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Fuerteventura y Tenerife han declarado la emergencia hídrica. Sin embargo, la situación de sequía afecta de manera importante a otras islas, como Lanzarote y La Palma, que registran condiciones críticas. En realidad, todo el archipiélago vive una situación «preocupante» en torno al agua y que no siempre está relacionada con el aumento poblacional, o no exclusivamente. En cambio, sí responde en gran medida a la obsolescencia de las infraestructuras existentes y la falta de planificación.
Así lo considera el viceconsejero de Cohesión Territorial y Aguas, Marcos Lorenzo, quien señala que del consumo total de agua en Canarias, el 11% corresponde al turismo, sector que en muchos casos, dice, cuenta con sus propias desaladoras. Por el contrario, el mayor porcentaje, el 58%, es absorbido por la agricultura, aunque dependiendo de la isla, la cantidad puede ser mayor. En torno al 28% se destina a abasto público.
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Al respecto, apunta Lorenzo que el crecimiento poblacional en islas como Lanzarote, Tenerife, Gran Canaria o Fuerteventura «genera mayor demanda», pero hace hincapié en que en casos como La Palma, donde no se ha incrementado su número de habitantes, tiene «dificultades muy graves».
La obsolescencia de las infraestructuras suele ser la causa más frecuente de estos problemas, por lo que es preciso, insiste, coordinar las obras de mejora y mantenimiento. En muchos casos, reconoce, «a los ayuntamientos les cuesta abrir una calle, generar molestias a los vecinos y lo deja pasar. Al final, es mucho peor». Para el viceconsejero, es «evidente» que una importante pérdida de agua está vinculada al deficiente mantenimiento de las infraestructuras de generación, transporte y distribución del agua, desde tuberías y depósitos viejos a desaladoras con un ciclo vital pasado de 30 o 40 años, depuradoras y terciarios obsoletos... «Ni hay una causa única ni es semejante en todas las islas», pero señala que más allá de la emergencia declarada en Fuerteventura y Tenerife, también se produce una situación crítica en La Palma o Lanzarote.
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A su juicio, la sequía en Canarias es preocupante no solo por el agua, sino porque las islas con más masa forestal sufren el cambio climático: «llueve menos y cuando llueve lo hace de manera torrencial». Esto supone que el agua se infiltra menos, y en las islas que dependen de la explotación del acuífero, en La Palma fundamentalmente pero en general en las islas verdes, «se genera un verdadero problema».
A pesar de esta situación y más allá de circunstancias puntuales, Marcos Lorenzo no espera que haya cortes de agua en verano en las islas. A nivel regional, dice, no se contemplan medidas restrictivas como ha ocurrido en Cataluña, aunque no descarta que se produzca en alguna isla en los meses de más calor. En estos casos, la administración «lo que puede hacer es recomendar o aconsejar determinados usos, pero no imponer».
Revisión del convenio estatal
Lorenzo considera preciso la revisión del convenio estatal de obras hidráulicas -Canarias reclama 100 millones anuales- porque «con 20 millones que nos da Madrid actualmente no arreglamos casi nada».
Coordinación
Los presupuestos canarios contemplan 6 millones para gestión y planificación, cantidad «con la que no se puede hacer milagros». De ahí su empeño de trabajar con las islas para que las prioridades sean las adecuadas.
Negociación política
Canarias está dispuesta a cofinanciar el convenio con Madrid pero «en la proporción y la capacidad de cada administración». Confía en que salga adelante porque está asentado en la agenda canaria.
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