¿Y si el volcán devuelve parte de lo que quitó?
El turismo pide paso ·
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El CIT y empresas del sector reclaman más agilidad administrativa para facilitar el senderismo y el buceo en torno al TajogaiteNecesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
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A finales de mes, el 28, Volkmar Döring cumplirá 80 años. La semana anterior a la del pasado 19 de septiembre, jornada en la que se conmemoró el tercer aniversario de la erupción del Tajogaite, quiso ver el volcán de cerca. Este alemán viajó junto a su mujer desde bien lejos, desde otra isla remota, esta vez del Báltico, y se inscribió en la ruta de senderismo que organiza la empresa La Palma Outdoor, que transita por el único camino hasta ahora habilitado por las administraciones públicas para llegar al foco eruptivo.
Visitar La Palma y su nuevo volcán fue su regalo de cumpleaños. No le perdió la pista desde que reventó, pero se tomó su tiempo. «Siempre he querido ver una erupción, pero no tan catastrófica como esta, por eso esperamos tres años para venir a visitarlo». Le traduce Steven, el guía de la ruta. «No vinimos antes por respeto a la gente que se ha visto afectada», se explica Döring.
El talante y las motivaciones de Döring y su mujer, Heide, quizás encarnen el espíritu con el que el sector turístico palmero quiere que el volcán devuelva a la isla parte de lo que le quitó, una rentabilidad sostenible y también respetuosa con los afectados. El problema es que ese empeño empresarial no ha tenido todavía demasiado eco en las administraciones públicas implicadas.
32.000 personas han tenido la oportunidad de transitar por el llamado sendero del volcán, según los datos aportados por el Cabildo. Las empresas del sector cuentan con un permiso especial mediante QR que deben renovar cada tres meses.
60 personas a la hora es el cupo máximo que ha puesto el Cabildo para llegar al Tajogaite
«No es que avancen lento, es que no avanzan». A Óscar León, presidente del Centro Insular de Turismo de La Palma, se le nota que se esfuerza en mostrarse comedido ante las reiteradas dificultades que está encontrando el sector para aprovechar las opciones que da el volcán, por ejemplo, desde el punto de vista del turismo activo. «Hay muchas cosas que se pueden hacer, pero siempre hay un informe o un estudio pendiente que lo para todo».
Óscar León se pregunta que si hay movimiento de palas cerca de la fajana para recuperar fincas de plataneras, por qué se le ponen tantas trabas al sector turístico para hacer buceo en el entorno del delta que creó el Tajogaite en el Atlántico o por qué no se habilitan más rutas para hacer senderismo en Cumbre Vieja por el entorno del volcán.
A León no se le escapan ni la veta destructiva del Tajogaite ni que las sensibilidades están aún a flor de piel, máxime cuando, tres años después, todavía quedan muchas familias pendientes de rehacer sus vidas, pero él apuesta por adoptar una actitud más propositiva. «Fue una desgracia o un desastre natural y eso no fue culpa de nadie, ahora debemos elegir entre agrandar la desgracia o reconvertirla en una oportunidad».
Óscar León
Presidente del Centro Insular de Turismo de La Palma
Más sobre el terreno lo vive Enrique Viña, de La Palma Outdoor, que aunque no duda de las dificultades que puedan tener las administraciones públicas, sobre todo por la necesidad de garantizar la protección del espacio, sí reclama al menos más agilidad. Su empresa ofrece dos rutas vinculadas al Tajogaite y sufre de primera mano esa lentitud.
Un incidente reciente le sirve de ejemplo. Un pequeño derrumbe, producido hace un par de meses, cercenó el paso justo en el último tramo del único sendero permitido para aproximarse hasta el volcán. «En cualquier otro lugar del mundo habrían mandado allí a una máquina al día siguiente». Pero no fue así. Al menos, todo hay que decirlo, ya estaba trabajando el día en que Volkmar y Heide hicieron la visita con Steven.
Es una circular de tres horas que parte de los Llanos del Jable y que usa una pista que ya existía, solo que se ha reacondicionado. Es tan respetuosa con el entorno que el guía advierte una y otra vez a los caminantes de que no podrán salirse del sendero, delimitado entre piedras. Luego conecta con una pista para vehículos a través de la que, desde la semana pasada, les dejan acercarse hasta 100 metros del foco eruptivo. Hace dos semanas lo más cerca era a 400, por lo que ha habido un avance.
La vista sobrecoge. Y el camino, también. Una señal de cruce de senderos sirve de escala para comprobar la altura del picón acumulado tras el volcán. Hasta 1,2 metros sobre el nivel anterior. En los Llanos del Jable es de 40 centímetros. Con todo, el paisaje no es el único atractivo. Steven y el resto de guías de las empresas han recibido formación por parte de los científicos sobre la erupción, lo que hace la visita más enriquecedora.
Viña apuesta por habilitar más senderos para así atraer más visitantes y, de paso, generar riqueza en la isla y en las zonas más especialmente damnificadas. La idea de acercarse hasta los 100 metros del volcán era una demanda reiterada del sector. «Ya habíamos ido las empresas, y no había peligro, ni tampoco gases, se podía haber ido desde hace tiempo».
Otro objetivo alcanzado es que acaban de autorizarles darle continuidad al sendero existente hasta Las Manchas, rodeando el volcán, lo que confía en que contribuya a dinamizar este pueblo, tan duramente castigado por las coladas.
Lluis Auge
Centro de Buceo Blue Magma
Pero Viña también propone impulsar sinergias entre las empresas de turismo activo y los afectados que tengan propiedades en el entorno del volcán. «Dado que les tocó la peor parte, sería una forma de garantizarles algún tipo de rentabilidad con una propiedad que por ahora no pueden usar». No en vano, su empresa ya ha explorado esta vía, no sin controversia, y oferta otra propuesta que acerca a los visitantes a la llamada Casa La Resistencia, en las faldas del Tajogaite, cubierta de piroclastos hasta casi el tejado.
Más crítico aún se mostró Lluis Auge, de Blue Magma. Asegura que el volcán, pero, sobre todo, su gestión posterior, dejó «tocado de muerte al buceo en La Palma». Y se explica. «Ya era difícil antes, pero es que tras la erupción directamente no pudimos ejercer la actividad en toda la costa oeste».
El daño ha sido tal que de los 6 centros de buceo de la isla, «tres han cambiado de dueño y dos se han tenido que asociar». Tres años después, ya les dejan entrar en el agua, pero les han estado vetando justo la zona que más interés despierta. Su enfado estos días era mayúsculo tras enterarse de que el Gobierno canario eliminó hace un año la zona del litoral declarada de exclusión y no lo informó.
Tercer aniversario del Tajogaite
«Lo debieron notificar al aire, íroniza- pero ni nos informaron a nosotros, que llevamos tres años preguntando, ni a Capitanía Marítima, por lo que estamos en las mismas, porque podemos ir por debajo del agua, pero continúa prohibida la navegación; esto es ridículo». ¿Y qué le falta para que se desatasque? Un informe de Costas que tampoco llega.
«Hemos perdido una oportunidad de oro, recibíamos llamadas de toda Europa de gente que quería bucear en esa zona, pero ya nadie nos pregunta, hemos perdido una buena inyección de ingresos para la isla». En cambio, recuerda, en la supuesta zona prohibida se han llegado a organizar concursos de fotografía subacuática con apneístas. «Nos hemos sentido vacilados».
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