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«No buscamos artistas que copien a Martín Chirino. Buscamos que generen cosas nuevas a partir de Martín. En cuanto vimos su propuesta, tuvimos claro que era el indicado para este año». Así explica Jesús María Castaño, director de la Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino, cómo aterrizó dentro del programa de residencias artísticas de esta institución el creador Alberto Gil Cásedas (Zaragoza, 1991).
Desde este martes y hasta el próximo 12 de enero de 2025 se puede ver el resultado de su trabajo en la isla, gracias a la muestra monográfica '29.761. Abstracción psicogeográfica para la obra de Martín Chirino', que se exhibe en la sala de exposiciones temporales de la Fundación que se erige en el Castillo de la Luz de la capital grancanaria.
Alberto Gil Cásedas reconoce que no solo se ha inspirado en Chirino, también en la ciudad natal del artista, que no conocía y en la que ha trabajado durante tres meses para dar vida a este proyecto. Y no hay mejor fórmula de conocerla que pateándola. «La premisa principal era hacer caminos por la ciudad que fueran a cada una de las esculturas que tiene Martín Chirino en la misma», explica el artista horas antes de la inauguración.
Varias son las piezas de Martín que le han servido como fuente para que emanara su propia creatividad. Es el caso de las obras de grandes dimensiones instaladas en enclaves tan conocidos como la calle Mayor de Triana, el Hospital Doctor Negrín, la Feria del Atlántico o la Lady Harimaguada que corona un tramo de la Avenida Marítima.
«Durante los recorridos que he hecho por la ciudad, lo que hacía era contar el número de pasos que daba. Fueron los 29.761 del título de la exposición. A partir de ahí, saqué una especie de retícula-trayecto con la que, con tinta sobre papel, plasmo una serie de laberintos que son el itinerario que he hecho sobre el plano de la ciudad», señala Gil Cásedas.
Este joven graduado en Bellas Artes y Máster en Producción e Investigación Artística por la Universidad de Barcelona, que vive en la Ciudad Condal, ha construido una serie de esculturas inspiradas en las originales de Martín Chirino ya mencionadas que ha llevado a su propio terreno.
«Nunca había trabajado con escultura, solo había hecho alguna cosa de andar por casa. No controlo tanto las tres dimensiones, pero he apostado por hacer estas esculturas porque es lo que mayor vinculación puede tener con Martín Chirino», reconoce sobre unas piezas elaboradas en madera, con un terminado pulcro y que en varios casos se asemejan al acero corten que trabajó el escultor grancanario fallecido en marzo de 2019.
Sus trabajos escultóricos están en el centro de la sala y en uno de los laterales exhibe los laberintos creados a partir de su recorrido por la ciudad es la Fundación Martín Chirino hasta las piezas del genio de la espiral que le sirvieron de inspiración. «La disposición de mis piezas escultóricas está relacionada con la ubicación de las obras de Martín Chirino en la ciudad. Cada laberinto-itinerario mira a la pieza que le corresponde», destaca el artista aragonés.
Reconoce que antes de esta experiencia creativa «había visto cosas de Martín Chirino», pero no tenía un conocimiento profundo de su universo creativo. «No sabía que había sido uno de los fundadores de El Paso. Es un movimiento súper conocido, pero no sabía del gran peso que tuvo Martín», destaca.
El estudio previo de su obra y la observación in situ de muchas de sus piezas, tanto en los espacios públicos de la capital grancanaria como en la exposición permanente del Castillo de la Luz, le han llevado a una conclusión clara. «Me ha sorprendido mucho. Me parece que, además del gran contenido poético de sus obras, trabajaba muy, muy bien los materiales. Y sus obras tienen mucha relación con la propia isla. No tienen el mismo significado si se extrapolan o se sacan de este contexto, porque Martín estaba muy unido a su raíz», asegura Alberto Gil.
Durante su trayectoria ha participado en otras residencias artísticas, pero esta es la primera que en la que toma parte de una que está focalizada en un solo artista como punto de partida.
Destaca que antes de este proyecto no conocía Gran Canaria. «El trabajo de la residencia fue muy bien, fueron tres meses muy intensos en los que he generado mucho trabajo. Además, la ciudad me ha gustado mucho y la gente es súper agradable», puntualiza un artista que exhibe también en unas vitrinas esta muestra parte del trabajo de investigación previo.
Las bases de esta residencia artística estipulan que una de las obras expuesta pasarán a formar parte de los fondos del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Las tres ediciones anteriores tuvieron como protagonistas a Cristina Ortega, con la muestra 'Transeúntes', en 2021; Salvador Jiménez-Donaire, con 'La lentitud de las piedras', en 2022; y Abraham Riverón, con 'Argamasa', el pasado año.
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