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Jonathan Santana posa en la sede de CANARIAS7 tras la entrevista. Cober
Entrevista

«Con las evidencias que hay los bereberes vinieron a Canarias navegando, no los trajeron otros»

Jonathan Santana, profesor de Arqueología de la ULPGC, ha liderado un trabajo «riguroso» que sitúa la colonización del archipiélago entre los siglos I y III

Teresa Artiles

Las Palmas de Gran Canaria

Domingo, 11 de agosto 2024, 02:00

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En julio la prestigiosa revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States' (PNAS) publicó uno de los estudios más importantes de la arqueología canaria, que pone fecha a la llegada al archipiélago de sus primeros pobladores. Tras la revisión de más de 500 dataciones de yacimientos de todas las islas, concluye que los bereberes colonizaron Canarias en 200 años a partir del siglo I de nuestra era.

Y lo hicieron «por sus propios medios», aunque no fueron quienes descubrieron el archipiélago: esa arribada corresponde a los romanos en el siglo I a.C., según los vestigios hallados en el islote de Lobos.

Jonathan Santana (Las Palmas de Gran Canaria, 1982), es profesor de Arqueología de la ULPGC y el investigador principal de este trabajo desarrollado por un equipo interdisciplinar de varias universidades. En esta entrevista habla de la «robustez» de estas conclusiones y de las preguntas que quedan por responder, entre ellas por qué si los aborígenes navegaron para recalar en Canarias no había conexión entre las islas cuando llegaron los europeos.

-¿Ya podemos decir, a ciencia cierta, que la colonización de Canarias se produjo entre el siglo I y el III de nuestra era?

-Con la evidencia y base científica que tenemos actualmente, ya podemos decir con bastante seguridad que la colonización de las Islas Canarias tuvo lugar en ese periodo de tiempo. Y cuando hablamos de colonización, estamos hablando de un proceso por el cual la gente trae lo necesario para quedarse a vivir.

Eso no significa que podamos encontrar evidencias más tempranas de visitas puntuales, de exploraciones, e incluso de una ocupación intermitente de las islas. Pero con el conjunto de datos tan amplio que tenemos, la homogeneidad en cuanto a las fechas de poblamiento en las distintas islas del archipiélago, la relación que tiene con la presencia romana en el islote de Lobos y también con las descripciones en las fuentes clásicas sobre el descubrimiento de Canarias, sí, podemos decir con cierta seguridad que se poblaron entre el siglo I y el siglo III. Ahora, ¿dónde está la primera playa que pisaron estas poblaciones norteafricanas? Seguramente nunca lo sabremos.

-La playa será lanzaroteña, la primera isla en poblarse según su investigación.

-De eso no nos cabe la menor duda, es la isla a la que se llega antes con las corrientes marinas. De hecho, no es una casualidad que luego, en la Edad Media, la primera isla en ser colonizada o la que encuentran los europeos sea Lanzarote. No es Fuerteventura, que es la que está más cerca al continente.

Lanzarote es la isla donde tenemos las dataciones más antiguas y donde encontramos no solo evidencias cronológicas, sino también cuando hemos hecho el ADN a las semillas de cebada y de trigo que trajeron los aborígenes canarios, lo que vemos es que las islas más orientales, y seguramente Lanzarote, son las que primero se colonizaron.

-Y en 200 años se colonizaron todas las islas. ¿Eso es rápido, no?

-Súper rápido. Lo curioso es que una vez que llegan a Lanzarote, ya en el siglo II-III están en El Hierro. O sea, es un proceso de 200 años, una fecha aproximada, pero prácticamente se colonizan todas las islas al mismo tiempo y se produce esa colonización cuando todavía las islas que se habían encontrado previamente no estaban densamente ocupadas. Seguramente por la propia intervisibilidad de las islas decían 'bueno, allá hay otra, vamos a ver qué hay'.

Cuando comparamos este caso con otros lugares del mundo vemos que es lo normal. Cuando una población decide adentrarse en el mar para colonizar no para hasta que no deje de ver tierra. Y esto pasó en Polinesia cuando se expandieron, es un patrón común en la historia de la humanidad. En Canarias no pararon hasta dejar de ver tierra.

-Para llegar a sus conclusiones han aplicado un protocolo de higiene cronométrica y han revisado muchas dataciones.

- El carbono 14 es una técnica y como tal tiene su error asociado. Además, ha ido mejorando con los años. Nosotros tenemos un conjunto de más de 700 dataciones, que son las que han conformado el estudio y quitamos 200 para solo tener las que son de semillas o animales que necesariamente tuvieron que llegar con el ser humano o las que directamente son sobre seres humanos. Y nada se va antes del siglo I o II, nada, solo lo de Lobos al I a.C.

Nosotros hemos revisado dataciones con una justificación de por qué creemos que no reflejan la actividad humana y al descartarlas las 500 y pico con las que nos quedamos todas van del siglo I en adelante. Es una investigación muy robusta.

-Llama la atención que en esa cronología por islas se colonizara antes El Hierro que Gran Canaria.

-En Gran Canaria la cronología que nos da es del siglo V, pero tiene que ver seguramente con un problema del sesgo en el muestreo, porque hemos utilizado para datar de manera habitual los restos humanos que están en el Museo Canario y esa colección, cuando se creó, no buscaba tener una representación de todo el territorio, sino que se iba a las cuevas. ¿Y dónde hay más cuevas? En la zona intermedia o de montaña. En costa también hay, pero cuando hemos trabajado ahí lo hemos hecho en estructuras al aire libre.

- Ustedes concluyen que empezaron a asentarse en la costa.

-Sí. Hay muchos arqueólogos canarios que plantean, y eso lo hemos pensado todos, que los bereberes eran poblaciones del interior, porque estaba la hipótesis de que los romanos trajeron a poblaciones que no sabían navegar para que se quedaran atrapadas en las islas. Cuando nosotros hacemos un análisis, vemos que las zonas de costa están pobladas antes, que eso ocurre en el 99,9% de la colonización de islas, porque te asientas donde están los recursos pesqueros, disponibles todo el año.

Estamos revisando muchos conjuntos de restos de fauna y hemos trabajado en yacimientos muy antiguos, y eran pastores, eran agricultores, pero además ya podemos decir que eran excelentes pescadores. Entre los peces que aparecen hay tiburón, atún, pejeperro. Es gente que sale a la marea.

-¿Por qué sostienen que la población norteafricana que colonizó Canarias llegó navegando?

-No podemos decir a ciencia cierta que navegaban por sí mismos hasta que no tengamos restos de una embarcación. Pero sabemos que Australia fue colonizada en barcos muy rudimentarios hace 60.000 años, que la primera colonización de América fue con una navegación de cabotaje y no hay evidencia de barcos ni en Australia ni en América porque se hacen en madera, en piel o en fibras vegetales y eso no se preserva en los yacimientos.

No puede ser que nosotros tengamos siete islas, que son colonizadas en un periodo muy corto de tiempo y que esas personas fueran transportadas por otras poblaciones cuando no hay ninguna evidencia de esas otras poblaciones en las otras islas. En el yacimiento romano de Lobos no hay nada aborigen. Lo de Lobos no es una colonización, era una empresa de exploración y de explotación de recursos marinos. Sabemos que los romanos vieron otras islas porque las describieron, pero no hay presencia de objetos en los yacimientos aborígenes.

Nosotros viendo que el proceso es tan rápido, que son poblaciones que colonizan primero la costa y están adaptadas a vivir allí, pensamos que lo más probable es que usaran la navegación. Con las evidencias que hay podemos decir con más fuerza que vinieron por sus propios medios, navegando, que no los trajeron otros.

-¿Y en una única oleada?

- En 2019 sacamos un 'paper' en el que decíamos que las tres islas orientales tenían una mayor variabilidad genética, con muestras del siglo X en adelante, y entonces propusimos que tenía que ver con una segunda oleada de poblamiento desde el norte de África. Todavía hay colegas que interpretan el registro arqueológico en base a las oleadas de poblamiento.

Sin embargo, el año pasado nosotros con las mismas muestras y ampliando con otras del periodo más antiguo vimos que esa diferencia que veíamos entre las islas orientales y las occidentales no era resultado de una segunda oleada de poblamiento sino que venían desde el primer momento. Y ahora sabemos que ese primer momento es del siglo I al III.

Ahora la pregunta que tenemos es cómo es posible que llegue una población que supuestamente es homogénea y se diferencien tanto entre las islas orientales y las occidentales. Podría ser que las élites se quedan una vez que llegan a Gran Canaria, la isla mayor con más recursos, y luego solo fueran una parte de la población al resto de islas. Esa son las preguntas que tenemos ahora y ya podemos abordarlas porque tenemos definido el momento de colonización. Si no hay más oleadas de poblamiento por qué las islas son tan distintas con el paso del tiempo, con identidades culturales muy distintas y si es cierto que están aisladas entre sí, porque sí sabemos que cuando llegan los europeos a priori están aisladas.

-Sabiendo navegar puede parecer contradictorio.

-Esto puede tener muchas razones. La navegación en el pasado no era como hoy en día, la gente cuando se adentra en el mar es porque el riesgo que supone esa aventura es menor que el riesgo de quedarse en el lugar donde estás o compensa. No hay que irse muy lejos para entender ese tipo de sentimientos, lo estamos viendo ahora en Canarias, gente que no son navegantes, que se meten en un cayuco con muy malas condiciones y hacen miles de kilómetros no porque les gusta la navegación, sino porque que buscan una vida mejor. Y no volverían a meterse en un cayuco, saben que es un gran riesgo y muchos mueren por el camino. Yo creo con que los aborígenes también es un poco igual y de hecho esto pasa en muchos lugares. La propia navegación a larga distancia de los polinésicos no es continua, sino que se concentra en ciertos momentos concretos.

-¿Qué acogida ha tenido la investigación entre sus colegas?

-Creo que en general la gente está contenta, sobre todo también porque en el artículo se introducen algunas cuestiones metodológicas, como calcular el efecto reservorio marino local de las Islas Canarias, que no existía, que nos permite estimar el envejecimiento que tienen las muestras marinas. Por ejemplo, si tú datas tu estimación de colonización en lapas te va a salir todo 200 años más antiguo de lo que realmente es.

-¿Qué importancia tiene el estudio para la arqueología canaria?

-Creo que sienta una base fiable y verificable, porque se ha hecho bajo la filosofía de la ciencia abierta. Nosotros trabajamos con dineros públicos y hemos puesto todos los datos a disposición de todo el mundo. Hemos duplicado el número dataciones en El Hierro, aumentamos las de Tenerife, Fuerteventura, Lanzarote, pero sobre todo El Hierro cambia todo. Y luego todo el código de los análisis que hemos utilizado también está disponible, cualquiera puede bajarlo, aplicarlo y revisarlo, incluso para otras dataciones.

Ha sido un trabajo importante publicado en una las revistas de ciencia más importantes. Nos permite también empezar a meter la arqueología de Canarias en los discursos globales de colonización de islas.

-Ese es uno de los objetivos del proyecto global Isocan, en el que se incluye esta investigación. ¿Qué preguntas quedan ahora por responder?

- Quedan muchísimas preguntas, de hecho este trabajo establece una base que nos va a permitir abordar otras preguntas que teníamos. Las islas Canarias eran vírgenes y queremos saber cómo el ser humano ha impactado en ellas. Vemos que hay fluctuaciones en la cobertura vegetal o en la distribución de especies que a lo mejor tienen que ver más con el impacto del vulcanismo. De hecho no sabemos nada de cómo el vulcanismo afectó a las poblaciones aborígenes y lo tuvo que hacer. Si el volcán Tajogaite en 2021 impactó así imagínate cómo tuvo que ser eso en época aborigen.

- En un ránking de incógnitas a resolver de la prehistoria canaria, ¿cuál cree que es la más importante?

- La gran pregunta es por qué cuando llegan los europeos las islas son tan distintas entre sí, yo creo que esa es la gran pregunta ahora mismo, y realmente por qué no viajaron a las otras islas, por qué decidieron que se iban a quedar allí, que viendo las islas, viendo los fuegos que se verían en la noche de la otra orilla, por qué realmente no hicieron por generar una relación más constante, por qué estas poblaciones decidieron en un momento que era mejor estar solos que comunicarse.

- ¿Cree que hubo algún contacto entre aborígenes de las distintas islas?

-Creo que en los primeros momentos tuvieron que tener más contacto, porque de hecho tenemos algunos indicios que hablan de los primeros momentos de algún tipo de contacto, pero luego se quedan aislados y una pregunta importante es cuándo y por qué en algún momento esa red de contactos entre las otras islas dejó de tener sentido.

Creo que la clave es que la motivación de colonizar Canarias era buscar un mundo mejor por cualquier cosa que pasara en el norte de África, pero ya la motivación de seguir navegando una vez que llegan a islas normalmente está vinculada al comercio, y no había con qué comerciar.

«Hay que poner más recursos a la gestión de la investigación»

- El proyecto de investigación Isocan logró 1,4 millones de euros del Consejo Europeo de Investigación al lograr la prestigiosa beca ERC. ¿Les ha pesado la burocracia para gestionarla? -Ha sido bastante difícil porque yo venía de Inglaterra. Ellos tienen un sistema de gestión de la ciencia que es de los mejores del mundo. Aquí tenemos muchas trabas burocráticas que vienen no tanto por la universidad, sino por la ley que rige en todo el Estado español. Es un sistema que desconfía de los investigadores, muy garantista, muy burocratizado, en el que hay que hacer una cantidad increíble de papeleo, y a pesar de eso no se dota de recursos de apoyo a la investigación, de eso nos quejamos los investigadores. Hay que tener unidades de gestión más amplias, y las de las universidades públicas canarias están colapsadas. A pesar de eso, la verdad es que gracias al personal que nos ayuda muchísimo con todo el papeleo, estamos gestionando el único ERC que ha habido en la Universidad de Las Palmas.

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