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A Carlos Ferrando, fallecido este miércoles a los 76 años, le gustaría que le recordaran por cómo «sabía contar las cosas y esconder las que no quería contar». Así lo detalló hace dos años en una entrevista concedida durante la promoción de su libro, 'La delgada línea rosa', a ABC. Una obra en la que desgranaba la crónica social española, en la que fue un pionero con su estilo mordaz único.
Ferrando se recuperaba según lo previsto de dos intervenciones debidas a una hernia, por lo que la noticia de su fallecimiento ha sorprendido a su entorno. Fue una de sus amigas, la actriz Alejandra Grepi, la que acudió a la vivienda del periodista en Madrid porque no respondía a sus llamadas, según desvela su compañero Carlos Pérez Gimeno en Libertad Digital. Asegura que era habitual que el mediático colaborador no respondiese al teléfono, pero llegó a un punto que alarmó a sus allegados. La intérprete, que tenía las llaves de su domicilio, avisó a los servicios de emergencia al hallar a Ferrando con pulso débil y en estado de deshidratación, quizá por un golpe de calor. Pese a los intentos por reanimarlo, falleció en su casa.
El colaborador cartagenero llevaba muchos años padeciendo una hernia pero tenía pánico a meterse en quirófano. Finalmente le convencieron y se operó, pero tuvieron que hacer una segunda intervención recientemente para solucionar algunos problemas, de los que se estaba recuperando perfectamente.
En principio, según Pérez Gimeno, serán los amigos de Ferrando, cuyo cuerpo aún está en el anatómico forense, quienes se harán cargo de los restos mortales ya que solo tenía un hermano y una sobrina con los que no tenía trato.
Ferrando llevaba años retirado de la pequeña pantalla, aunque de vez en cuando realizaba alguna colaboración al ser una figura reclamada en los programas de prensa rosa por sus vastos conocimientos en la materia, como en 'Sálvame' o más recientemente en 'Lazos de sangre'. El colaborador, que en 1969 se instaló en Madrid para comenzar a trabajar como secretario de la actriz Esperanza Roy, fue también jefe de prensa de Pedro Almodóvar, Ana Belén e Imanol Arias antes de dedicarse al periodismo.
Comenzó como crítico de cine en la revista Fotogramas y continuó como cronista del corazón en Diario 16, hasta que dio el salto a la televisión, donde fue un indispensable de los espacios presentados por María Teresa Campos. Se inició en la pequeña pantalla en 1997 gracias al programa 'De domingo a Domingo' de Telecinco, presentado por Belinda Washington, del que pasó al popular 'Crónicas Marcianas', en el que duró un año por sus diferencias con el modo de tratar los contenidos de Javier Sardá.
Todos en el sector sabían que Ferrando valía más por lo que callaba que por lo que contaba. No en vano tenía una estrecha amistad, entre otras, con Rocío Jurado -dijo que se le empezó a respetar cuando la artista aseguró que él era alguien- y Sara Montiel, con la que estuvo a punto de casarse antes de que apareciese en su vida Tony Hernández. «Cuando Sara necesitaba dinero la primera opción fui yo, pero no lo podía consentir. La adoraba pero nunca estuvimos enamorados. Creo que Antonia me quiso, pero Sara me mintió siempre», contó él mismo.
La amiga que estuvo con él en sus últimos momentos, Grepi, ha expresado sus «sentimientos» por la «pérdida» de su «amigo» en un mensaje publicado en Instagram acompañado de una foto reciente juntos. «Querido amigo, no podía imaginar que tres días después de esta foto no te volvería a ver, tantos años, recuerdos viajes, risas, lágrimas, confidencias, fiestas, conversaciones frívolas y profundas, confesiones, ternura, complicidad», ha subrayado la actriz.
También ha llorado su muerte el presentador de televisión César Heinrich: «Me tengo que despedir de ti y aún no lo he colocado. Creo que en cualquier momento me vas a llamar para contarme lo que has visto en la tele». Además, ha destacado su trayectoria en el periodismo del corazón. «Esa prensa que creaste, siendo el primero que escribía como hablaba, hablaba en la radio como pensaba y decías en la tele las cosas que a muchos les hubiera gustado poder decir hoy en día», ha añadido.
«Algo se me va contigo, Carlos. Hace 18 años llegamos a nuestras vidas para quedarnos, pero el tiempo se acabó y ahora solo me tranquiliza saber lo satisfecho que estabas de todo lo que has vivido», ha expresado otro de sus amigos, Álex Gutiérrez.
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