Borrar
Vea la portada de CANARIAS7 de este domingo 15 de septiembre
Imagen de las proximidades del barrio de Los Cercadillos, donde se produjeron los hechos. C7
Nicolás le gritó a Agapito: «Mátame, haz lo que quieras»

Nicolás le gritó a Agapito: «Mátame, haz lo que quieras»

Tribunales ·

Un testigo protegido es clave en la investigación por el intento de homicidio llevado a cabo en La Aldea de San Nicolás por Agapito L. R.

Francisco José Fajardo

Las Palmas de Gran Canaria

Martes, 27 de agosto 2024, 02:00

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Opciones para compartir

El intento de homicidio producido en La Aldea de San Nicolás el pasado domingo 18 de agosto tuvo un móvil presuntamente relacionado con drogas y deudas, según se desprende de las pesquisas llevadas a cabo hasta el momento por los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil. En esta causa se encuentra en prisión provisional Agapito L. R. como supuesto autor de un delito de homicidio o asesinato en grado de tentativa al haber asestado 14 puñaladas en el tórax al que era su amigo y también vecino del pueblo, Nicolás R. M. «Mátame, haz lo que quieras», le imploró la víctima mientras era atacada, según manifestó una testigo. Como presunto coautor o inductor también está siendo investigado Francisco C. O., conocido como Paco. El testimonio de un testigo protegido ha sido clave en la fase inicial de este caso.

Según los investigadores, los hechos ocurrieron la mañana del 18 dentro de una finca ubicada en el barrio de Los Cercadillos. La primera llamada de alerta se produjo a las 10.09 de la mañana cuando un vecino avisó a emergencias de que se había encontrado con Agapito -el presunto autor y también conocido como Berna- ensangrentado tras sufrir un traumatismo craneoencefálico en la calle Juan Pablo I. Cinco minutos después otra llamada, esta vez desde una finca en Los Cercadillos alarmó del hallazgo de Nicolás en estado crítico con numerosas puñaladas en su cuerpo.

De inmediato, ambos fueron evacuados al centro de salud del municipio aunque, mientras que a Agapito -de 53 años- le dieron el alta poco después, a Nicolás -de 61- lo trasladaron de urgencia al hospital Doctor Negrín.

Al parecer, el investigado contó que había acuchillado a su amigo Nicolás R. M. por unas deudas de drogas

Los agentes comenzaron a recabar testimonios de testigos y el primero de ellos fue el de la mujer que llamó al 112 desde la finca de plataneras donde se encontró a la víctima. Contó que estaba buscando alimento para sus animales cuando escuchó «unos golpes fuertes que venían de la finca de enfrente. Al principio pensé que estaban cortando racimos de plátanos, pero no me cuadraba», manifestó.

Decidió asomarse por un agujero en la malla que rodea la propiedad y observó «a un hombre arrastrando a otro por los pies, sacándolo por debajo de la puerta de la finca. Luego cogió una piedra grande y comenzó a golpearle en la cabeza repetidamente», dijo.

Añadió con angustia que «después de los golpes con la piedra, vi cómo el agresor sacó un cuchillo de su cintura y le hizo un corte en el cuello a la víctima. En ese momento, salí corriendo hacia el otro extremo» para llamar a amigo «y contarle lo que había visto».

Sobre la huida del agresor, mencionó que «el hombre se montó en una bicicleta que estaba apoyada contra el muro de la finca y se fue rápidamente del lugar. No pude distinguir bien sus rasgos ni el color de la bicicleta porque todo sucedió muy rápido y estaba muy asustada».

Cuando le preguntaron si conocía a los involucrados, afirmó que «nunca los había visto por la zona antes» y que lo único que recordaba es que el herido en el suelo le dijo a su agresor: «Mátame, haz lo que quieras».

Esa persona a la que esta mujer llamó por teléfono contó a los agentes que «estaba de camino a una finca» cuando recibió una llamada de su amiga que, con voz nerviosa, le dijo «por dónde vienes que pasó algo grave. Intenté preguntarle qué sucedía, pero estaba muy alterada y no me dio muchos detalles».

Decidió continuar y al llegar al lugar se asomó y vio «a un hombre tendido en el suelo, boca abajo y con mucha sangre alrededor de su cabeza. Fue una escena impactante». Inmediatamente llamó al 112 para solicitar ayuda, a la vez que afirmó no haber visto al agresor.

Otro propietario de una finca al que la testigo también telefoneó declaró que recibió la llamada de esta mujer alrededor de las 9.53 de la mañana y le dijo nerviosa «¡Hay un hombre con la cabeza machucada tirado al lado de la puerta de tu finca!». Por eso, se desplazó y al llegar vio «a un hombre tirado boca abajo cerca de la entrada de mi finca. Tenía la cabeza llena de sangre».

De forma paralela, en la calle Juan Pablo I el responsable de otra parcela contó a la Policía Judicial que aproximadamente a las 10.10 de la mañana vio a Agapito acercándose herido en la cabeza, dejando su bicicleta en el suelo y apoyándose en un muro.

Añadió que Agapito le pidió que llamara a una ambulancia o a la Guardia Civil y lo describió como si estuviera convulsionando, aunque sostuvo que no estaba seguro si fingía o no. Luego, una ambulancia se llevó al herido.

Testigo clave y uno protegido

Estos testimonios sirvieron a los investigadores para tener una composición de lugar inicial de los presuntos hechos, aunque los más determinantes fueron los que recabaron con posterioridad.

El primero de ellos fue el del hermano de la víctima, quien se desplazó hasta Guía para dar unos datos muy reveladores a los agentes encargados de este caso.

Informó que Agapito había visitado a una persona la noche del 18 de agosto tras la comisión de los hechos y le contó que había convencido a Nicolás para que lo acompañara a un invernadero bajo la premisa de que allí se encontraba droga escondida. Una vez en el lugar, le indicó a Nicolás que buscara bajo una plancha de hierro y cuando se agachó, lo atacó violentamente. En un intento por defenderse, dijo que el acuchillado le golpeó con una piedra, lo que le provocó la herida en la cabeza que presentaba al momento de su detención.

«Como este hombre –Nicolás– se despierte, me voy a quitar la vida porque si no, me la va a quitar él», dijo Agapito L. R.

Además, Agustín señaló que una semana antes del ataque, Nicolás había tenido un conflicto con un hombre llamado Paco -se trata del investigado Francisco C. O.-, a quien le había vendido supuestamente su furgón. La transacción no se completó satisfactoriamente y la víctima recuperó el vehículo, aunque este testigo sugirió que el altercado podría estar relacionado insinuando que Paco pudo haber instigado a Agapito a cometer el ataque.

De inmediato, la Policía Judicial localizó a la persona que contó todos estos datos al hermano de Nicolás y que declaró en calidad de testigo protegido.

En su comparecencia narró que la noche del 18 de agosto Agapito L. R. se presentó en su domicilio para pedirle «pastillas para dormir» y en ese momento le expuso todo lo que ocurrió.

Según el testigo protegido y de la misma forma que había declarado la persona anterior, Agapito le contó que convenció a Nicolás para que lo acompañara a un invernadero bajo la premisa de que allí se encontraba droga escondida. Una vez en el lugar, le indicó que se acercara bajo una plancha de hierro y, tras no encontrar nada, Agapito «empezó a apuñalarle», depuso.

Relató que el detenido le manifestó que durante el ataque, Nicolás le dio con una piedra en la cabeza mientras se defendía y añadió que él había estado «tirándole piedras grandes en la cabeza y no se moría» mientras la víctima le gritaba: «¿Por qué me haces esto, Bernabé? ¡Que éramos amigos, me traicionaste!».

Agapito también confesó supuestamente a este testigo protegido que Francisco C. O. -Paco- le había pagado «un coche, dinero en metálico y cocaína» para que cometiera el ataque. Contó que el detenido le dijo que «Nicolás venía a mi casa diariamente y me ponía un cuchillo en el cuello para que le fuera a comprar droga a Paco», declaró, y que éste último «no quería a Nicolás en su casa» ya que «le debía 9.000 euros».

Insistió en que «llevaban 8 meses planeando -Agapito y Paco- quitárselo de en medio» y por eso «lo citó en una finca diciéndole que había 400 gramos de cocaína» escondidos, un dato falso que usó -según este testimonio- para poder ejecutar el ataque.

Cuando lo apuñaló, añadió que «forcejearon» y que «solo tocaba hueso y piel dura de Nicolás» y que la única puñalada profunda que le dio fue «en la sien».

Por último, el testigo protegido manifestó a los agentes que Agapito le dijo poco después de los hechos que «como este hombre -Nicolás- se despierte, me voy a quitar la vida porque si no, me la va a quitar él». Se negó en primera instancia a confesar los hechos a la Guardia Civil, a la que ofreció una versión diferente en la que dijo no recordar nada, «porque iba a pasar el resto de mis días preso».

El caso sigue siendo investigado por el Juzgado de Instrucción Número 2 de Santa María de Guía.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios