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Orlando Britto, director del Centro Atlántico de Arte Moderno. C7
«No somos conformistas, el inmovilismo no nos vale»

Orlando Britto

Director del Centro Atlántico de Arte Moderno

«No somos conformistas, el inmovilismo no nos vale»

CANARIAS7

Las Palmas de Gran Canaria

Lunes, 9 de diciembre 2024, 12:17

-Después de tres décadas y media de vida, ¿cuál diría que es el papel del CAAM en el concierto cultural y artístico, tanto en las islas como en el conjunto del país?

-Creo que sería injusto no reconocer, asumiendo siempre la crítica y autocrítica - faltaría más - que el CAAM es un centro de arte contemporáneo consolidado, con una trayectoria importante a sus espaldas, construida gracias a numerosas y numerosos actores y aportaciones, que han colaborado entre todos a construir, consolidar, una identidad propia, tanto desde su intenso programa expositivo y de actividades como desde su revista 'Atlántica'. Esta identidad propia tiene que ver con fijar la mirada, atención y reflexión desde nuestra condición periférica atlántica, insular y archipielágica, sobre geografías culturales no abordadas hasta entonces, sino de pasada, y con una mirada colonial cuando no paternalista por parte de Occidente. Una mirada diferente, múltiple, que nos permite el asumirnos como territorio geoestratégico, una plataforma en el Atlántico de emisión-recepción-transformación permanente. La isla como laboratorio a todos los niveles. Este lugar diferente desde donde acoger, mirar, pensar, escuchar, y construir un programa de trabajo, teniendo siempre en su eje central los procesos creativos desarrollados o que confluyen en las Islas Canarias, es lo que nos ha diferenciado, distinguido, a nivel nacional e internacional de otros museos y centros de arte, y como tal es reconocido. De la misma manera que se ha ganado ser un espacio de legitimación, como así es percibido por artistas y especialistas. Todo este trabajo desde esta ubicación, real y conceptual diferente, es la que continua diferenciando al CAAM, de ahí los mecanismos de identificación y reconocimiento de artistas y especialistas de instituciones de prestigio del otro lado del Atlántico o del propio continente africano, junto al reconocimiento de instituciones europeas que comenzaron a fijar su mirada hacia otras geografías y problemáticas sociales y culturales que nunca antes habían abordado. Lo que recientemente o en estos últimos años comienzan a abordar o incluir en sus programas centros y museos como algo novedoso, el CAAM lleva tres décadas y media trabajando sobre ello, con todas las contradicciones y procesos inherentes al contexto de cada tiempo, pero ahí ha estado, en su programa y su revista.

-¿Qué retos tiene por delante el CAAM?

-Nuestros retos son afortunadamente muchos pues no somos conformistas, el inmovilismo no nos vale, y más aún con la precipitación de acontecimientos en este espacio-tiempo que nos ha tocado vivir, sus procesos políticos, económicos, sociales y por ende también artísticos y culturales. La consolidación de perspectivas de trabajo como la de género y la sostenible, no son retos sino una cuestión de responsabilidad y compromiso, una obligación para ser más claros, de la misma manera que debemos ahondar cada vez más en la inclusión y participación. Nuestros retos tienen que ver con no perder el pulso del tiempo contemporáneo, sin igualmente apartarnos de nuestra responsabilidad en cuanto a la investigación, revisión y actualización de perspectivas. Dar cabida en definitiva a nuevas miradas, formas de mirar o de 'escuchar' nuestra colección, nuestro programa de trabajo. Acoger nuevas voces que interpelan el pasado y el presente y enriquecer así nuestras perspectivas de trabajo. Otro retos importantes son de carácter estructural y programático como el conseguir un espacio específico, así comprometido por el Cabildo de Gran Canaria, para el recién adquirido y muy importante legado Juan Hidalgo donde se incorporará su valioso archivo personal. Deberá ser un espacio donde investigar sobre su legado y donde atender las propuestas y tendencias más experimentales. Junto a esto la necesaria reubicación de nuestra Biblioteca y Centro de Documentación que apenas puede mostrar un diez por ciento de sus fondos y archivos, o la necesaria dotación de espacios para talleres a nuestro DEAC, Departamento de Educación y Acción Cultural, igualmente recuperar y relanzar el colectivo Amigos del CAAM... En cuanto a infraestructuras se va a abordar finalmente el desarrollo de una cafetería en nuestro Centro, un necesario lugar de encuentro del que carecemos desde nuestra fundación.

-En un contexto de digitalización, con tecnología que permite 'ver' en una pantalla las creaciones artísticas de todo el planeta, ¿qué futuro tienen los museos físicos?

-Los museos físicos tienen futuro porque la experiencia sensorial física es irremplazable. Por más que tengamos a nuestro alcance tecnologías de la imagen e interpretativas cada vez de mayor calidad, no deja de ser otro tipo diferente de percepción, de experiencia. Tecnologías por supuesto muy útiles, trascienden fronteras, pues nos dan acceso un espacio digital «global abierto». Pero insisto, la experiencia física es insustituible, de la misma manera que no es lo mismo ver una obra de teatro en directo que en una pantalla, un concierto, o la maravillosa experiencia del cine en pantalla gigante, y no solo por lo que significa disfrutar en vivo de esas obras, sino por toda la experiencia complementaria que hay y se ofrece a su alrededor. Acudir al espacio físico nos activa física e intelectualmente, y puede ser una experiencia normalmente enriquecedora cuando no participativa. La posibilidad de conocer muy de cerca no sólo las obras de arte, sino a sus autores, especialistas, intelectuales, activistas culturales…, poder hablar, compartir un espacio de tiempo con ellos junto a amigos o en familia en un lugar diferente, es realmente una experiencia única. Sinceramente, creo que esto es irremplazable, y más en un mundo en el que necesitamos salir de la campana de cristal virtual y poder mirar la realidad a los ojos, en directo, sin filtros. De la misma manera que el libro en papel no ha desaparecido ,ni creo desaparezca mientras veamos a jóvenes portarlos y disfrutarlos en tantos lugares, los museos seguirán siendo visitados, o mejor aún, participados.

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