Arencibia, fotografiado en la sede de la Federación.Cober Servicios Audiovisuales
«¿Qué ciudad a la que llegó el Mundial no cambió para siempre?»
Fútbol ·
José Juan Arencibia, presidente de la Federación Interinsular de Fútbol de Las Palmas, lloró cuando se confirmó a Gran Canaria como sede mundialista y todavía se le aguan los ojos al referirse a un proceso tan extenuante como memorable
No hay imposibles para José Juan Arencibia (Arucas, 1966). Hace dos años lideró la histórica regeneración en la Federación Interinsular de Las Palmas tras una campaña en la que aunó fuerzas y convergencias tirando de carisma, credibilidad y experiencia en el fútbol modesto. Ahora ha sido actor destacadísimo en culminar el hito sin precedentes de conseguir la sede mundialista para Gran Canaria. Sigue siendo el mismo por mucha fama y prestigio que le respalden al calor de este logro. Mirada limpia y frontal, pies en la tierra y sensibilidad a flor de piel porque así entiende la vida. Desde el corazón.
–Cumplida ya una semana desde que se confirmó oficialmente la sede mundialista de Gran Canaria para 2030, ¿cómo respira?
-Respiro felicidad, al igual que toda la gente de la Federación, la que ha estado conmigo en el grupo de gobierno y todos los empleados. Hablo de mi círculo íntimo, compañeros y familia con los que he vivido de cerca todo esto, porque la felicidad es extensible a toda Gran Canaria y Canarias. Es algo que no te esperas como grancanario y como canario. Hace 42 años este mismo evento pasó por España y nuestra tierra no tuvo ninguna opción de participar de manera activa. Y ahora, por encima de las trabas que nos pusieron, que no fueron pocas, lo hemos conseguido. Es la noticia deportiva más importante para Canarias de toda la historia.
-¿Cuánto ha envejecido durante este largo proceso de elección de sede? ¿Qué peaje personal ha tenido este desgaste?
-He llevado todo esto como cuando un niño quiere tener un regalo o cumplir un sueño. Con la máxima ilusión, sin escatimar esfuerzos, con el empeño absoluto. Y, es de justicia decirlo y reiterarlo, el papel del Cabildo de Gran Canaria, con Antonio Morales a la cabeza en su presidencia, el trabajo del ministro Ángel Víctor Torres con sus gestiones a alto nivel, así como el de los consejeros, primero Paco Castellano, y ahora Aridany Romero, al que le ha tocado la parte más dura y compleja del proceso, así como de la alcaldesa Carolina Darias, me han dado un impulso fundamental. No me olvido del Gobierno de Canarias con Poli Suárez. Pocas veces nos va a poder tocar por lo complicado que es. Porque, recordemos, son once sedes pero nueve ciudades. Pero Gran Canaria lo ha merecido de sobra. Soñábamos con ese momento y llevábamos un mes con esa incertidumbre de que llegara la hora de anunciarlo. Como dijo Antonio Morales, una vez que se nos confirmó todo fue inevitable echarse la camisa por fuera. Y tras la euforia, te queda una paz increíble. Si me tuviera que ir a casa con los míos, retirarme ya, lo haría feliz y satisfecho.
-En la conferencia de prensa del anuncio oficial se vino abajo, le pudieron las emociones y lloró...
-Al escuchar las palabras de Antonio Morales... Siempre hemos tenido un feeling muy especial, muy bonito. Y escuchar de él, que es quien más ha trabajado con su equipo del Cabildo, lo que dijo, como de Aridany Romero o de Carolina Darias... Me llegó al corazón. Como grancanario, antepones todo al cargo. Yo estoy en la Federación porque me gusta. No tengo necesidad de estar aquí. No cobro ni quiero cobrar. Vine para hacer cosas buenas por y para nuestro fútbol.
-Dice que antepuso todo a la nomenclatura del cargo. ¿Tuvo que ser y actuar muchas veces más como embajador de Gran Canaria que como presidente de la Federación Interinsular?
-Puede resultar presuntuoso que yo lo diga, pero he tenido reuniones a las dos de la madrugada, en mil sitios de Madrid peleando por la candidatura... Todo lo que quise hacer, lo hice con pasión y fuerza, con la máxima implicación. Es verdad que antepuse en mi agenda esto. Hubo días en los que firmamos 300 documentos. Y Antonio Morales, Aridany Romero y Carolina Darias estaban ahí. Como también la UD Las Palmas en todo la que pudimos necesitarla. Aquí no hubo horarios. Era siempre igual cada día. Fui un pequeño eslabón y quise aportar mi granito de arena. Traer aquí a Pedro Rocha pudo ser importante, sí. Pero el peso de todo fue algo conjunto.
-¿Ese todos a una es motivo de orgullo añadido dejando a un lado las siglas políticas?
-Fundamental. Eso nos ha diferenciado. En aquel pleno extraordinario del Cabildo todos dijeron que sí, no hubo oposición de nadie y de ningún tipo. Eso te reconforta.
-¿Qué recuerda de esa llamada decisiva que le pilló en Fuerteventura?
-Fue a las 12.57 horas. Imposible olvidar ese dato. Suena el teléfono y cuando ves que es para lo que es, ni respiras. Pude meter a Antonio Morales y a Aridany Romero en la conversación. Ángel Víctor Torres no estaba operativo porque volaba en ese momento y con Carolina Darias no me entró la llamada. Y cuando María Tato, responsable de la candidatura de España 2030, nos empieza a decir que estamos elegidos oficialmente, que es el premio justo a nuestro trabajo, a nuestra profesionalidad y competencia, al cumplimiento estricto de los plazos... Me acordé, tengo que decirlo, de Pedro Rocha, con quien también hablamos, y sobre el que ahora se está cometiendo, bajo mi parecer, una gran injusticia. Él vino aquí y avaló nuestro trabajo. Me apoyó en la convocatoria que hice de presidentes en noviembre para tratar de agilizar todo el tema del Mundial en un momento complicado para poner en valor el cumplimiento estricto y formal de cada uno de los parámetros, cuando se activó con el Cabildo lo de sacar la publicidad en las camisetas de la UD porque nos ofrecían una subsede como si fuese una limosna... En ese momento te vienen a la memoria tantas piedras por el camino. Se mezcla todo.
-¿Lo vio alguna vez perdido todo?
-Cuando se constituye la comisión de nuestra candidatura a sede, le dije a todo el mundo que no costaba nada ser optimista. Y es verdad que mucha gente me decía que, quizás, era demasiado positivo en mis pensamientos. Nunca perdí la esperanza. Soy el mayor de nueve hermanos, ahora ocho después de que Raúl se fuese al cielo. Y perder la esperanza nunca ha formado parte de mi diccionario. Me decían que si Portugal, que si Marruecos... Que si éramos una región ultraperiférica con esa desventaja respecto a otras ciudades... Pero es que siempre tuve claro que nosotros lo estábamos haciendo mejor que nadie. Tener una planta hotelera de calidad total, un aeropuerto que nos conecta con 170 puntos del mundo y un puerto de vanguardia que nos hace ser la primera potencia turística del mundo en función de los dos millones de personas que viven aquí y movemos casi 18 millones de turistas, solo Gran Canaria mueve cinco millones... Eso no lo tiene nadie. Y, además de todo eso, el valor añadido de la implicación del presidente del Cabildo, Antonio Morales. Entendió siempre que había que hacer lo posible y lo imposible. Ahí estuvo siempre. Aridany Romero en la parte más delicada, de miles y miles de documentos que había que formalizar. Al igual que nuestra alcaldesa. Y como Ángel Víctor Torres con su sintonía y colaboración con Morales, la comida de unión que hicimos en el Santa Catalina con Poli Suárez en representación del Gobierno de Canarias... Ese pleno extraordinario que se hace en el Cabildo para aprobar una partida presupuestaria clave... Toda esa fuerza hizo que no, que no lo diéramos por perdido nunca.
-Pero, entre medias, pasa lo de Rubiales y ahí tembló tanto la Federación Española como la candidatura de España...
-Fue un riesgo importante, es así. Pero tanto la FIFA como la EUFA apoyaban a Pedro Rocha y lo que hizo en ese momento. Rocha hizo algo muy bueno cuando pudo actuar por la inhabilitación a Rubiales y fue no dejar politizar las comisiones y velar por el cumplimiento de los parámetros de la FIFA.
-¿Ha sido como una conquista? ¿Ha tenido Gran Canaria que superar más obstáculos que otras ciudades candidatas para ser sede mundialista?
-Ha sido así. Mucha gente desconocía lo que se hace aquí y lo que tenemos aquí. Trajimos a la selección americana de baloncesto, viene en camino el Mundial de Rallys, muchísimos eventos... Pero quizás todo eso se normalice cuando no es normal todo lo que Gran Canaria es capaz de aunar en materia deportiva. Me pongo a pensar en que si nosotros tuviésemos en Gran Canaria instalaciones para que se quedaran las selecciones europeas alojadas durante el Mundial, todas querrían estar aquí. ¿Dónde van a estar mejor que aquí Alemania, Inglaterra, Francia, Italia o Noruega? Estarían como en casa por todos los compatriotas que tienen establecidos o que vienen regularmente. Pero también es verdad que cuando fue cambiando la perspectiva de lo que daba Gran Canaria, de lo que ofrecía Gran Canaria, todos los medios de comunicación, tanto de Canarias como del resto del país, que manejaban buena información, decían que Gran Canaria era la única sede segura porque, si se me permite el símil futbolístico, fue, por nuestra parte, todo al pie, atacamos, centramos, rematamos y no podemos dejar nada para el descuento, como bien dijo Carolina Darias. Sin pedir nada a cambio, llegamos siempre antes que nadie.
-Llega al cargo en junio de 2022. ¿Qué encontró entonces, en ese kilómetro cero, de una candidatura mundialista que ha terminado materializándose?
-Cuando accedo al cargo, en mi primera reunión de presidentes en Madrid se habla de que se van a iniciar los plazos para que España defina sus sedes para 2030. Nada más salir de Madrid, llego a Gran Canaria y me voy directo al Gabinete de Presidencia y hablo con Ángel Víctor Torres para ponerle al día de este calendario. Le dije que teníamos que activarlo todo, tanto desde el Gobierno como desde el Cabildo. Y él me dijo que el Gobierno iba a mandar un comunicado para anunciar que sí, que nos metíamos de lleno en esa carrera. Yo no tenía ni idea del trabajo que se había podido realizar antes. Pero Gobierno y Cabildo, de manera simultánea, se pusieron a trabajar desde ese momento.
-¿Ya entonces lo ve como una posibilidad real?
-Sin ninguna duda porque sabía de lo que somos capaces de hacer y de conseguir desde Gran Canaria. Creía en nuestras posibilidades. Evidentemente, no todo dependía del Cabildo, del Gobierno de Canarias o de nuestra Federación. Por eso provoco aquella reunión de presidentes en la que obtengo la garantía de que habrá unos criterios objetivos, rigurosos y transparentes para la elección de las sedes, sin privilegios de ningún tipo. Y cuando pusimos en marcha toda la maquinaria, el Cabildo tiró del carro de una manera bestial. Un detalle: cuando llegó la nueva gerente del Instituto Insular de Deportes, Leticia López, se encontró con una montaña de papeles y gestiones pendientes y todo lo sacó adelante de una forma impresionante, con el arquitecto Ricardo Pereira y todo el equipo del Instituto Insular. Por eso creí, por el movimiento que se generó entre nuestras instituciones y los pasos hacia adelante que nunca dejamos de dar.
- Ahora que habla de justicia y transparencia. ¿Qué tiene que decir a la luz de algunas reacciones posteriores tras anunciarse las once sedes y en las que se ha sugerido por algunos que faltó precisamente eso?
-Creo que eso viene por cuestiones políticas en algunas ciudades. A mí lo único que me trasladaron desde la comisión, a la cual yo no pertenezco, es que íbamos muy bien en la dirección del objetivo que queríamos alcanzar y eso se mantuvo siempre. El día de la elección oficial por la noche, cuando regreso a Fuerteventura, me dijo un presidente de muchísimo peso que aunque nos hubiesen querido quitar la sede, no hubiesen podido. ¿Por qué? Porque dimos un ejemplo en todo momento, porque Gran Canaria siempre estaba al día en todo y jamás tuvieron que requerirnos en nada y eso fue una base fundamental.
-La UD Las Palmas aparece como otro pilar de obligada referencia.
-Por supuesto. Nuestro equipo merecía que se arreglara y ampliara su estadio y qué duda cabe de que la candidatura mundialista ha empujado, aunque Aridany Romero adquirió el compromiso de que las obras se harían pasara lo que pasara. Ese salto cualitativo que dará al club un estadio como el que se ha proyectado le va a generar más ingresos, más garantías de todo tipo para su futuro, aunque el dinero no siempre garantiza los objetivos deportivos. Pero lo tendrá más fácil que nunca. Crecerá en número de socios, en recursos y eso debe servir para consolidarnos en Primera División. Y por supuesto que he de decir que la UD ha estado en todo momento de la mano del Cabildo, del Gobierno de Canarias y de todos los que hemos peleado por este objetivo.
-¿En qué hoja de ruta están ahora?
-Ya lo dijo el presidente Antonio Morales. Hay que hacer una campaña de concienciación para que todos conozcan el gasto que se hará en inversiones, de hecho ya empezamos con el estadio y con muchísima gente que empezará a trabajar ahí. Hablamos de una revolución en la vida económica de nuestra tierra. Y la gente debe saber también el nivel de notoriedad que en los próximos seis años va a tener Gran Canaria en todo el mundo por ser sede para 2030 y que se va a traducir en cuestiones de todo tipo y de beneficio global y que nos llevará a crecer y crecer sin parar. Yo ya he pedido un compromiso a todas las instituciones, incluyendo, por supuesto, a los ayuntamientos, para hacer algo grande por toda Canarias y que requiere renovar nuestra planta deportiva en todos los municipios con un plan específico y marcando objetivos. Hay que dejar un legado.
-El antes, durante y después del Mundial, fases todas de igual valor y trascendencia.
-Contesto con una pregunta: ¿Qué ciudad a la que ha llegado un Mundial de fútbol no ha cambiado para siempre? Me salgo de la ciudad, hablo de toda Gran Canaria y de toda Canarias. Que cuando pasen 20 o 30 años la gente se pregunte por qué se apostó por la modernidad y se atribuya a los efectos del Mundial, al esfuerzo de instituciones públicas y a los agentes sociales y económicos. Todo es una cadena. No hablamos solo de fútbol.
-¿Vendrá la selección absoluta a jugar a Gran Canaria antes de 2030?
-Queremos que vengan y ya lo hemos solicitado. Y, al menos, un par de veces.Hablamos de la masculina y de la femenina. También me lo ha trasladado Aridany Romero. Y sí, la vamos a traer.
-Tenerife. Con esto del Mundial 2030 no hubo lugar a pleito provincial alguno.
-En Tenerife sabían que no podía optar por el estadio pero celebran lo de Gran Canaria porque van a recibir muchísimos beneficios. Cientos de miles de personas no van a dejar de venir en los próximos años por el Mundial y se repartirán en todas nuestras islas, incluyendo, por supuesto, a Tenerife. Esto es global. Y el retorno económico es incalculable e inabarcable para toda Canarias.
-Usted viene de la cantera y del fútbol modesto. ¿Cómo hará que llegue el Mundial a todos los escudos de la geografía isleña?
-Las licencias no paran de crecer y a los niños este escaparate de tener un Mundial en casa las va a motivar, les hará progresar todavía más. Nuestros vicepresidentes deportivo y económico ya están trazando un plan para que en cada campo de fútbol haya un motivo que recuerde que Gran Canaria es sede mundialista y se invertirá convenientemente en la concienciación de todos. Sin olvidar nuestro compromiso continuo con la formación y la educación. Traer el Mundial será un incentivo indudable, imbatible e incomparable.
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.