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La ciudadanía de San Bartolomé de Tirajana se siente orgullosa de su historia y de sus gentes. Siempre lo ha estado, pero desde ahora podrá demostrarlo con la institucionalidad y solemnidad que se merece tras el estreno la noche de este viernes de su primera gala de honores y distinciones, celebrada en el Centro Cultural Maspalomas en el contexto de los actos conmemorativos del 130 aniversario de la concesión del título de villa. Así lo subrayó su alcalde, Marco Aurelio Pérez, quien en su intervención puso el acento en el «significado» y el carácter «profundamente emotivo» de un acto que hace un homenaje a quienes «representan lo mejor de esta tierra».
Ese espíritu de tributo inspiró las palabras del regidor, que centró su discurso en glosar los méritos de los homenajeados, seis galardones a título individual y cinco con carácter colectivo, todos estos últimos, por cierto, vinculados a la rama de la seguridad y las emergencias.
A todos, a los 11, el reconocimiento les llegó vía aprobación plenaria en sesiones y hasta mandatos distintos, desde 2019 a 2024, pero fue anoche cuando se les juntó para oficializar la entrega de sus distinciones. Hubo dos declaraciones de hijo predilecto, ambas, casualmente, a título póstumo, dos de hijo adoptivo y siete medallas de oro. A cada uno le precedió un breve vídeo de presentación de su trayectoria.
San Bartolomé abrió la senda para una nueva forma, más institucional y formal, de honrar a sus ilustres. Lo hizo con un acto solemne y austero, cargado de significado, que nace con vocación de continuidad. Una voz en off como hilo conductor y la actuación de Judith Pezoa con el Trío Contraste contribuyeron al tono ceremonial del acto, que incluyó la interpretación del Himno de Canarias a cargo de Pezoa. La única nota triste es que no todos los homenajeados pudieron recoger sus premios. Aparte de los reconocimientos a título póstumo, los hubo a personas ya mayores y fuera de la isla que no pudieron acudir, como Andrés Barriales o Lorenzo Castejón.
Uno de los predilectos fue Noé Peña, el que fue director de la Escuela Municipal de Música, «un hombre que dejó una marca imborrable» en el municipio. Destacó su «gran visión y generosidad» y la criatura que ha legado, la agrupación folclórica y cultural Umiaya. Y de Carmelo Pérez, excronista oficial del municipio, subrayó «su compromiso inquebrantable» y su ««profundo amor» por su gente. «Su memoria es un faro de inspiración para todos».
Sobre Juan Hidalgo, hijo adoptivo a título póstumo, recordó que aunque no nació en San Bartolomé, sí pasó parte de su vida en Ayacata, y enfatizó la medida de su obra artística y su compromiso social. De Francisco Rodríguez, asesor laboral que sí pudo escuchar sus palabras, resaltó «su esfuerzo» por «mejorar el bienestar» de la gente, de ahí que se merezca declararlo hijo adoptivo.
Las medallas de oro fueron en su mayoría colectivas. Se otorgaron a los funcionarios de la Policía Nacional y la Policía Local y del servicio de extinción de incendios y salvamento (los bomberos) y a los trabajadores y voluntarios de la asamblea local de Cruz Roja y de Protección Civil, todos de San Bartolomé de Tirajana. «Son los guardianes de la seguridad», dijo de ellos, «siempre presentes en los momentos más críticos».
Las dos individuales fueron para Andrés Barriales, «un hombre visionario» que, como rotario, «supo ver en Maspalomas un espacio de paz», y Lorenzo Castejón, reconocido «por el cariño y admiración que dejó en el ayuntamiento», al que guio como secretario municipal desde la transición a 2003.
Antes del alcalde intervino Francisco Rodríguez, uno de los homenajeados, quien aprovechó el acto para hacer un ruego a los presentes. «Jamás podré pagar lo que esta tierra me ha dado, por eso quiero hacer un llamamiento a la unidad política y vecinal para que este municipio siga creciendo y posibilitando que miles y miles de seres humanos sigan obteniendo su sustento en las miles de buenas empresas» radicadas en la localidad.
Con esta invocación terminó su discurso este asesor laboral, con despacho en el municipio desde 1971, que la noche de este viernes recibió oficialmente su título de hijo adoptivo, otorgado en 2019, y que tomó la palabra en nombre y representación del resto de premiados.
Además de dar las gracias y enumerar los méritos de sus compañeros de homenaje, Rodríguez dedicó su intervención a hacer una encendida defensa de su municipio de adopción, del que dijo que «es un organismo vivo, forjado día a día por el esfuerzo colectivo de la ciudadanía».
De alguna manera, quiso compartir este reconocimiento. «Esta distinción es un símbolo del compromiso y dedicación de todos los ciudadanos y ciudadanas que, en distintos ámbitos de actividad, contribuyen a la construcción de nuestra querida ciudad», indicó.
Cuando le tocó hablar de sí mismo, el que fuera presidente del Colegio de Graduados Sociales de Gran Canaria y Fuerteventura entre 1989 y 2008 confesó públicamente lo que para él supone San Bartolomé de Tirajana. «Todo lo que soy y lo que tengo se lo debo a este bello y querido municipio, donde desde el año 1971 vengo ejerciendo mi profesión de asesor laboral y donde he asesorado y defendido los intereses de miles de empresas y trabajadores». Reivindicó que ha ayudado «a mucha gente humilde» y anunció a que lo seguirá haciendo hasta su muerte.
Rodríguez puso al servicio de extinción de incendios y salvamento (los bomberos) como «ejemplo claro de cómo una respuesta organizada ante la necesidad puede convertirse en un pilar de protección y seguridad»; de Protección Civil subrayó su carácter altruista y su trabajo preventivo y sanitario; de Cruz Roja, que es «un faro de esperanza»; de la Policía Local, su contribución a que la ciudad sea «un entorno seguro y acogedor» y de la Policía Nacional, la profesionalidad y especialización de sus brigadas.
Sobre Carmelo Pérez resaltó que fue un defensor de la educación y del compromiso social; de Juan Hidalgo, su carácter pionero en el mundo artístico; y de Noé Peña, su dedicación a la enseñanza y promoción del folclore. A Andrés Barriales le reconoció su papel para que Maspalomas sea Ciudad Rotaria de la Paz y de Lorenzo Castejón dijo que fue conocido como el secretario de la democracia.
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