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Una taza replica la frase con la que inicia sus tuits: Calma, paciencia y prudencia. Cober

Entrevista a Amós García Rojas

«Vamos a tener una nueva pandemia. ¿Cuándo? No lo sé»

El popular epidemiólogo canario pone fin a 40 años de trabajo en el ámbito de la salud pública. Ahora, tendrá más tiempo para sus otras pasiones

Carmen Delia Aranda

Las Palmas de Gran Canaria

Domingo, 9 de junio 2024, 02:00

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El vacunólogo canario más popular se jubila el próximo 28 de junio al borde de los 70 años y en plena forma. «Hace unos días estuve en Sevilla pegando botes durante las dos horas y cuarto de concierto de AC/DC», comenta risueño Amós García Rojas, un rockero duro de pelar al que la pandemia le obligó a quedarse al pie del cañón.

«Me tenía que haber jubilado en aquel momento por edad pero, honestamente, me parecía muy feo irme con el marrón que estaba cayendo», relata el aún jefe de sección de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud del Gobierno de Canarias.

Dice que no está ni contento ni triste. Su inminente retiro, confiesa, le provoca cierto vértigo tras 40 años en activo que le han deparado momentos «maravillosos» y también «tremendos».

«El hecho de que todavía haya alguna persona que te pare por la calle y te diga simplemente 'gracias' es algo absolutamente maravilloso», dice el médico.

En el lado opuesto, los sinsabores por no tener respuestas para afrontar los problemas inéditos que tuvo que gestionar, porque «nadie las tenía, ni en Canarias ni en ningún lugar» y los improperios recibidos por parte de algún colectivo que negaba la idea de que «realmente estábamos en una pandemia o rechazaba que las vacunas fueran la solución al problema».

En todo caso, estos agravios ocasionales -incluido un correo anónimo amenazándole de muerte que resultó ser de un antivacunas de la Península- fueron «claramente sepultados por las múltiples fuentes de cariño y afecto que recibía de la ciudadanía».

Rock, paz y bienestar

Las paredes de su despacho dan pistas de sus grandes pasiones. Allí se expone un calendario vacunal, carteles de encuentros de vacunólogos, un artículo suyo antibelicista publicado durante la guerra del Golfo, un afiche de The Beatles... Todo presidido por un póster de la portada del álbum 'Exile On Main' Street de los Rolling Stones, la banda que marca su norte musical. En la mesa, una taza reproduce el mantra que pregona en sus perfiles digitales; «calma, prudencia y paciencia».

«No tenía vida en las redes sociales, hasta que entendí que eran un instrumento valioso para llevar mensajes a la ciudadanía en una situación tremendamente complicada como la pandemia. Se me ocurrió que podía empezar todos los tuits con ese lema; calma, paciencia y prudencia. Quería trasladar a la ciudadanía que estábamos ante una situación complicada pero no era el fin del mundo, aunque no se iba a solucionar de un día para otro. Había que echarle paciencia», dice sobre una frase útil para aplacar la crispación propia de las redes alimentada por la epidemia de Sars-Cov-2.

«A principios de la pandemia, a las 7 de la tarde, salían a los balcones muchísimos ciudadanos a aplaudir, no solo a los sanitarios, sino a otros servidores públicos. Ahora ocurre lo contrario. Han aumentado las agresiones a los sanitarios, fruto de esa situación terrible de crispación que se ha desencadenado en la que las redes sociales tienen un papel importante», asegura este médico que, desde que terminó sus estudios en Sevilla de la mano del ilustre doctor Enrique Nájera, supo que iba a dedicarse a la salud pública.

«Me gustaba el estudio de los problemas de salud desde una perspectiva poblacional, estudiar poblaciones y problemas, no individuos. Ver los factores que determinan que una población tenga ciertos perfiles de patologías; las raíces sociales de los problemas de salud y cómo se distribuyen en una sociedad... Siempre te das cuenta de que en los sectores menos favorecidos aparecen problemas que requieren atención. Eso me apasiona», reconoce García. Su inicio profesional fue en Sevilla, pero se vino a Canarias para estar cerca de su mujer y su primer hijo. «Vi que había una plaza disponible aquí. Me presenté y la saqué», recuerda.

El epidemiólogo jamás imaginó que iba a tener tanta proyección pública, pero la posibilidad de que se declarara una pandemia sí la atisbó en el año 2019, cuando dirigió un curso de verano en la Universidad Menéndez Pelayo.

«Concluimos que era razonable pensar que íbamos a convivir con una pandemia, lo que no sabíamos era en qué plazo. A los pocos meses estalló la pandemia», afirma el experto.

El calentamiento global y el consiguiente cambio climático, dice, «destartala la ecología de los microorganismos». Este aspecto sumado al aumento de la movilidad, las grandes bolsas de pobreza y el aumento de la desigualdad entre países ricos y pobres creó el caldo de cultivo perfecto para el estallido de patologías zoonóticas transmisibles de forma pandémica, argumenta. Estos condicionantes persisten.

«¿Eso qué significa? Que tendremos una nueva pandemia. ¿Cuándo? No lo sé. Ni quiero saberlo. Me cogerá jubilado pero, si me llaman, vengo», comenta el médico a punto de iniciar una gira de conciertos para disfrutar de Deep Purple, Canned Heat o Bruce Springsteen.

Tras las celebraciones de su jubilación se le abre un abanico de posibilidades, desde volver a hacer música a convertirse en 'groupie' de Cupido, la banda en la que toca su hijo, o dedicar su tiempo al activismo pacifista.

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