Nicolás Melini, director del Festival Hispanoamericano de Escritores de La Palma
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Nicolás Melini, director del Festival Hispanoamericano de Escritores de La Palma
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Nicolás Melini avanza que la 6ª entrega del Festival Hispanoamericano de Escritores, que entre el 23 y el 28 de septiembre se desarrollará en la localidad palmera de Los Llanos de Aridane, contará con pocas novedades en su desarrollo. Destaca el valor de la literatura venezolana y los lazos que muchos de los autores de este país que participan en el Festival tienen con el archipiélago canario.
–¿Qué les motivó a que Venezuela fuera el país invitado de esta sexta edición del festival?
–Hemos tenido a México. Después a Centroamérica. Ahora a Venezuela. Venezuela y Canarias atesoran un vínculo muy especial, a todos los niveles. Hay canarios en la misma independencia del país y en toda su historia. Auténticos próceres de Venezuela provenían de las islas, como Francisco de Miranda y Andrés Bello. Los canarios consideramos a Venezuela un territorio en parte propio pero de más allá, la «octava isla», que ahora tendría que ser la «novena isla», una vez hemos sumado a La Graciosa como tal. Mi propio abuelo materno emigró a Venezuela. Y cuando hablas con los escritores venezolanos, muchos de ellos provienen de las islas, son hijos o nietos de canarios. Algunos coinciden al tener raíces precisamente en La Palma, donde celebramos el festival. Los vínculos son tan profundos que se encuentra su rastro muy presente en la misma lengua, en el léxico, y también encontramos un cierto mestizaje canario-venezolano en algunas obras literarias de los autores que vendrán. Ahora estamos recibiendo a muchos venezolanos de vuelta, o a sus hijos o a sus nietos. Continúa y se profundiza esa relación afectiva. Varios de los escritores venezolanos que participarán en el festival se han exiliado en Canarias recientemente y otros cuantos, ya residentes en la península, veranean en las islas desde hace tiempo. La literatura escrita en español es, como sabemos, vastísima y de múltiples nacionalidades, pero entre la escrita por escritores venezolanos y la escrita por escritores canarios tal vez haya un diálogo aún más cercano, un diálogo que va más allá de la lengua común.
–Será una edición de descubrimientos, porque imagino que son conscientes de que los autores venezolanos, en su mayoría, son unos grandes desconocidos más allá de los ámbitos especializados…
–El año pasado, con Centroamérica, nos sorprendió cómo los asistentes al festival valoraban muy positivamente esto, precisamente: el valor «descubrimiento». Hubo autores centroamericanos que produjeron un entusiasmo súbito, como Rolando Kattan, Carol Zardetto, Horacio Castellanos Moya, Miguel Huezo Mixco, Carlos Cortés o Shirley Cambell Barr. Precisamente ese, el descubrimiento, puede ser uno de nuestros valores, ya que no estamos supeditados a ningún grupo editorial español que nos someta a sus novedades y productos. En otro tiempo, algunos de estos escritores que nos estamos perdiendo estarían ampliamente difundidos en España por los sellos de los grupos editoriales. Pero esto ya no es así, los sellos de los grandes grupos están dejando esa labor, si acaso, a pequeños sellos independientes. En el caso de los venezolanos, sin embargo, creo que nos encontramos con escritores algo más conocidos que los centroamericanos, porque un buen número de ellos vive y publica entre nosotros desde hace años. Además, uno de los últimos Premios Cervantes es venezolano, Rafael Cadenas. Juan Carlos Méndez Guédez ha hecho su carrera literaria en España y aquí publica sus libros de cuentos y sus novelas; la poeta Yolanda Pantin tiene su poesía completa publicada por Pre-textos; José Balza es un clásico y Cátedra ha publicado recientemente una de sus novelas más importantes, 'Percusión'; Juan Carlos Chirinos y Antonio López Ortega publican sus libros en sellos independientes españoles; Karina Sainz Borgo es una escritora joven que, con su dos primeras novelas publicadas en España, además ha conseguido ser traducida a muchos idiomas; Rodrigo Blanco Calderón obtuvo nada menos que el Premio Bienal Vargas Llosa a la mejor novela publicada en los dos últimos años en todo el ámbito de la lengua española, pero es que además su última novela publicada, 'Simpatía', apareció en la 'longlist' del Premio International Booker de este año; Alberto Barrera Tyszka es conocido como novelista en España, ya que obtuvo el Premio Herralde y el Premio Tusquets de novela. También es verdad que, en nuestros tiempos ya no es como antes y tal vez debiéramos de revisar eso de «escritor conocido», porque los grandes grupos editoriales ya solo invierten en promoción cuando se trata de productos consumibles y por esas promociones no nos podemos guiar.
–¿Temen que las cuestiones políticas de Venezuela copen buena parte de las charlas y lleven al ostracismo la parte literaria?
–No. En absoluto. No creo que los escritores que vienen le concedan esa victoria al régimen de su país. Van a hablar de literatura y de lo que surja, de la vida y, si toca, de política, claro. Conozco a muchos de ellos, sé cómo piensan y cómo les duele lo que sucede en su país, pero también he asistido a muchos actos en los que han participado a lo largo de los últimos veinticinco años, y cuando se trata de hablar de literatura, de cuento, de novela, de poesía, la política suele sobrarles y no aparece. Ahora bien, si toca hablar de política, hablan. Me parece que son los medios de comunicación, porque Venezuela es actualidad, los más interesados en preguntar por ello, y posiblemente el público que asista, ya que esperamos a muchos emigrados de allí. En cualquier caso, no me parece que haya una competencia entre literatura y política en el caso de este evento literario. Se hablará de todo. Y por supuesto también de la tragedia que ha significado el chavismo, que ya está presente en los libros de estos autores.
–A nivel de desarrollo, ¿qué novedades trae esta sexta edición?
–Será un festival muy similar a los dos anteriores, los dos celebrados tras el volcán. El año pasado tuvimos a algo más de mil alumnos de enseñanza media de la isla de La Palma involucrados en algún acto. Trataremos de que se sumen algunos más.
–¿Qué destacaría de la nómina de escritores que integran la programación?
–Quiero destacar a José Balza, que clausurará el festival. Es una figura indispensable de la literatura escrita en español. Escucharlo es una delicia. Recuerdo una ocasión, en una sala abarrotada del Círculo de Bellas Artes de Madrid: escuchándolo, de pronto nos sentimos navegando por el delta del Orinoco, todo el público asistente entregado a su cuento, a su fabulación, a la manera en que se contaba a sí mismo y su literatura. Pocas veces se vive una epifanía literaria como aquella, a la altura de los más grandes magos de la lengua.
–¿Cómo ha sido la selección de autores canarios, porque imagino que tras seis ediciones ya quedan pocos relevantes que no hayan participado?
–Seguimos incorporando nombres y no, hay muchos que no han venido aún. Elsa López siempre propone a alguna autora joven, el año pasado vino Celia Lorenzo y este vendrá Katya Vázquez Schröder. Vendrá Ernesto Suárez, porque tiene vínculos con Venezuela y es un gran conocedor de su poesía y sus proyectos editoriales. Hemos incluido a la profesora de la Universidad de La Laguna, María Nieves Concepción Lorenzo, que es especialista en literatura hispanoamericana y ha trabajado a muchos autores venezolanos, de hecho participa en un libro reciente, 'Venezuela en España', sobre aquellos autores venezolanos que han tenido una presencia vital y literaria en España hasta finales del siglo XX; participarán también la poeta Inmaculada Hernández Ortega y el novelista Luis Castañeda, que obtuvo hace unos años el premio Amazon de novela, ambos de La Palma. Por supuesto, estarán también los escritores canarios que forman parte del festival, como J.J. Armas Marcelo, Elsa López y Anelio Rodríguez Concepción. Quiero también agradecer la participación, detrás de bastidores, todos estos años, del poeta Ricardo Hernández Bravo. Una presencia constante en el festival porque trae a sus alumnos y es cómplice de lo que hacemos.
–A estas alturas, ¿el festival está consolidado?
–A mí me parece que este tipo de proyectos nunca están consolidados del todo, porque son muy frágiles. Digamos que es todo lo sólido que hemos podido hasta ahora.
– ¿Cómo ha sido el tránsito de contar con el apoyo de la cátedra Vargas Llosa a estar gestionado por la Orden Galdosiana de La Palma?
–Es un tránsito superado ya hace unos años. Hemos tenido un volcán y dos festivales desde entonces y estamos a punto del tercero. J.J. Armas Marcelo se jubiló, dejando así la dirección de la Cátedra que él había creado una década antes. Y, para continuar con la realización del Festival Hispanoamericano de Escritores cobró sentido hacer una asociación vinculada a la isla de La Palma. Es el camino normal para hacer lo más sólido posible el proyecto, porque ello implica que el festival esté arropado por personalidades que lo apuntalen. Lamentablemente, el primer presidente de la Orden Galdosiana, Jerónimo Saavedra Acevedo, falleció el año pasado, y ha sido una pérdida sensible por todo lo que ha significado Jerónimo Saavedra para la cultura en las islas. Pero hay que seguir y ya hay nuevo presidente. Los miembros de la Orden Galdosiana han elegido a J. J. Armas Marcelo por su trayectoria literaria nacional e internacional, muy vinculado a las literaturas americanas, miembro correspondiente de muchas de las academias de la lengua, y creador del propio Festival Hispanoamericano de Escritores. Sin duda, le corresponde.
–Ana Rossetti fue la primera en estrenar la Residencia Aridane de Artistas y Escritores. ¿Se mantiene ese proyecto o murió con la llegada de la pandemia?
–La residencia de escritor de un mes en Los Llanos de Aridane la hizo posible la anterior concejal de cultura, con mi apoyo, justo el año de la pandemia. En los tres años siguientes no se ha celebrado y ahora hay un nuevo equipo en la alcaldía. Personalmente, las residencias de escritor para escribir me parecen un modelo que nos hace falta a los escritores. Y hay instituciones públicas y privadas que les ven un potencial para su propio desempeño. Si el Ayuntamiento de Los Llanos o cualquier otra institución pública o privada quisiera rescatar esta iniciativa, o crear una nueva residencia de escritores, y necesitara mi apoyo, lo tendría.
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