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Por qué tu hijo puede (y debe) llevar su mochila al colegio

Por qué tu hijo puede (y debe) llevar su mochila al colegio

La cantidad de cosas que llevan los niños al colegio hace que muchos padres y abuelos carguen con las mochilas: es un error

Jueves, 5 de septiembre 2024, 23:09

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En unos días arranca el nuevo curso escolar después de dos meses y medio de vacaciones en los que las rutinas han saltado por los aires. Toca empezar de nuevo. Vuelven los madrugones, las carreras por la mañana, el 'date prisa que no llegamos', el 'termina la leche', el 'lávate los dientes', el 'no te olvides de meter la bolsa para natación en la mochila'... Y los libros y los cuadernos y el estuche de tres compartimentos y la agenda y el bocadillo para tomar a media mañana...

La cantidad de cosas que llevan los niños hace que muchos padres y abuelos carguen con las mochilas de los críos durante el trayecto al colegio o a la salida por miedo a que el peso les dañe la espalda o incluso les cause problemas de crecimiento. Error. «Los niños tienen que llevar su propia mochila siempre. Salvo casos puntuales en los que exista una patología previa, los estudios científicos confirman que el peso de las carteras no les va a causar ni dolores de espalda ni escoliosis», aclara Pablo Herrera, vicedecano del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM).

Al contrario, los niños que llevan su mochila todos los días tienen menos probabilidades de padecer problemas musculoesqueléticos en el futuro porque los músculos de su espalda son más fuertes que los de los escolares que nunca la llevan. «Cargar la cartera de casa al colegio o a la parada del autobús es una muy buena manera de fomentar el ejercicio, además de una actividad muy saludable para los chavales», coinciden los profesionales del sector. No obstante, los fisioterapeutas insisten en que «debe primar el sentido común y no cargar las mochilas en exceso porque muchas veces son los propios niños los que quieren llevar más cosas de las que realmente necesitan: cuadernos que se pueden quedar en clase, latas llenas de cromos para intercambiar en el recreo, libros de lectura que no les piden», advierte Pablo Herrero.

LAS CONSECUENCIAS

  • El 'peligro' del efecto nocebo «Al igual que existe el efecto placebo, existe su contrario: el nocebo. Si te dicen que al realizar una acción o hacer algo vas a tener problemas o dolores, es muy probable que acabes sintiéndolos. En otras palabras, si damos un mensaje alarmista a los niños al dar por hecho que van a tener dolor de espalda por llevar la mochila, lo más probable es que ese crío termine diciendo que llevar la cartera le causa molestias en la espalda», alertan en el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid.

¿Cuántos kilos?

En cuanto al peso máximo que puede soportar un menor, los expertos no son partidarios de establecer una medida concreta porque «cada crío tiene un estado de forma diferente». En cualquier caso, consideran que un niño sin patologías previas de espalda debería poder soportar sin problemas la carga de una mochila escolar. «Muchas veces vemos a abuelos cargando con bolsas que les causan más problemas musculares a ellos que a sus nietos y eso no puede ser. Estamos fragilizando a los niños. El mensaje que les transmitimos es que no son capaces, que no pueden con la mochila, que tienen que tener cuidado... Es contraproducente. Queremos que no les duela la espalda y lo que estamos consiguiendo es que en un futuro sientan molestias porque no la han fortalecido lo suficiente», lamenta el vicedecano del CPFCM.

Carrito, ¿sí o no?

Precisamente para evitar que los niños carguen con mucho peso, hace años que se pusieron de moda los carritos con ruedas para llevar las carteras. Unos colegios los aconsejan y otros los han prohibido. ¿Qué dicen los fisioterapeutas? «Las ruedas permiten restar peso cuando se circula por una superficie plana, pero también es verdad que numerosos estudios han demostrado que llevar la mochila en un carrito supone una mayor exigencia en los miembros superiores del niño cuando tienen que subir y bajar escaleras o caminar por un terreno irregular. En resumen, el carrito sería recomendable en los casos en los que el niño tiene que andar más de veinte minutos para llegar al centro escolar y además va muy cargado. De lo contrario, lo más aconsejable desde un punto de vista de la salud del menor es que la lleve en la espalda».

Los fisioterapeutas recuerdan que tampoco existe una manera correcta de llevarla. «Más ajustada, más suelta... Una forma puede resultar más o menos cómoda que otra, pero no les va hacer más daño a largo plazo. La mejor mochila es una espalda fuerte», concluyen.

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