Cuarenta y cinco minutos. Este el tiempo que tardó el gobierno de NC y PSOE en liquidar sin apenas debate -limitando a siete minutos el ... tiempo de intervención de cada portavoz- el Pleno más importante del año, en el que se aprobaron los Presupuestos del Cabildo de Gran Canaria para el año 2025, sin admitir ni una sola de las enmiendas presentadas por los grupos de la oposición. Un ejemplo más del nulo respeto que el presidente Antonio Morales y sus socios tienen por la pluralidad política, la libertad y la transparencia en la principal institución de la Isla.
En primer lugar, hay que señalar que las Cuentas fueron salvadas in extremis en la Comisión previa al Pleno gracias al voto de calidad del consejero de Hacienda al producirse un empate entre oposición y gobierno. Y es que el Presupuesto nació viciado, llevándose por urgencia al Consejo de Gobierno que le dio luz verde. Viciado porque no incorporaba los informes preceptivos de la Intervención General y la Asesoría Jurídica previstos en la Ley. Y viciado también porque se autoenmendaron a sí mismos para introducir un plus de productividad a los altos cargos nombrados 'a dedo', enmienda que encima luego tuvieron que modificar porque su redacción no se ajustaba a derecho. En fin, este fue el inicio formal (o más bien informal) del Presupuesto 2025, que en su contenido no es mucho mejor.
Tras esta esperpéntica tramitación, finalmente se aprobaron en Pleno 985 millones de euros que se supone servirán para mejorar la calidad de vida de todos los grancanarios. Y digo se supone porque la experiencia de años pasados ha permitido certificar que los casi mil millones que el Cabildo inyecta a la Isla no han servido para que seamos líderes en empleo, en generación de riqueza, en construcción de viviendas para los que no pueden comprar o alquilar en el mercado libre, en erradicación de la pobreza, en creación de nuevas plazas sociosanitarias para mayores y personas dependientes, para la mejora de nuestras infraestructuras de carreteras, que siguen soportando unas carencias muy importantes, en mejorar nuestros espacios naturales, en la lucha contra especies invasoras como el 'rabo gato' o la culebra californiana que, lamentablemente, están colonizando nuestra Isla.
Este es el décimo presupuesto de la era Morales. Una década perdida en la historia de Gran Canaria para poder crear una Isla con más músculo social y económico y con equipamientos e infraestructuras de primer nivel.
A día de hoy, en Gran Canaria hay 68.595 personas sin trabajo, con una tasa de paro superior a la media de Canarias y de España. Y una tasa de desempleo juvenil alarmante, de las más altas de Europa (¡37,19%!). Igual de alarmante que los datos de pobreza, especialmente infantil, con cifras que nos colocan a la altura de países mucho menos desarrollados que nosotros.
Pese a la ingente cantidad de recursos que maneja el Cabildo, Gran Canaria, para nuestra desgracia, sigue siendo líder en datos de carácter negativo como pobreza y desempleo, mientras nos colocamos en el furgón de cola en los indicadores positivos. Esta es nuestra verdadera radiografía social y económica.
Frente a esta realidad, NC y PSOE vuelven a aprobar un Presupuesto 2025 en el que se prioriza el clientelismo político y el 'dedazo', pues este Cabildo no dirige sus acciones a los ciudadanos sino a sus clientes, con nombres y apellidos. Los datos así lo corroboran: el servicio de Presidencia, que es el gran repartidor de subvenciones nominativas crece un 18%, de 28,9 a 34,4 millones. Pero si lo comparamos con 2023, se dispara un ¡71%!, pasando de 20,1 a 34,4 millones. ¡14,3 millones más!
El propio Interventor General advierte por enésima vez que el 88% de las aplicaciones informáticas de los capítulos IV y VII, destinadas a subvenciones, son con nombres y apellidos, 'a dedo'. En total, más de 800 subvenciones. Para ser un procedimiento excepcional, como establece la normativa, no es nada despreciable esta cantidad.
Por el contrario, si hablamos de Empleo, apenas 9 millones de euros para luchar contra la cronificación del paro, que se reducen a algunos planes financiados por el FdCan para colectivos de difícil inserción laboral.
Para políticas en favor de la vivienda pública, una de las principales preocupaciones de los grancanarios, se destinan tan sólo 7,5 millones, un 6% menos que en el año 2023. Esta es la sensibilidad social de la que presume el gobierno insular. Después de una década, el Cabildo de Gran Canaria no ha construido ni una sola vivienda. Y apuesto a que en el año 2025 ocurrirá lo mismo.
Y lo mismo podríamos decir de otras áreas como Igualdad o Educación y Juventud, con un presupuesto ridículo para atender las demandas de nuestros jóvenes, que son el futuro de Gran Canaria.
Porque todo este Presupuesto, en definitiva, es puro humo. Como reza el dicho, se puede engañar a alguien algún tiempo, o incluso todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo. Es lo que ocurre con el II Plan de Infraestructuras Sociosanitarias, uno de los grandes fracasos de NC y PSOE en el Cabildo de Gran Canaria. Este Gobierno lleva engañando desde el principio con la falsa promesa de la puesta en marcha de nuevas plazas para nuestros mayores, y aun así siguen prometiendo recursos año tras año a sabiendas de que no van a cumplir su palabra, pues cuando finalicen las obras en ejecución habrá que sacar a concurso público tanto el amueblamiento y equipamiento como el modelo de gestión de cada centro. Por lo que al menos, si no me equivoco, habrá que sumar como mínimo un año más una vez finalizadas las obras.
¿Y de qué sirve tener el mayor presupuesto en la historia del Cabildo de Gran Canaria si luego el gobierno es incapaz de gastar los recursos? La prueba la tenemos en todos los años anteriores. Según su propia previsión, la ejecución en el capítulo de Inversiones apenas alcanzará el 39% en 2024. Es decir, de cada cien euros disponibles no gastarán ni 40. Además, del total del Presupuesto todavía en vigor se dejarán sin ejecutar más de 227 millones, que irán a parar a las cuentas de resultados de las entidades bancarias, donde el Cabildo acumula más de 700 millones de euros ociosos.
En definitiva, este Presupuesto 2025 es más de lo mismo. Es otra oportunidad perdida para Gran Canaria. Son unos Presupuestos pensados en clave de propaganda y autobombo político y personal y que en ningún caso van a servir para mejorar la vida de los grancanarios y para dar respuesta a sus principales necesidades y preocupaciones. Una lástima.
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