Secciones
Servicios
Destacamos
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Opciones para compartir
Tan pronto como uno empieza a hablar con Cristina enseguida percibe que la suya, debió de ser una infancia muy feliz; los ojos le chispean cuando habla de su madre y sus hermanos y casi un quiebro de voz hace presencia cuando nos habla de los sabios consejos que le dejo su padre.
Enamorada de Gran Canaria, isla de la que solo se ausentó algunos años para estudiar la carrera de Derecho y, tan pronto como se licenció regresó a casa y se incorporó a la empresa familiar donde empezó, como ella dice «detrás del mostrador» porque había que aprenderlo todo, desde la casilla de salida.
Con 30 años, su padre, que como nos cuenta Cristina, no dejaba indiferente a nadie, le hizo crecer en el oficio asumiendo cada vez más y mayores responsabilidades y el miedo nunca formó parte de su hoja de ruta. Solo seguía una premisa, ante la duda fiarse de su criterio y su propio gusto.
Nos reconoce que su trabajo es maravilloso porque es más que un privilegio trabajar rodeada de cosas bonitas todos los días, pero, sobre todo, porque sin hacer ruido, como a Cristina le gusta desenvolverse, pasa a formar parte de las celebraciones importantes de cada cliente que traspasa las puertas de Saphir. «Es una responsabilidad preciosa poder asesorar en un regalo, en un anillo de compromiso, en la magia de la noche de Reyes, su favorita, o de Navidad. Ser testigo y cómplice de los momentos felices de nuestros clientes, es absolutamente extraordinario».
Hoy, Cristina, se dedica a la parte de compras; muchos viajes, muchas negociaciones y muchas decisiones imperando siempre el sentido común que nos cuenta se lo debe a la carrera que estudió. De todo ello, con lo que se queda es con la excelente relación que mantiene con sus socios y con la fórmula, exacta y perfecta que los tres hermanos, consejeros de Saphir Joyeros, llevan a la práctica cada día, basando su relación en tres principios inquebrantables: el valor de la lealtad, la confianza absoluta y el compromiso, valores que llevan también como bandera en la relación con sus clientes y proveedores. Y precisamente por ello es por lo que trabajan y por lo que Saphir Joyeros y sus emblemáticas tiendas son el perfecto sinónimo de excelencia.
Cristina no deja que pasemos por alto que siempre ha sido ama de casa, ha cuidado la alimentación de los suyos y tanto su familia, la pequeña y la grande, como sus amigos, forman parte de su mesa cuando se trata de disfrutar de la gastronomía. Además, lo más importante para ella y a lo que le da especial valor, probablemente por «formación profesional» es la puesta en escenay cree que por eso mismo ha encontrado un nuevo entretenimiento en su vida y recibe clases donde aprende a pintar vajillas.
Pero, su afecto por la gastronomía, porque, además, Cristina es miembro de la Academia de Gastronomía de Las Palmas, empezó siendo muy niña, guiada también por su padre quien le enseñó a apreciar lo bueno y hoy, esos sabores forman parte de sus recuerdos más entrañables, como la naranja sorpresa del restaurante La Parrilla del Hotel Reina Isabel, postre que no ha vuelto a probar jamás en ningún otro lugar.
Nuestro paseo con ella viene repleto de paradas bonitas, de cuidar mucho lo que se come y cómo se come porque «Gran Canaria tiene mucho que ofrecer y hay que trabajar por darle el lugar y la importancia que eso conlleva y que es patrimonio de todos».
Lo habitual es que Cristina desayune en casa y para arrancar el día coge fuerzas con un café con leche, fruta y una tostada de Levain con aguacate y aceite de oliva.
Si toca desayunar fuera, dos son los locales donde podemos encontrarla y ambos cerca de su trabajo, el primero, La Flecha y el segundo, Mr. Kale y ambos le encantan.
Partiendo de la premisa innegociable de que el entorno y la puesta en escena es esencial, da lo mismo que el encuentro sea por ocio o por negocio, así que uno de los primeros locales que nos recomienda es Amaki, que además forma parte de su zona de influencia y de donde valora el producto y el serviciocomo excepcionales.
Sin salir de su zona, nos cuenta que para ella son indispensables las salidas de los miércoles con su grupo de amigos, a lo que ellos denominan sus vino debates, así que para esta muy entretenida cita podemos encontrarla varios locales.
Dorotea, donde siempre cumplen las expectativas. Hacia Vegueta, este grupo también suele confluir en Manuela Jimena, donde todo lo hacen bien y la escenografía es perfecta.
Los 5 Sentidos, otro local donde todo lo hacen bien y al que no le faltan encantos y, por supuesto, no puede faltar La Travesía de Triana, donde todo está bueno y el ambiente y el servicio son perfectos.
Si toca elegir en la zona puerto, Cristina destaca dos locales, uno muy cerquita del otro y en ambos disfruta de lo que más valora y aprecia, ambiente, puesta en escena, ejecución y producto: Maraca Taberna Viajera y Tasca La Marillanos.
Tampoco será difícil encontrarla en el Embarcadero, de donde no perdona su pan cristal con atún y huevo frito con puntilla.
Cuando toca disfrutar de la excelencia gastronómica de la isla de Gran Canaria, Cristina sabe perfectamente donde encontrarla. El primero, el laureado Bevir del que no perdona su falsa anchoa, un plato soberbio y magnífico.
El segundo de ellos, Deliciosa Marta, un clásico donde elaboran dos platos favoritos de nuestra protagonista: «sus croquetas son las mejores y sus espárragos con parmesano inigualables».
Otros dos clásicos que no pueden faltar en su ruta son el Rías Bajas y la barra de Ribera del Rio Miño, porque como ésta, no hay ninguna otra en la isla.
Si toca salir de la capital valora, aprecia y le encanta la cocina de Carolina en Los Siete Lagares y nos cuenta un pequeño secreto que no forma parte de la carta: huevos fritos, papas fritas, morcilla y pimientos. Espectacular.
Hacia el sur, un lugar que adora es La Punta Yacht Club, en Pasito Blanco y sus chips de morena frita y dos citas ineludibles que se repiten cada año: La Aquarela, un restaurante súper especial y La Palmera Sur y su bocadillo de calamares.
Pero, si existe un lugar que lo concentre absolutamente todo, donde define su paladar y el entorno y el servicio siempre resultan soberbios y espectaculares, ese es el emblemático Hotel Santa Catalina, desde el exclusivo Poemas by Hermanos Padrón, hasta 1890 La Bodeguita. Un hotel que lo tiene todo y eso lo convierte en el mejor de la isla.
No es de copas ni de salidas nocturnas, Cristina prefiere alargar la velada y disfrutar de un buen vino. Eso sí, si el plan se tercia con una visita a Alis Rooftop en su hotel favorito, no dice que no.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.