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La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a España en 2017 país libre de transmisión endémica de sarampión por los pocos casos y brotes identificados. Canarias el año pasado sospechó de seis casos, ninguno de ellos dio positivo. Ahora tiene cuatro detectados y sospecha de otros dos. Así lo explica el jefe de la Unidad de Epidemiología de la Dirección de Salud Pública del Gobierno canario, Álvaro Torres, quien además asegura que también hay otras dos enfermedades que empiezan a preocupar a Sanidad: la polio y la rubeola.
«Estamos pensando en hacer una campaña entre las mujeres en edad fértil para que, antes de quedarse embarazadas se vacunen contra la rubeola. La idea es que los médicos de familia comprueben el estado inmunitario previo a su embarazo», explicó. Y es que enfermedades como el sarampión, la rubeola o la polio están volviendo a tener presencia en Europa por el rechazo a la vacunación de parte de la población.
«El sarampión no estaba erradicado, pero sí controlado. Lamentablemente han habido cadenas de transmisión autóctonas en España y desde hace unos días en Canarias también aunque el primer caso, que normalmente viene de fuera, no lo hemos podido comprobar, pero sospechamos que sí».
Hasta la última semana de mayo se habían notificado en España 133 casos confirmados en 14 comunidades autónomas, la más afectadas eran Cataluña con 62 y Valencia con 17.
En Canarias, se han confirmado cuatro casos, tres de ellos en menores incluyendo la que dio origen al brote al acudir a Urgencias. Estos dos primeros contagios, explicó Álvaro Torres, no podían haberse evitado porque tienen menos de 12 meses, que es cuando se inyecta la primera dosis de la vacuna. Más raro es el cuarto contagio, un sanitario que atendió a la pequeña. «Estaba vacunado y le ha dado superleve, pero es raro. De hecho, entraron muchísimos sanitarios a cuidar a la niña y ninguno se ha contagiado. Y seguimos trabajando con muchísimos contactos, cientos», diciéndoles que revisen sus estados vacunales e informándoles de las medias si tienen síntomas. Además tenían «tres casos bajo sospecha, uno ya se descartó», añade Torres.
La preocupación no solo por el sarampión sino por la rubeola y la polio (que puede provocar parálisis) es que aunque en España «tenemos muy pocos antivacunas y presentamos unas coberturas elevadas, no vivimos en un nicho sino que somos una zona de turismo».
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Entre enero y mayo de este año solo se han detectado 3 casos de rubeola en España . El último brote de rubeola detectado en España se dio en un grupo de mujeres sudamericanas en Madrid que solo habían sido vacunadas se sarampión. Si una mujer está embarazada y contrae la rubeola el virus puede provocarle un aborto espontáneo o pasar al bebé que nacerá con el síndrome de rubeola congénita que se manifiesta con cataratas, sordera y alteración cardíaca.
En el caso del sarampión la enfermedad es «molesta», asegura Torres. «Empieza por un catarro inespecífico», a lo que se suma «una conjuntivitis y, al cuarto día, exantemas (ronchas) que empiezan en la cabeza, se extienden al tronco y a las extremidades y se quitan en el mismo orden es muy típico. Deja al niño muy mal y en un porcentaje de entre el 10 y el 15% puede derivar en una meningitis, una encefalitis o una neumonía».
Torres explica que es muy contagioso. Si tienes un cuadro catarral el viernes no se te ocurre que sea sarampión, ese es uno de los motivos por los que se pueden dar múltiples casos secundarios cuando la población no está vacunada», añade el experto, que señala que han extendido la observación a los contactos hasta el día 21 cuando la evidencia apunta a entre 12 y 14 días. «Hemos sido muy generosos», dice el epidemiólogo.
Con respecto a la polio, el científico recuerda que en España hay «cero casos» desde 1989. Europa fue declarada zona libre de poliomielitis en 2022, pero el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades advirtió en abril que 2,4 millones de niños y niñas en la UE no hayan recibido tres dosis de vacunas a tiempo.
En Canarias la vacunación contra el sarampión entre la población infantil es bastante buena, explica el jefe de la Unidad de Epidemiología de la Dirección de Salud Pública del Gobierno canario, Álvaro Torres. Especialmente de la primera dosis, que se inyecta después del año. Ahí la cobertura es «muy elevada» alcanzando al 95%, señala. Sí reconoce que se debe «trabajar» algo en la segunda dosis, que se inocula a los 3 años, porque ahí la cobertura es del 90%. Aún así, añade, «a veces la vacuna no se registra», por lo que cree que en realidad en ambos casos hay más niños y niñas vacunados de sarampión. Por todo ello, continúa, «no hay que magnificar el problema, es poner la guinda al pastel», porque en Epidemiología «solo estamos contentos cuando llegamos al 100%».
En España la vacunación no es obligatoria, sino recomendada. «En Italia tras un brote en el norte muy importante de sarampión justo antes de la pandemia si no estás vacunado no recibes ayuda oficial o no puedes ingresar en un colegio público, es una manera de obligar a vacunar. Y en Francia también hay medidas de este tipo. En España todavía no se ha pensado que sea necesario. Siempre se pospone el debate de la obligatoriedad. Pero es que si una cosa funciona hacerla obligatoria es contraproducente. Nuestros datos siguen siendo muy elevados», abunda.
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