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Es difícil convencer a quien no quiere dejarse convencer. Por más datos que se aporten, suele ser una tarea condenada al fracaso. Un ejemplo bastante evidente son los negacionistas del cambio climático. Los datos científicos son abrumadores. Los más recientes son del mismo año pasado. 2023 fue el más caluroso desde que se tienen registros, con una temperatura media de 1,45 grados por encima de la media de la era preindustrial.
A eso se suma que los océanos están más calientes que nunca, lo que tampoco es nada bueno para el planeta ni para nosotros, ya que es una de las causas que están detrás de algunos fenómenos climáticos extremos. Si nos remontamos algo más en el tiempo, cada una de las cuatro últimas décadas ha sido más calurosa que cualquier otra desde 1850. En todos los casos la culpable es la actividad humana. El planeta ha pasado por épocas más cálidas en el pasado por causas naturales –una elevada actividad volcánica, por ejemplo– pero lo que ocurre en la actualidad no admite dudas: es cosa nuestra.
Nada de esto sirve para los descreídos del cambio climático, que han encontrado en las redes sociales su canal favorito para insistir en su mensaje de que no hay razón para preocuparse. No es una casualidad, claro. Además del consabido anonimato, que da alas a todo tipo de mensajes por más disparatados que sean, la razón es el altavoz que consiguen. «Los medios de comunicación convencionales en general no les dan eco, y en las redes cabe todo. Además, los algoritmos facilitan que aparezca una cuenta tras otra, creando finalmente ese mundo de negacionistas», explica Gemma San Cornelio Esquerdo, profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
A esto se le suman los propios intereses económicos de estas plataformas. En el caso de Youtube, ha ganado más de 13 millones de dólares –12 millones de euros– con los anuncios incluidos en 96 canales analizados en un estudio del Center for Countering Digital Hate titulado 'El nuevo negacionismo climático'. «Lo que quieren estas plataformas es que cualquier comunidad, incluso la de los negacionistas, tenga su espacio y no tenga que irse a redes como Telegram», afirma Alexandre López Borrull, profesor de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación y especialista en desinformación y redes sociales.
La plataforma que da más pábulo a estos mensajes es, de largo, X/Twitter, de acuerdo a un estudio de la coalición de organizaciones climáticas Climate Action Against Disinformation (CAAD). Se calcula que uno de cada tres 'tuits' sobre esta temática es negacionista. La situación ha empeorado desde la llegada de Elon Musk en abril de 2022. La cantidad de mensajes rechazando el cambio climático se disparó desde los 30.000 a la semana a casi 110.000. Y las cuentas de los llamados 'superpropagadores' de desinformación de todo tipo crecieron hasta un 42% mientras que las de cuentas de 'alta credibilidad' bajaron un 6%.
En el extremo contrario estaría Pinterest, una plataforma para compartir imágenes que a pesar de ser la red más activa contra la desinformación, solo aprueba 12 de los 21 puntos analizados. Instagram, Facebook, TikTok y YouTube han aplicado algunas «medidas básicas», pero esto no quiere decir que se estén aplicando de forma eficaz.
¿Cuáles son los argumentos de esos mensajes? Para el caso de YouTube y según el mencionado estudio sobre el nuevo negacionismo climático, que ha revisado más de 12.000 vídeos de los últimos seis años con 325 millones de visualizaciones, dos han sido las ideas más manidas. La primera, casi obvia, es directamente negar la mayor y rechazar la existencia del calentamiento global; el segundo, cuando el primero no basta, es que los gases de efecto invernadero generados por el ser humano no están provocando que la Tierra se caliente más de la cuenta.
Pero en los últimos tiempos han ganado terreno otros tres, que copan hasta el 70% de los 'tuits'. Lo que dicen ahora es que los impactos del cambio climático no es que no sean perjudiciales, sino que incluso resultarían inofensivos y hasta beneficiosos. A ello le añaden que las soluciones que se están adoptando para afrontar el problema –que para ellos no lo es– no funcionarán y rematan asegurando que la ciencia que se ocupa del clima no es fiable.
«Como no pueden negar lo evidente, el contenido que primero negaba la existencia del cambio climático ahora niega que esté causado por el hombre por no tener que asumir las consecuencias», explica López Borrull. La conclusión es clara: en este tipo de cuestiones –y en cualquier otra–, «hay que tener una dieta mediática plural, siguiendo al máximo número de expertos, y sobre todo, no fiarse de los argumentos que dé cualquier persona por el hecho de ser 'influencer'», concluye el experto.
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