente un buen tejido literario venezolano?

–Soy reacia a la idea de una literatura nacional o regional. Sin embargo es indiscutible que el auge editorial de autores de Venezuela es importante y significativo. Que Rafael Cadenas se haya convertido, ¡al fin!, en el primer Premio Cervantes es un signo de mayor visibilidad y presencia en la conversación literaria.

–-¿Percibe diferencias entre los autores que aún viven en el país y los que, por la situación política, han tenido que exiliarse en el extranjero?

–El exlio, el destierro, la experiencia autoritaria en general, condiciona una manera de mirar y de habitar el mundo. En mi caso, suelo sentir una afinidad especial con aquellos autores que abordan su problema político con el origen, la pertenencia, la memoria. Pro también creo que quien cuenta desde la tierra, tiene su latido muy presente y eso se nota, mucho.

–¿Qué llegó antes a su vida, la vena periodística o la literaria?

–¡La literatura! En forma de Roald Dahl, de Aquiles Nazoa, de Federico García Lorca, de Julio Garmendia y Rubén Darío. Tuve una abuela poeta y lectora que me vacunó con poesía.

–-¿Para usted, la convivencia del periodismo y la narrativa de ficción es natural o le exige un autocontrol extra?

–Hace unos años no suponía una elección. Ahora sí debo medir muy bien cuánto tiempo dedico a una y a otra. Me siento culpable al escribir ficción, porque entonces no estoy entregando reportajes en la redacción o no tengo la cabeza tan puesta en la realidad como debiese. La ficción me libera. Me da el aire. Pero necesito el periodismo para escribirla. Necesito exponerme a las personas, a las historias, a los sentimientos.

– 'La hija de la española' vio la luz en marzo de 2019. Cinco años después, ese canto al desarraigo y el descenso a los infiernos en la vida de los venezolanos no ha remitido sino que parece que va a más. ¿Cómo lo valora?

–Pocas veces he leído una descripción tan precisa. El descenso a los infiernos es largo y, lo peor de todo, que como en el libro de Dante la sensación de soledad que nos invade cuando creemos atravesar el purgatorio es aún más fuerte.

–¿Qué le motivó a escribir 'La isla del doctor Schubert' y al evidente cambio de registro con respecto a sus dos novelas anteriores?

–'La isla del doctor Schubert' fue una necesidad, un impulso vital. Llevaba mucho tiempo volcada en una narrativa violenta, preñada de desafección y dolor. Ese libro es el laboratorio del que nace mi próxima novela.

–-¿Se siente cómoda escribiendo fábulas largas como 'La isla del doctor Schubert'?

–Aprendí mucho escribiendo ese libro. Comencé a leer otras cosas. Afiné un lado fantástico del lenguaje.

– ¿Desde un principio tuvo claro que incluiría ilustraciones de Natàlia Pàmies?

–Conocí a Natàlia al ver as propuestas de sus dibujos. Me sedujo su mirada tierna y desgarrada sobre el imaginario del libro. De ahí en adelante, todo su trabajo me fascinó.

–¿Cómo está viviendo la actual situación política de su país tras las últimas elecciones?

–Siempre he vivido Venezuela como un desgarro, con una virulencia impresionante. Ese sentimiento ha ido abriéndose paso hacia algo distinto, parecido a la lucidez a veces y al duelo en otras. Como ve, el repertorio de sensaciones no necesariamente es mejor.

–¿Le ve futuro al país? ¿Cree que está al alcance una salida pacífica y democrática?

–Tenemos 25 años de deterioro y retroceso. Necesitamos el mismo tiempo o más, para volver al punto de partida. Me gustaría pensar que todo este proceso de destrucción nos ha enseñado. ¿Pero qué exactamente? Ahí está la respuesta. El futuro de Venezuela pasa por un pensamiento de conjunto. Por un proyecto común. No por un liderazgo, sino por una voluntad de progreso como la que vivió la Venezuela de la segunda mitad del siglo XX.

– Y hablando de futuro. ¿Le ve futuro al periodismo o el sector se ha fagoticado, vulgarizado y precarizado hasta un punto de no retorno?

–Tengo la sensación de que me pregunta, usted también, desde el agotamiento. Y sí podría decirle que sí a todo eso, porque a veces lo creo, pero cuando me topo periodistas como Jesús García Calero, de ABC, como Jorge Pastor, de el Ideal, con Laura Barrachina de RNE, con Carlos Alsina de Onda Cero, me embravezco, recupero la fe y me lanzo a faenar. Estos periodistas, y muchos más como ellos, son inmunes al desaliento, son periodistas de verdad, a quienes más les puede la necesidad de contar y contar bien, que la adversidad.

Las frases

Canarias

Viajé varias veces a La Palma para cubrir la erupción del volcán, sobre todo el período posterior»

Influencias

«Llegué antes a la literatura. Tuve una abuela poeta y lectora que me vacunó con poesía»

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