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Tras entrevistar y hacer reconocimientos médicos a un centenar de personas que han superado la edad de 100 años, Manuel de la Peña conoce bien los secretos de la longevidad. «Hay varias cosas decisivas para prolongar la vida, como hacer al menos 20 minutos de ejercicio físico al día, seguir la dieta mediterránea y escuchar a diario 30 minutos de música. A todos los supercentenarios con los que he hablado les gusta cantar y bailar», sostiene el cardiólogo y presidente del Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social.
El médico presentó este lunes su libro 'Guía para vivir sanos 120 años' en el que explica qué tienen en común las personas que han logrado superar los cien años con salud. Lo hizo en el Paraninfo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, en un acto en el que se homenajeó a la familia Hernández Pérez de Moya, que en 2022 entró en el Libro Guinness de los Récords por sumar entre doce hermanos 1.058 años. Lamentablemente, este año fallecieron dos de ellos.
En todo caso, De la Peña dice que hay que celebrar que en Canarias viva «la familia más longeva del mundo gracias a las sanas costumbres que tienen, como comer productos de su propia cosecha y llevar una vida muy tranquila y serena, con una gran conexión con la naturaleza», resalta el investigador que asegura que los canarios deberían tener en los Hernández un ejemplo a seguir.
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De la Peña subraya que en estos momentos de las 70.000 personas que sobrepasan los cien años en Europa, 20.000 viven en España. En el caso de Canarias, a principios de este año, había 301 personas que superaban la edad de cien años, 62 hombres y 239 mujeres. «La población centenaria en el mundo va a crecer y Canarias no se va a quedar atrás. Si seguimos costumbres sanas, podríamos estar en la primera línea», señala el médico.
El ejercicio diario es esencial para soplar cien velas de cumpleaños. «Servando, de Madrid, a sus 109 años hace 20 minutos de ejercicios de bicicleta en la cama», señala sobre un hábito que comparte con Crescencia, de 102 años o Engraciano, de 109.
«La clave está en pensar en verde, comer proteínas vegetales y rodearse de espacios verdes para tener conexión con la naturaleza», relata De la Peña que en su trabajo se percató de que estas personas centenarias solían tener el colesterol en niveles de 120 miligramos por decilitro en sangre y una tensión arterial de 130/70.
«Ninguno fuma. Evitan estar con personas tóxicas. Están invadidos por la serenidad y la fe, con conexiones sociales y todos son flacos y flacas», apunta sobre sus rasgos comunes.
De la Peña asegura que ninguna de las personas centenarias a las que ha entrevistado se ha propuesto llegar a esa edad. «Llegan de casualidad, pero para estas personas la edad no es un obstáculo para operarse o curarse», señala. De hecho, cuenta que Dolores, con 110 años, se operó de un melanoma en la cara y Engraciano, de 109, superó a los 90 años un cáncer de colon.
El médico dice que la robustez del sistema sanitario español ayuda a alcanzar estas edades pero el secreto está en vivir de forma saludable. «Llegados a cierta edad hay que parar el reloj y adoptar costumbres sanas para enfermar menos. Cuando se cumplen los 70 años, si no se ha hecho antes, hay que empezar a hacer las cosas bien».
En este camino es esencial reconocer la sabiduría de estas personas centenarias y llevarla a la población, «para que sepa qué hay que hacer para vivir sanos». Aparte, el cardiólogo está convencido de que, en cualquier momento, se descubrirá un compuesto molecular senolótico capaz de eliminar las células envejecidas y, por tanto, alargar la vida. «Eso llegará más temprano que tarde», dice el experto.
«Estamos pasados de reconocimientos. Nos creemos que somos los mejores del mundo y, de hecho, ¡claro que lo somos!, pero muchas familias de Moya y Fontanales son parecidas a la nuestra. Tienen muchos miembros y una vida larga», dice Luis Hernández, integrante de la familia más longeva del mundo. A punto de cumplir 79 años, Luis cuenta que sus nueve hermanos están bien, solo uno de cien años tiene problemas de movilidad, «los demás estamos todos caminando». Y es que son de buena madera. «Mi padre vivió 105 años; de nueve tíos, cinco murieron pasados los 100 años. La genética influye», dice. El secreto es comer mucha fruta y verdura, pescado, poca carne y no saciarse. «Hay que quedarse con ganas, al 80%, es difícil. Yo me quedo al 110% por eso estoy gordito», cuenta risueño. Y es que, junto al ejercicio, dice que para cumplir años es clave reírse, «reírse de cualquier cosa, incluso de uno mismo cuando no hay de qué reír». Otro elemento para sacarle vida a los años es la música. «Todos mis hermanos tocan un instrumento. Fui el único que no aprendí pero mi casa era una orquesta», relata este hombre cuyo ejercicio, como el de sus hermanos, fue el pastoreo y el trabajo en la finca. Algo que sigue haciendo los fines de semana. «Es un vicio», afirma riendo.
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