Tenso encuentro entre Ithaisa Suárez y el Rubio: «Dime dónde está mi hijo, por favor»
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El lunes fue sola al edificio donde vive Antonio Ojeda, alias el Rubio, para enfrentarse a él y suplicarle que le dijera dónde estabaIthaisa Suárez, la madre de Yéremi Vargas, no puede más. Han pasado 17 años desde que vio por última vez a su pequeño jugando en el solar contiguo a su casa de Vecindario. Este lunes, no pudo contener más su deseo de preguntarle directamente, mirándole a los ojos, a Antonio Ojeda Bordón, alias el Rubio, dónde está su hijo. Impulsivamente, acudió a la vivienda del único sospechoso conocido por la desaparición del niño. Acompañada de varios vecinos, no dudó en plantarse frente a él y repetir una y otra vez: «Escúchame, Antonio, dime dónde está mi hijo, dime dónde está mi hijo, Antonio. Dime dónde está, por favor». Este periódico ha tenido acceso a esta escena, grabada con un teléfono móvil por un testigo de los hechos ajeno a este caso y que estaba presente en el edificio en ese momento.
Fueron minutos de muchísima tensión, gritos y reproches, en los que la madre de Yéremi Vargas no paró de preguntarle al Rubio por detalles relacionados con la desaparición de su niño el 10 de marzo de 2007, cuando tan solo tenía siete años. Ella siempre ha mostrado su convicción de que Antonio Ojeda Bordón, investigado por la muerte del joven, participó en ella y sigue luchando junto a su abogado Marcos García Montes en sentarlo en el banquillo. Sin decírselo a nadie, ni siquiera a su entorno más íntimo, el pasado lunes por la noche al salir de trabajar no paró en Vecindario, sino siguió con su coche hasta la capital grancanaria en busca de Antonio Ojeda Bordón, el Rubio.
Ithaisa Suárez acudió a la pensión donde vive el Rubio, en las inmediaciones del parque Santa Catalina. Preguntó a varios vecinos si el sospechoso de la muerte de su hijo estaba en el edificio. Según testigos que hablaron con este periódico, le indicaron dónde vivía e incluso la acompañaron hasta su habitación.
Al llegar, tocó la puerta. Cuando Antonio Ojeda Bordón abrió y vio quién era, la cerró de inmediato, sin decir una palabra. Minutos después, visiblemente nervioso, salió al pasillo y se encaró con Ithaisa Suárez. Era la primera vez que se encontraban cara a cara desde el juicio de noviembre de 2016, en el que Ojeda fue condenado a cinco años de cárcel por agredir sexualmente a un menor en Vecindario.
Nada más verlo, Ithaisa le dijo: «Siéntese aquí y hable conmigo». Pero él evitó enfrentarse a ella. «Esta es la madre del chico ese que está desaparecido», comentó el Rubio a un compañero de pensión que le preguntó qué ocurría.
Estas palabras encendieron a Ithaisa: «Del chico ese no, de Yéremi», le respondió, corrigiéndolo con firmeza. «Es un chico...», insistió él. «No, es Yéremi. Di su nombre, por favor», replicó ella.
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Ithaisa, a pesar de la tensión del momento, no mostró nerviosismo e incluso hizo saber al Rubio que había acudido «sola» a su vivienda y que lo hacía sin temor a que le ocurriera nada: «No le tengo miedo, no le tengo miedo», le dejó claro, a lo que su interlocutor le respondió: «Ni yo tampoco a usted, cristiana».
De forma espontánea, Antonio Ojeda Bordón, alias el Rubio, comenzó a dar explicaciones sobre lo que había ocurrido durante los meses posteriores a la desaparición de Yéremi Vargas: «Yo no he hecho nada, solamente vi lo que vi y se lo dije a la Guardia Civil y a mi no me han hecho caso y usted tiene la culpa de eso, que está tapando el caso», reprochó a la madre del niño. «¿Yo?», le dijo sorprendida, «Sí, usted», insistió el Rubio.
Tres meses
Son los que restan para que se agote la prórroga concedida por el juez instructor del caso Yéremi y, con ello, se dé por finalizada la fase de instrucción. Este plazo es ampliable.
De inmediato y al ver la actitud nerviosa y esquiva que estaba teniendo el Rubio, en el vídeo se observa cómo Ithaisa Suárez va al grano y le pregunta cómo es que sabía que su hijo padecía cianosis, un dato que nunca se hizo público durante la investigación y que, según un preso de confianza que compartió celda con él en la prisión de Algeciras, le desveló en una conversación privada: «Por qué lo sabía, Ojeda», le cuestionó y recibió una respuesta a gritos: «¡Porque lo llevaba la tía! La que lo cogió junto con el padre, con el que estaba con ella, hágame el favor», exclamó. Curiosamente y tras reconocer por primera vez que conocía el dato de que Yéremi sufría episodios de cianosis en situaciones de, por ejemplo, nerviosismo o estrés, minutos después volvió a negarlo: «Qué coloración, eso son cuentos suyos, que eso lo dijo usted en la televisión, lo dijo usted y su padre, usted y su padre», espetó el Rubio. Ithaisa le insistió con que «eso se lo dijo usted al preso de Algeciras», pero encontró una nueva negativa del sospechoso: «Eso es mentira del preso, ¿entiendes? Son mentira, una mierda para el preso».
Antonio Ojeda Bordón siguió el mismo guión que ha mantenido a lo largo de los años desde que acudió de forma voluntaria a la Guardia Civil para ofrecer pistas sobre la desaparición. Un hecho que los investigadores no tuvieron en cuenta inicialmente por falta de rigor en su relato, pero que cobró notoria importancia años después al ser detenido por abusar de otro niño: se revisó su perfil, sus declaraciones, se le investigó a fondo y el Rubio pasó a ser el único investigado del caso.
En ese momento, Antonio Ojeda Bordón reiteró una versión que ya había ofrecido anteriormente a las autoridades: aseguró haber visto cómo dos familiares de Yéremi Vargas se llevaban al niño en un coche. Esta teoría, investigada en su momento por la Guardia Civil, fue descartada por carecer de credibilidad. Sin embargo, el lunes, frente a Ithaisa Suárez, insistió de manera airada: «¡Fue la tía!», gritó, provocando la reacción inmediata de la madre del menor.
«¿Quién es la tía? ¿Mi cuñada? No me vas a dar miedo, Antonio, explícame eso», le respondió Ithaisa, enfrentándose con firmeza a sus acusaciones. Ojeda, lejos de calmarse, replicó: «Yo se lo expliqué a la Guardia Civil y a los jueces. Cuando me lo pregunten, ¡te vas a cagar toda!».
La tensión en el pasillo de la pensión iba en aumento e, incluso, una tercera persona presente en la escena, intervino para recriminar la actitud del Rubio: «¿Qué palabras son esas, Antonio? ¡Es una madre, joder!». Pese a la reprimenda, Ojeda continuó lanzando acusaciones y añadió: «El padre del chiquillo fue el que lo cogió. Y la tía también».
Ithaisa, confusa ante las declaraciones, le preguntó: «¿Juanfran?». A lo que el Rubio respondió: «Yo no sé si ese señor se llama Juanfran o Hierro». Al insistir ella sobre cómo tenía esa información, él afirmó: «¡Porque estaba allí, coño! Yo pasé por allí en ese momento y vi cómo lo cogieron con el Trans que tenía… un Trans con franja», posicionándose él nuevamente en el lugar de los hechos.
La discusión terminó con una súplica de Ithaisa Suárez, mirando a los ojos al Rubio: «Escúchame Antonio, dime dónde está mi hijo, dime dónde está mi hijo, Antonio. Dime dónde está por favor». Su petición no obtuvo respuesta de un Antonio Ojeda Bordón visiblemente desmejorado, con una muleta y tras haber perdido muchos kilos desde la última vez que apareció en los medios de comunicación.
CANARIAS7 se puso en contacto este miércoles con Ithaisa Suárez quien, visiblemente afectada por estos hechos, prefirió no hacer ninguna valoración sobre estos hechos.
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