La conjura de los necios
Miguel Ángel Rodríguez Sosa
Las Palmas de Gran Canaria
Lunes, 5 de agosto 2024, 22:54
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Miguel Ángel Rodríguez Sosa
Las Palmas de Gran Canaria
Lunes, 5 de agosto 2024, 22:54
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En el libro 'La conjura de los necios', John Kennedy Toole nos presenta a Ignatius J. Reilly, un personaje tan curioso como crítico que con una mezcla de genio y locura nos invita a cuestionarnos todo y a no conformarnos con lo superficial. Si Ignatius estuviera hoy entre nosotros, su lengua afilada no dejaría títere con cabeza. A propósito de esto, se me ha ocurrido que podemos 'jugar' a hacer de Ignatius e inventarnos lo qué diría este personaje sobre nuestra sociedad actual. Si te apetece, ponte cómodo y prepárate para un viaje por el surrealista paisaje de la vida contemporánea con un toque de humor, una buena dosis de amor y una pizca de verdad.
¡Así nunca avanzaremos! ¡Esto sí que es una broma! No sabes gestionar tus emociones y te peleas por tonterías. Debes estar preparado para un mundo complejo y cambiante. ¿No te han enseñado que las asignaturas más importantes de la escuela de la vida son: aprender a tomar decisiones, a tener empatía, a poner límites, a pedir ayuda, a ser agradecidos, a respetar a los demás y a cuidarte?
¡Idiota!, cuando te vas a dar cuenta que la salud mental es tan importante como la del cuerpo, pero sigues ignorándola, que la autoestima es el pilar de nuestra felicidad, pero a menudo la dejas de lado. ¡Estas cuestiones son cruciales para tu bienestar general! Necesitas aprender a quererte y valorarte por lo que eres, sin importar lo que digan los demás o las redes sociales.
¿Las relaciones personales en la era del egoísmo desenfrenado? Uf, estás tan ocupado en tus cosas, que no encuentras un momento para demostrarles a tus seres queridos lo mucho que los quieres. Eso sí, cuando mueran, dejarás todo para ir a llorarles a su entierro. ¡Qué patético!
Recuerda esto, todas las personas antes de morir coinciden en una sola cosa, se arrepienten de no haber pasado más tiempo con su familia y amistades.
El egoísmo te impide ver más allá de tus propias necesidades, por eso el 'yo' prevalece sobre el 'nosotros' y supones mis intenciones partiendo de las tuyas. ¿Prefieres enviar emoticonos en lugar de hablar cara a cara? ¡Menuda broma! El contacto humano es insustituible. ¿Oíste?
¿Trabajar hasta el agotamiento es visto como una virtud? ¿Vives para trabajar en lugar de trabajar para vivir? ¿Pasas más tiempo preocupándote por la imagen que proyectas que por conocer quién eres realmente? ¿No te parece ridículo? ¡Nuestro valor no es mayor por tener un alto cargo o unos zapatos de marca!
La autenticidad es una rareza en este mundo de máscaras.
¡Ah, el culto al dinero! Vivimos en una sociedad donde el dinero es más importante que Dios. Algunas personas olvidan que la verdadera riqueza está en las experiencias y las relaciones sanas, son capaces incluso de 'prostituir' su alma para ganar más. El dinero no es malo, pero la obsesión por él nos está robando la esencia de la vida.
Esta es la era de la inmediatez, donde todo cambia a la velocidad de un tuit y las noticias son efímeras. Nos movemos de un escándalo a otro más rápido que la moda. Te has acostumbrado a buscar la gratificación inmediata y eso es una trampa: compras compulsivas, relaciones efímeras, te atiborras de comida procesada llena de azúcar, consumes bebidas llenas de químicos... ¡Idiota!
La adicción a las cosas te está matando. Recuerda que somos lo que elegimos, las decisiones que tomamos y que la calma cura el alma.
Debes celebrar las diferencias en lugar de temerlas. Aunque no lo creas, es un placer no encajar. La atracción física es fácil, la mental y la espiritual son otro nivel. El amor es una construcción que requiere tiempo, paciencia y compromiso, no solo un clic en un perfil de citas. La soledad, aunque a veces te asuste, también es una oportunidad para conocerte mejor y crecer.
Nunca te olvides de ser coherente con lo que piensas, dices y haces.
Y para terminar, uno de los temas con los que me pondría a dar vueltas en mi tumba: ¡ah, la necesidad desesperada de tener razón! ¡Es una locura! Todos quieren demostrar que tienen la verdad absoluta, cuando en realidad, están atrapados en un ciclo interminable de egos inflados. En lugar de luchar por ser el campeón, deberías buscar comprender y aprender de los demás.
Hasta aquí llegó este 'juego', como ves el humor y la autocrítica son buenas herramientas para enfrentar la idiotez de la vida.
El sabio puede cambiar de opinión, el necio nunca. Por eso te propongo que en lugar de seguir como meros espectadores en este teatro del absurdo, cuestionemos, reflexionemos y, sobre todo, actuemos. ¡Que viva el humor, la sabiduría y la verdad!
En un mundo donde todos somos un poco idiotas, que al menos lo seamos con elegancia y sentido común.
Porque no vemos las cosas como son; las vemos como somos, quizás, al mirarnos al espejo de nuestra propia necedad, encontremos la chispa necesaria para cambiar no solo nosotros, sino también el mundo en el que vivimos.
¿Te lo imaginas?
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